Capítulo 29

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Dedicado a @strangerhunt

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Dedicado a @strangerhunt

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—Yo vivía con mis padres y con Jason —dijo—. Mi madre sufrió de depresión durante la mayor parte de su vida, y mi padre era un alcohólico. Aunque nunca le pegó, sí le gritaba y discutían todo el tiempo, y eso la hacía recaer con mucha frecuencia. Cuando era pequeño no me afectaba tanto. No comprendía bien qué ocurría ni por qué mi mamá pasaba días encerrada en su cuarto y no podía verla, pero Jason siempre estaba ahí para mí. Me cuidaba tanto que, más que mi hermano, era como mi padre y mi madre.

No necesitaba decírmelo, ya había notado la actitud paternal de Jason en el par de veces que lo había visto. Me consolaba saber que al menos lo había tenido siempre a él.

—El mayor problema comenzó cuando se fue a la universidad —continuó—. Podía ir a casa muy pocas veces, y mi madre se puso peor que nunca. Dejó la terapia y estoy seguro de que tampoco se tomaba la medicación. Sencillamente no resistió hacerse cargo de todo, incluyéndome a mí... Terminó tomándose tres frascos de píldoras una mañana, incluso antes de que me despertara para ir al colegio.

Sus ojos se humedecieron y sentí un profundo dolor. Comprendí por qué ese tema lo ponía tan susceptible. Ella no había muerto enferma o a causa de un accidente, había decidido terminar con su vida, al igual que Ana.

—Lo siento —dije y apreté su mano mientras luchaba por contener mis lágrimas.

—Yo la encontré... —susurró y una lágrima se escurrió por su mejilla—. Pero ya era muy tarde, y yo era solo un niño, quizás si...

Se detuvo y bajó la mirada. Un sollozo se le escapó, seguido de más lágrimas. No podía creer que se sintiera culpable, él había sido la más afectada de las víctimas.

—Jimmy... no es tu culpa, no había nada que pudieras hacer.

Intenté secar sus lágrimas con mis dedos. No me lo permitió, se pasó bruscamente el brazo por el rostro, secándoselo con el jersey. Trató de tragarse el llanto y continuar hablando, como si eso ya no le afectara. Sin embargo, la tristeza reflejada en sus ojos decía todo lo contrario.

—Mi padre se marchó a los pocos días, no volvimos a saber de él. Jason dejó la universidad por un tiempo y regresó a casa para ocuparse de mí. Éramos menores de edad, pero los servicios sociales suponían que seguíamos bajo el cuidado de nuestro padre. Con un poco de dinero que había ahorrado nuestra madre nos mantuvimos un tiempo, hasta que—

Hizo una pausa y decidí no presionarlo. Debía ser muy difícil para él contarme todo eso, así que esperé hasta que logró continuar:

—Hasta que la situación se me fue de las manos y casi muero desangrado en la escuela.

Lo soltó tan rápido que me tomó un momento procesar sus palabras. Mi piel se erizó y tragué en seco.

—¿Jimmy tú-tú también intentaste suicidarte? —tartamudeé, con miedo de escuchar la respuesta.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora