Capítulo 38

451 77 13
                                    

Dedicado a DannLife

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dedicado a DannLife

***

Bessie:

No sé por dónde comenzar, no recuerdo haber escrito nunca una carta, y menos de despedida. Trataré de decírtelo todo como mismo lo siento porque, de alguna forma, esta es la última vez que hablamos.

Sé que imaginaste un futuro para los dos, juntos, pero por mucho que he tratado nunca me veo a tu lado en el futuro. Ni en ningún otro lugar. Yo estoy demasiado roto, y no puedo permitir que malgastes tu vida tratando de salvarme de mí mismo.

Yo nunca podré ser tu héroe, Bessie, y ya te he hecho sufrir demasiado. No puedo romperte a ti también. No puedo.

El día en que nos conocimos fui a tu cuarto buscando un recuerdo, pero en lugar de eso te encontré a ti, despeinada y usando el pijama más ridículamente adorable que había visto. Eres un ángel, lo único lindo que me ha pasado en toda mi vida, y lo único que ha hecho que mi existencia valga la pena.

Cada vez que te oigo reír me causas una alegría inexplicable, esa es mi propia versión del paraíso. Pero a la vez tu risa me duele, porque no puedo parar de pensar en que, tarde o temprano, yo me convertiré en el motivo por el que dejarás de reír.

Eres preciosa, Bessie, y, si me dieran a escoger entre la vida que he tenido y una menos triste, pero sin ti, volvería a pasarlo todo una y mil veces por el simple hecho de sostener tu mano cuando tienes miedo y verte esperar ansiosa por mí en las mañanas.

Yo no le temo a la muerte, la he deseado demasiadas veces. A lo que sí le temo es a verte llorar. No estés triste ni pienses en mí. Sé feliz con alguien que te merezca. Piensa que es solo mi cuerpo el que te abandona, mi alma permanecerá contigo y, cuando mires las estrellas, te acordarás de mí. Piensa que seré la que más ilumine tu noche para que nunca más sientas miedo de la oscuridad, y seré la que te sonría desde el cielo.

Yo no me voy para volver con mi rosa, me voy para protegerla, y quiero finalmente que sepa que la amo. La amo desde el primer día en que me abrazó, desde el día en que la besé, y mucho más desde el día en que supo todo sobre mí y me aceptó tal como soy. O fui.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora