0.6

1.7K 171 20
                                    

Katsuki Bakugo, el chico explosivo de la clase 2-A, un Alfa con un prometedor futuro de héroe, amigo de la infancia de Izuku Midoriya.

Él fue de los primeros en darse cuenta de los cambios que estuvo sufriendo su compañero de clase, entre ellos la vuelta de ese aroma que había desaparecido hace unos años.

Desde que conoció a Izuku gracias a su madre, algo dentro de él despertó y su aroma leve como su personalidad lo atrapó. Si le preguntarán podía describir lo que sentía dentro de él como un pequeño cachorrito saltando intentando llamar la atención del pecoso. Al mismo tiempo el se sentía obligado a tratar de mostrarse como alguien fuerte, alguien tan genial que su querido amigo tuviera solo ojos para él.

Cuando apareció All Might en la tele y atrajo la atención que se suponía era solo para él, no dudó en asegurar convertirse en un futuro en el héroe número y superando al nuevo ídolo de ambos.

En algún momento, no sabe no como ni cuando, ya no le hizo caso a ese cachorro saltando dentro de él. Tal vez, fue cuando las adulaciones llegaron o cuando su don se hizo presente y el de su Deku no. Quizá, fue en el momento en que lo anunciaron como un sin particularidad... No, ya lo recordaba.

Un día de juegos, cuando había conseguido un par de extras para su séquito, caminaba por un tronco sobre un pequeño riachuelo, pero para un niño era mucho más grande, se cayó por un mal movimiento y quedó adolorido con los extras viendolo desde arriba. Respondió a todos que estaba bien y su pecho se llenó de orgullo al darse cuenta de cómo era observando por los demás, cómo alguien tan fuerte que no necesitaba ayuda, alguien quien pese a ser pequeño podía valerse por sí mismo ante sus seguidores. Pero entonces...

- ¿Estás bien Kacchan? - fue la pregunta que le hizo, que le estuviera ofreciendo la mano.

Él no lo veía como alguien superior, fuerte y capaz, eso lo lastimo profundamente, ni siquiera su lobo interno pudo detener su enojo está vez.

Los peores abusos empezaron desde ese momento, tratar de lastimarlo y ponerlo en su lugar eran los momentos cuando más cerca podía estar del chico y percibir ese aroma que tanto le gustaba a su yo interno, pero el recordar cómo lo había hecho sentir su desconfianza causaba que siguiera con los abusos.

Aunque el aroma empezó a desaparecer en los últimos años de secundaria, las palizas de su parte al otro no pararon. Ahora en el solo se podía oler fármacos en su piel cosa que le hacía poner cara de asco al estar en sus alrededores y lo volvía más propenso a lastimarlo al punto que los dos extras llegaron a preguntarle por qué seguía acercándose si lo odiaba. No pudo responder.

No sabía el porqué de la obsesión de su lobo interno con un chico que era un simple extra sin nada de especial y eso le causaba un dolor de cabeza enorme. Si el chico detrás suyo llegaba a llamarlo por su apodo infantil Kacchan su alfa le exigía ponerle atención sin importar que, lo que le causaba un gran fastidio y jaqueca cuando lo ignoraba.

El día previo a su primer celo fue un día caótico. En su mente e interior no hacían más que traer al pecoso me manera constante lo que terminó en el estando irritado.

Ese día mando a la mierda a todos y acoso de peor manera al pecoso, ahora recuerda con horror su cara de terror cuando casi fuerza al chico, que pese a su aroma de fármacos, ser un beta y un Deku, trato de morder lo. Claro que una amenaza basto en ese momento para callarlo.

Lo siguiente malo fue enterarse que el pecoso se postulaba para Yuuei como él. Por lo que no dudo ni un momento en desquitarse con él a la hora de salida insinuando que se suicidara. Justo después su cuerpo empezó a calentarse, pues su celo se aproximaba.

Después de eso ahora era su lobo interno el que estaba molesto, estaba en una lucha por el control de su cuerpo, pelea que terminó perdiendo en cuanto fue atrapado por ese villano de lodo.

El secreto de la academia YueiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora