Treinta y dos

704 46 7
                                    

La felicidad salía por cada poro de su cuerpo.

Al hablar de ella expresaba tanto amor, una inmensa adoración, un anhelo increíble y una ilusión inconfundible.

En su rostro se formaba una sonrisa digna de admirar, un brillo capaz de cegar y su mirada se perdía en un punto fijo ante su recuerdo.

Era oficial.

Estaba «enamorado».

Deseo OdiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora