Capítulo 23

1K 180 144
                                    

Dedicado a marthaC15

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dedicado a marthaC15

***

Entré al edificio y me dirigí a las escaleras. Estaba decidida a encontrar a Jimmy en cualquier lugar que estuviera. No obstante, no logré avanzar demasiado, Víctor me interceptó. Me sorprendí un poco, llevábamos días sin hablar.

—Hola —lo saludé, intentando que no viera mi rostro hinchado y enrojecido a causa del llanto.

—¿Está todo bien, Bessie? ¿Te ocurre algo?

—No, descuida, está todo perfecto. —Fingí una sonrisa y traté de escapar—. Tengo prisa, lo siento. Hablamos luego, ¿vale?

Di media vuelta, pero me sostuvo por el brazo libre.

—Bessie... no me mientas, por favor. Antes de toda esta locura éramos amigos, y es evidente que has estado llorando. Dime qué te ocurre, quizás pueda ayudarte.

—Estoy bien, en serio —respondí, evitándolo con la mirada.

—Fue él, ¿verdad? ¿Ya te está haciendo sufrir?

—Víctor, no comiences por favor. —Me molestó el rumbo que estaba tomando la conversación, así que intenté detenerlo—. Ya te dije que todo está bien y que debo irme.

—¡Es que no puedo soportar que te haga daño a ti también! —exclamó con desesperación—. ¡Yo vi lo que hizo con Ana!

—¡Jimmy no tiene la culpa de lo que pasó con Ana! —grité—. ¡Detente!

—Bessie, yo...

Pensé que continuaría soltando estupideces sobre Jimmy, pero se calló. Su mirada reflejó algo que no logré comprender e hizo lo que menos esperaba sin darme tiempo a pensar: me haló por el brazo atrayéndome hacia él. Y luego me besó.

Me tomó un instante reaccionar. Lo empujé con todas mis fuerzas y me aparté de él.

—¿Qué mierda te pasa, Víctor? ¿Es que acaso te volviste loco? O no, espera, ¡más loco aún!

—En serio, lo siento —trató de disculparse—. Me dejé llevar.

Lucía avergonzado, pero estaba tan enojada que solo quería golpearlo. ¿Qué pasaría si Jimmy o la loca de Natalia se enteraban? Sería el apocalipsis.

—¡Ya te he dicho que entre nosotros no existe nada más que amistad! —exclamé—. O existía, ¿cómo pudiste hacer algo así? ¡Eres un idiota! ¡Mantente lejos de mí y olvida que existo!

—Bessie, espera —suplicó—. No hagas eso, por favor. Fue un error, perdóname.

Lo ignoré por completo y comencé a subir las escaleras con rapidez. Quería desaparecer de ahí de inmediato y olvidar lo que había ocurrido. Se interpuso en mi camino e intentó detenerme.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora