El secreto de la academia Yuei

2.5

El almuerzo se acabó y todos se retiraron a clases, aprovecharían que algunos de sus maestros, por no decir que todos, estarían preparándose para el festival deportivo de ese año, varios nuevos estudiantes prometedores habían llegado,  entre ellos Kota, al parecer su edad real era de 14 años cuando lo conocieron pero por culpa de un don, había terminado convertido en un niño, perdiendo temporalmente sus recuerdos también, por eso su actitud correspondía a su "edad".  Izuku recién se había enterado esa semana, porque entre tantos cambios en su vida ese nuevo año escolar, no había podido ir a visitar a los de primero al lado de los tres grandes de cuarto grado junto a Todoroki y Kacchan. Aún no lo iría a buscarlo, suponía que estaría ocupado preparándose para sobresalir en el festival y lo que menos deseaba era ser una distracción para el pequeño alfa, si es que lo recordaba...

Cuando las clases terminaron, la mutación de Midoriya ya casi había desaparecido, con ello su cola de la cuál no quedaría más que una pequeña reminiscencia para la noche. La aceleración de sus mutaciones significaba que su cuerpo pronto dejaría de sufrir mutaciones y podría tratar de hacerlas a voluntad. Según una cita con el doctor, Izuku podría aumentar la velocidad de su mutación en un futuro al punto de poder realizar cambios a voluntad rápidos y sin dolor, siendo muy similar a la activación de otros dones de su estilo. La combinación de habilidades tal vez le resultaría mucho más difícil, pero no presentaba un riego de descontrol que lo dejara en un estado irreconocible, gracias a que sus células y cerebro tenían grabado su cuerpo en forma humana el peligro era reducido a cero.

Izuku caminó a los dormitorios, algo preocupado por llegar casi desnudo al lugar, era seguro de su cuerpo, ya con menos cicatrices gracias a los cambios constantes, pero no quería terminar andando únicamente ropa interior si ya podía hacerlo vestido. Fue interceptado por Aoyama a unos pocos metros de la piscina, esté le rodeó su cuerpo con una bata muy suave y cómoda. Fueron platicando a los dormitorios, al llegar vieron la sala común con sus compañeros empezando a organizar todo para las lecciones del día siguiente. La mayoría de los alfas tuvieron que contener un gruñido de molestia al ver al pecoso llegar con una prenda de otro alfa, combinando levemente los aromas. También una reafirmación de territorio al estar rodeado por su cintura.

Izuku, aunque conocía lo básico de los alfas, betas como omegas, nunca puso verdadera atención a las clases que recibieron durante la primaria y secundaria, por lo que no sabía la importancia de algunos gestos. Pecaba de ignorante en ese aspecto. Quien aceptaba una prenda, comida, regalo o entregar su aroma a un alfa o beta era una forma de cortejo a la antigua. El que hiciera eso era como reconocerlo  como un buen proveedor y protector. Ninguno quería quedarse atrás en esa batalla silenciosa para ocupar el lugar del compañero de vida de Midoriya, menos después de la sonrisa que les dedico a todos Aoyama.

Media hora después Izuku se encontraba en la cocina realizando unas galletas y pasteles al lado de Sato. Eri estaba ayudando al cortar las galletas en formas diferentes: corazones, estrellas, osos, conejitos, rombos, tréboles, flores, mariposas y otros más. Todos fueron regalados por Iida quien en una de sus pláticas entre amigos mencionó que deseaba cocinar unas galletas, el regalo fue recompensado con una enorme sonrisa y ahora ayudaba a la niña con eso.

- Iida-san, ¿lo hice bien?- pregunto la pequeña mostrando el pequeño gatito que había cortado-

- Te quedó muy bien Eri-chan- sonrió a la menor observando la figurita que corto mientras el se encargaba de esparcir otra masa -

- ¡Que bien! espero le guste a mí papá- mencionó la pequeña mientras dejaba la figura en una de las charolas- aunque estoy segura que si porque Izuku fue quien las hizo - la sonrisa que se formó en su cara le recordaba a la que usaba el pecoso- siempre le gusta lo que hace Izuku cuando le manda algo -