El secreto de la academia Yuei

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El chico se levantó al sonar de la alarma dándole un golpe algo fuerte para apagarla. Se tallo con cuidado sus ojos cerrando bien sus manos evitando tocar su piel con las uñas, las cuales los últimos días crecieron y se hicieron bastante filosas.

Fue al baño privado de su habitación el cual le habían proporcionado durante sus dos semanas de descanso para evitar cualquier inconveniente dada su nueva condición. Se miró al espejo acomodándose para observar su espalda de la cual nacía una nueva cola que a los pasos del día cambiaba un poco su pelaje como tamaño. En este momento podría considerar como una cola de felino, sus orejas en la parte superior de su cabeza y sus colmillos alargados como sus dientes parecían reforzar esa teoría. Junto a esto pudo ver qué sus ojos, más exactamente sus pupilas se contraían en rendijas.

Dio un largo suspiro como todos los que había estado soltando desde hace dos semanas que había vuelto, resignándose a el cambio en su cuerpo.

El adaptarse a la idea que su cuerpo cambiaba, no solo externamente, si no que internamente también para madurar de forma sexual aún le costaba asimilar un poco, más el hecho de que su cuerpo buscaba atraer a alfas para aparearse en un futuro... Ugh, difícil de tragar.

Aunque con eso también llegó otra duda y esque hace algún tiempo dos alfas lo habían estado tratando, uno Sako-san que le enseñaba los trucos más sencillos de magia para mostrarle a Eri hasta que ella pudiera salir a verlos en vivo y otro Touya que dijo quería cortejarlo. Llegó un punto que lo tomo a broma y supuso que solo quería molestar al mago pero, en estos momentos se preguntaba si ahora que es omega ese alfa se fijaría en el...

- Que tontería Izuku...

Tenía que ser realista, ningún alfa tan amable como el se fijaría de el en esa forma. Observo con una mueca de desagrado todas sus cicatrices y es que aunque en algunos momentos estas marcas fueron y son su orgullo, en otros como este caso, solo lo hacen sentir menos deseable. Todo a causa de los estereotipos de Omega que el llegó a conocer. Aparte no había que ser un genio para observar que Mitsuki y Rei no tenían ninguna cicatriz en su cuerpo, a excepción de Mitsuki que mostraba orgullosa su marca de apareamiento.

Trato de calmar su lado pesimista metiéndose bajo la lluvia artificial. La temperatura del agua fue perfectamente tibia, bueno, un poco más fría de lo común por miedo a lastimarse, pero para el en este momento fue perfecta. Termino ronroneando del gusto.

Al salir empezó a secar su cabello con la secadora sin poner una temperatura caliente por miedo, tomando mucho cuidado con sus orejas para luego pasar a secar su cola.

Hecho esto empezó a vestirse con cuidado de no rasgar sus prendas con sus garras resignando se un poco al ver cómo sus uñas de los pies traspasaban la tela de sus calcetas. Posiblemente ya era el quinto para que se rascaba esa semana, a este paso sus pequeños ahorros se irían únicamente a reemplazar sus prendas de vestir.

Tomo el collar de piel, que aseguraba con una llave, era su nuevo accesorio desde hace dos semanas que se lo habían comprado Yagi por necesidad. Según su calidad era alta y mayor su resistencia porque dentro de las capas de piel tenía una placa de acero formado por piezas que le daban movilidad.

Con problemas se aseguró el pantalón con una abertura especial para pasar su cola por él, en esos momentos agradecía mentalmente por la ayuda de su compañero Ojiro, le había dado consejos de como sobrellevar el tener una extremidad extra de este tipo, aunque nuevamente solo podía pensar en los gastos de ropa que tendría que hacer en cuanto esto terminara.

Bajo a la cocina común como en los últimos días, llegando primero que nadie a prepar una gran comida como lo marcaba su menú del día, aumentando levemente la cantidad de carne pues su cuerpo lo exigía. Guiado por su corazón amable y su ahora ya entendible instinto materno empezó a preparar la comida de sus compañeros también.