10.17

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Izuku estaba preocupado, se encontraba enfrente de la casa del alfa Yō Shindō y este aún no había vuelto. Estaba por caer la noche y su alfa insistía en hablar con él en primero en cuanto lo vieran así que decidió que sería mejor irse y volver al día siguiente. Tal vez esto era señal del destino para dejarlo tranquilo por ese día, ya se disculparía la tarde de mañana por llegar de la nada afirmando ser su pareja.

- Vamos al hotel Tamaki - pidió con un sonrisa triste- vamos a cenar y descansar juntos ¿Sí?

Amajiki estaba bastante preocupado por su solecito, si bien siempre estuvo la posibilidad de ser rechazado e Izuku lo sabía pero aún así parecía afectado. Ese idiota no debió ser tan duro con Izuku, ninguno tiene la culpa de que sean soulmates, así funciona simplemente por deseo de los dioses. (Cofcoflwctirwscofcof)
Realmente deseaba darle un golpe a ese chico pero por ahora no parecía ser posible. Así que aprovechando que mañana haría un entrenamiento especial acompañando a los maestros y que vendrían Mirio con Nejire se encargaría de sus frustraciones torturando un poco a los alumnos, un lado un poco sádico de el recién descubierto, tal vez a causa de su naturaleza más marcada desde la llegada de su omega, no sabía con certeza. Mientras tanto disfrutaría de dar y recibir caricias del solecito a solas ahora que podía.

- Está bien -de resigno con un suspiro - pero vamos a cenar en la habitación, no quiero que nos molesten otra vez-  mencionó mientras empezaban a andar.

En la tarde, antes de ir a buscar a Yō a su casa, pasaron a comer a un pequeño restaurante en dónde el peliverde, quien estaba cubierto de feromonas por los sucesos del día y olvidó cambiar sus parches, aunque Tamaki no se dió cuenta por estar aun "anestesiado", podía percibir las miradas a su persona como al omega.

- Bueno, pero entonces compremos afuera, ¿Te parece Takoyaki?- señaló a una pequeña tienda-

Ambos entraron y resultó que la persona que atendía era únicamente una chica con una sonrisa dulce.

- Bienvenidos, ¿Qué les gustaría ordenar?-

- tres órdenes de Takoyaki para llevar por favor -

- Claro, enseguida-

- Conejito, ¿Por qué tanto? - pregunto curioso-

- Es que tengo antojo de pulpo - respondió sonrojado.

Gracias a esto una cantidad de malos recuerdos le vinieron a la mente. Aunque sabía que su don podría ser muy versátil, sus fans, de las que supo por Mirio, exageraban un poco con las historias que creaban, el no se ponía a tartamudear fácilmente y más importante, no tenía la mínima experiencia en asuntos sexuales fuera de lo teórico. Pero aún así no pudo evitar imaginarse estando en esas situaciones con su solecito. Se mordió la mejilla al sentir como la sangre empezaba a bajar a su ingle.

- ... Pulpito..-

Tamaki sufrió un escalofrío y temió un poco.

- ¿Qué?- pregunto un poco alterado, ese apodo lo tenía grabado -

- Que este lo hizo en forma de un pulpito - señaló el diseño sobre la caja - estoy seguro que a Eri le gustaría verlo, ¿No crees? - mencionó con una sonrisa dulce-

- Si, a Eri le gustará - respondió con una pequeña sonrisa - ¿Qué te parece si-

- Orden lista-

- ¡Gracias! -

- ¡Que tengan buen día!-

Salieron del local con las órdenes de Takoyaki, rumbo al hotel hablando sobre ir todos en un futuro al local para comer y molestarle a Eri los diseños.

El secreto de la academia YueiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora