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Ni bien llegado a la academia Izuku se encerró en la habitación y no salió el resto de la semana, calmando su Omega interno y manteniendo a raya sus hormonas hasta que volvieron a la normalidad. Sus alfas, preocupados por el y afectados seriamente por el ataque de ansiedad del chico, se encargaban de nunca dejarlo solo.
La habitación apestaba a las feromonas en conjunto de los machos, pero aún así la manada del 2-A y los otros alfas, no tardaron en acostumbrarse. Todo fuera por el bien estar de su solecito.

La pequeña omega, hija adoptiva también jugo un papel importante, siendo prácticamente encerrada con su padre en la habitación, dónde un nido temporal y mal hecho por los alfas fue su hogar unos días. Ella, pese a su corta edad, ayudo a su madre a acomodar el desastre lo mejor posible y se encargó de tomar duchas adecuadas.

Pero ...
¿Que había causado este efecto en el Omega?

El doctor encargado del caso no pudo explicarlo. Fue algo que salió por completo de todos los eventos posibles, no encontró ningún catalizador para esea reacción.

- quizás y solo quizás, - trato de explicar en una junta de último minuto con los involucrados- se encontraron durante el viaje con un agente externo, un alfa u Omega maduro que solo provocará rechazo y miedo a Midoriya, pero la exposición debió ser fuerte como para causar está reacción.

La preocupación los embargo aún más. ¿Cómo podrían prevenir eso? ¿Cómo saber cuándo debían correr y separar a Izuku? ¿Cómo decirle a su pequeño Omega que ya no podría seguir con sus deberes de héroe hasta tener un plan de contingencia?

Por ahora, lo guardarían en secreto.

Solo podían rezar que un episodio así no volviera a ocurrir.

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Gracias a los cuidados de todos, Izuku volvió a l normalidad el fin de semana. Pero también se dieron cuenta de algo.

En la espalda del chico, una nueva marca había aparecido.

El secreto de la academia YueiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora