El secreto de la academia Yuei

10.30

Su cuerpo ardía, cada mínimo rose con las cobijas o almohadas lo hacía temblar, sentía que pronto no podría aguantar más. Estaba consiente de lo que le sucedía a su cuerpo pero tenía que levantarse y tomar un medicamento para mantener el control por un poco más de tiempo. Aún no había discutido esto con sus alfas y quería evitar una posible pelea.
Posiblemente debido al estrés sufrido durante las últimas semas su celo se había adelantado, por eso en la mañana y noche anterior no pudo hacer nada de lo que le gustaría, solo dormir.
Su calor acelerado hizo que todos los que no eran parte del grupo de sus parejas fueran retirados y enviados a sus hogares ni bien terminaron de empacar. Se suponía también que su doctor a cargo estaría al pendiente, como omega marcado le era más fácil llevar su celo a culminación con ayuda de fármacos.

Afortunadamente sus alfas aún no tenían su ruth, así que sen encontraban preparando todo lo necesario para su largo calor. Pero esto también era contraproducente, pues si no atendía pronto sus necesidades, era posible que entre en un estado de depresión.

Necesitaba su medicamento con urgencia, no quería, se negaba por completo a caer en la neblina de su celo para su primera vez.

Abrió el cajón en dónde guardaba sus medicamentos de emergencia y desgraciadamente no estaban. Busco y busco pero no aparecieron.

Tenía que salir a buscar antes de que su juicio fuera nublado.

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Durante la semana todos habían podido captar los cambios en Midoriya. Eran tan leves que si no eras cercano al chico como ellos que eran su manada, no lo notarías. Bueno a excepción de algo.

El peliverde estuvo dos o tres días antes negando la entrada a sus parejas a su enorme nido, saliendo únicamente para tomar prendas de sus alfas y compañeros de manada. Claro que los más afectados fueron los chicos, sobre todo aquellos que no tenían muchas pertenencias en la academia o ninguna. Tuvieron que mandar, con ayuda de los profesores, prendas y sábanas con su aroma y era eso o tener el peligro de que la amenaza del peliverde de dejarlos sin descendencia se hiciera real. ¿Cómo un Omega podía dar tanto miedo?

Ahora todos los alfas se encontraban en la zona de descanso de los dormitorios escuchando las indicaciones de los dos médicos presentes.

- ¿Tienen alguna duda?- pregunto el pelinegro -

- ¿El medicamento tiene efectos secundarios?- pregunto Shinso -

- Ninguno, está hecho especialmente para alfas y a diferencia de los medicamentos para Omega no tiene ningún efecto secundario.

- ¿Esto no será un impedimento para realizar correctamente la marca? -

- Nuevamente, esto solo causará que su esperma se vuelva inerte, pero no afectará a sus hormonas o su ruth, fue creado para los que quieren disfrutar de los placeres pero no las consecuencias-

- Toda está información estaba en los panfletos que nos pusieron el implante al inicio de clases - se molestó Tenya observando a algunos -

- Eso es correcto, uno pensaría que los futuros héroes sabrían que tienen que leer antes de firmar un consentimiento de este tipo - se quejó Shota mirando a sus alumnos con desaprobación-

Varios voltearon la mirada avergonzados, realmente no les importo mucho el implante, viendolo como un simple por si acaso, ahora que necesitaban estar seguro de no dejar a su pareja embarazada les importaba más.

- Lo bueno que sus padres si pusieron atención cuando firmaron el permiso - suspiro frustado- ahora sí no quedan más preguntas - el doctor observo a todos siguendo después de su silencio-  Tenemos un problema ya que ninguno de ustedes está en celo todavía, a pesar de su reclamo sobre el Omega-