Ciento ocho

621 39 20
                                        

-No lo vuelvas a hacer, bonita, me diste un tremendo susto, pensé muchas cosas, pensé que alguien te había hecho daño, me dio miedo perderte. -dijo después de nuestro profundo beso.

-Lo siento, es que no sé... -dejé la frase a medias no sabía que excusa dar.

-Ya no querías hablar conmigo, ¿es eso? -preguntó.

-No, por supuesto que no. -contesté exaltada.

- ¿Entonces? -insistió.

-Yo solo no sé, quería evitar una discusión contigo o evitar que te molestaras más conmigo.

- ¿Por qué debería estar molesto? -preguntó con inocencia.

Estábamos bien, ¿para qué arruinar el momento con reproches?

-Supongo que no hay motivos. -contesté y desvié la mirada, me estaba poniendo nerviosa.

-No, no los hay, a menos que quieras confesar tus pecados. Uhm, ¿has estado con alguien más? -preguntó.

-No.

-Me parece perfecto.

- ¿Por qué la pregunta?

-Curiosidad. -contestó elevando los hombros para restarle importancia.

-Hay ropa tuya en mi closet, cambiate no quiero que te enfermes. -pedí.

Se adentró a mi habitación y después de unos minutos me llamó con la excusa de que no la encontraba.

Al llegar a mi cuarto se encontraba solo en ropa interior.

-No la encuentro.

-Ahí está busca bien, te dejo para que te cambies. -dije caminando hacia la puerta.

-No, ¡espera! -exclamó.

Me tomó del brazo y se atravesó en mi camino.

Capturó mis labios y me tomó de la cintura con ambas manos pegándome a él.

-Te extraño -dijo en medio del beso.

Lo separé de mi cuerpo a regañadientas, tenía que ser fuerte y no sucumbir a sus deseos.

-Se nota. -dije. Había notado que ya se encontraba "despierto".

- ¿No quieres estar conmigo?

-No. -contesté decidida y dispuesta a marcharme.

- ¿Segura? -inquirió con desconfianza.

-Claro.

Me pegó a la pared acorralándome con su cuerpo medio desnudo.

Me miró con deseo por unos segundos para después seducirme con sus caricias.

Tenía mis manos pegadas a la pared dejándome inmovilizada. Pasó su nariz por mi cuello inhalando mi aroma.

-Yo si quiero estar contigo. -dijo dejando pequeños besos en mi hombro.

-Extraño tu olor en mi piel -comentó aspirando el espacio entre mi oreja y hombro.

-Te deseo -susurró en mi oído provocando que mi piel se erizara.

-Extraño tu sabor -comentó besando mis labios.

- ¿Tu no me deseas? -preguntó a la vez que soltaba mis manos para desabrochar mi sostén.

Claro que lo deseaba, mi cuerpo reclamaba el suyo.

Rodeó mis piernas a su cintura, subió sus manos a mis pechos dándole caricias mientras yo devoraba sus labios. Cada movimiento que hacía provocaba que soltara gemidos sordos de mero placer, comenzó a rozar su miembro con mi intimidad haciéndome estremecer.

-Si quieres que pare dímelo ya, aún estoy a tiempo de no perder la cordura que me queda, bonita. -dijo, su voz era tan ronca por la excitación, sus mejillas ya estaban coloradas por el calor y sus ojos dilatados pidiéndome que no me negara.

-Bajame -pedí.

Éste me soltó de golpe, me puse a espaldas de él observando como golpeaba la pared con frustración.

Me despojé de la ropa exterior y lo abracé por la espalda, rocé mis dedos en sus músculos contraídos.

Éste se sorprendió pero se relajó al instante en el que empecé dejar pequeños besos en sus brazos.

Volteó en mi dirección chocando nuestras miradas buscando mi consentimiento para seguir. Asentí y me condujo a la cama, se recostó y me puso ahorcadas sobre él.

Fue una reconciliación increíble, terminamos exhaustos.

Tenía un cigarrillo en la mano mientras él me recostada en su pecho. Escuchaba el latido de su corazón y este me provocaba paz y plenitud.

- ¿Quieres? -preguntó ofreciéndome una calada de su cigarro.

-No.

-Creí que ya fumabas -inquirió.

-Sí, pero no lo necesito si estás junto a mí. -contesté y este beso mi frente.

-Te quiero, bonita.

Necesito hielo a la de ya! XD okey no! No sé a mi me gustó el cap pero no creo ser tan buena narrando estas cosas intimidas e incómodas :(

Deseo OdiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora