El secreto de la academia Yuei

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La depresión.
Una enfermedad a la que no se le da la importancia necesaria, ataca en silencio y te arrastra se apocó a un mundo oscuro en el que estás solo. Si alguien te ve triste te da la espalda o te critica sin razón.
Puedes tener un montón de amigos, puedes sonreír todos los días, darlos mejores consejos, reír y hablar hasta por los codos, tener la vida perfecta ante todos, pero... Cuando finalmente estás en tu casa, cuando la soledad y el silencio es tu única compañía. Es cuando tú te quitas la máscara y la sonrisa desaparece, te ves al espejo. Una voz, muy parecida a la tuya empieza a señalar tus defectos. Tú le das la razón y te hunde poco a poco, lleno de desprecio propio.
Sabes que no hay razón real para estar triste, tienes tantas cosas buenas en tú vida y te estás recriminando por no agradecerlo ¿Cuántas personas darían todo lo que tienen y hasta pondrían en juego su vida por estar en tu lugar?.
Esa es tu pregunta favorita con la que te sientes obligado a sonreír todos los días a pesar de sentirte como una mierda.

Todo esto lo descubrió Izuku siendo muy pequeño.

Empezó a alejarse de sus demás compañeros en cuanto presentaron su peculiaridad, sentía que no podía estar cerca de ellos. Al único amigo que seguía era a Katsuki, era tal vez por instinto o la necesidad de no quedarse en total soledad, no lo sabía.

Al estar por cumplir los cinco años y no presentar ningún don su madre lo llevo al médico. Recuerda todo levemente, radiografías, le hicieron análisis de sangre, ecografía, una revisión por tomografía y como le inyectaron varias cosas, cuando pregunto que eran, le respondieron que era para averiguar si su cuerpo reaccionaba a ellas y les ayudaría a encontrar su particularidad.
Después de eso le sacaron nuevamente sangre y se quedó con su madre en la sala de espera. Les habían dicho que tardarían alrededor de dos horas, pero su emoción y nervios hicieron que obligará a su madre a quedarse hasta obtenerlos resultados. Paso el tiempo jugando al héroe con su madre y una de sus figuras de All Might.

Llamaron a su madre, él se quedó platicando con una enfermera que su particularidad era la transformación de su boca y nariz. Se divirtió jugando con ella hasta que su madre le llamo.

Aún puede recordar con dolor la risa que dio su otro yo al enterarse de que no tenía particularidad. Llegando a su casa su madre le puso el vídeo del debut de All Might. No pudo evitar llorar y preguntarle a su madre si podía ser un héroe. De solo rememorar el llanto de su madre y sus constantes disculpas.

Empezó a tomar vitaminas poco después de eso. Supuestamente eran para ayudarlo a crecer grande y fuerte. En cuanto tuvo ocho años le pidió ayuda a su papá para hacer ejercicio, este acepto con una sonrisa y le realizó un horario de ejercicios. Lo llamaba a diario para contarle sus avances, como poco a poco empezó a aumentar la cantidad de ejercicios que realizaba.

Recuerda con tristeza como una semana estuvo tratando de llamar a su padre y este no contestó. Al término de esa semana, justo cuando acababa de tratar de llamar a su padre otra vez, llegó a su casa la carta, avisando que su padre ya no estaría con ellos. Ese día su madre con él en brazos lloraron y durmieron juntos.

Sus ejercicios pararon un tiempo, le dolía recordar que ya no podría llamar a su padre y decirle cuánto había avanzado, ya no le diría lo orgulloso que estaba de su persona ni cambiaría sus ejercicios.

Las burlas y agresiones de parte de Bakugo pararon temporalmente. Cuando volvieron a ocurrir fueron en menor medida.

Volvió a hacer ejercicios en la secundaria por petición del psicólogo. Tuvo que elegir entre varias artes marciales y pelea. La elección fue la danza y arte marcial (no recuerdo el nombre), este incluía unos anillos de metal, muy peligrosos por su filo, si hacía un mal movimiento durante la danza podría realizar una herida fatal. Su agilidad y resistencia mejoraron, por un tiempo también lo hizo su autoestima cuando su profesor lo halago abiertamente sobre su rápido progreso con los aros de práctica, pronto lo dejaron utilizar algunos sin filo.