Capítulo 17

1K 187 121
                                    

Dedicado a RebelStacyRM

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dedicado a RebelStacyRM

***

Navidad: mi día favorito del año.

Desde pequeña siempre amé esa fecha y lo relacionado con ella, excepto el invierno. Detestaba el frío, la nieve, la ropa, los días oscuros. Pero la Navidad me consolaba y hacía que esa terrible época del año valiera la pena. En casa teníamos un árbol enorme con una brillante estrella en la punta, y cada año amaba armarlo con toda mi familia. Y con Beth. Ella y su madre siempre iban a cenar con nosotros en las fechas especiales.

Ese día no podía permitirme estar triste, al menos saldría un rato de la clínica.

Tampoco podía quejarme, el espíritu navideño había llegado incluso allí. Toda la instalación estaba decorada para la festividad, cubierta de lucecitas de colores y de adornos verdes y rojos. El color verde resaltaba sobre el rojo —un detalle que podía pasar desapercibido—, y sabía que el desbalance no era un elemento fortuito. Stella me explicó que lo hacían de ese modo porque el rojo era considerado un color demasiado agresivo. En exceso, podía llegar a ser perjudicial para algunos de los alumnos.

Acababa de hablar con mi familia por teléfono y estaba melancólica. Papá fue bastante cariñoso conmigo, a pesar del muro que se había levantado entre ambos luego de mi cumpleaños. Era triste que nos sintiéramos de ese modo, pero sabía que el tiempo lograría calmarlo todo y que volveríamos a ser tan cercanos como siempre. El inmenso amor que sentíamos uno por el otro no se acabaría a causa de una discusión tonta.

Varios familiares habían llegado y había una algarabía que nunca antes había visto allí. Todo el lugar usualmente estaba sumergido en un silencio total, como muerto. Me costaba verlo lleno de vida.

En el salón principal vi a Jimmy. Estaba apoyado en la ventana mirando hacia la entrada de la clínica, y lucía algo ansioso. Su saludo al verme fue una genuina y amplia sonrisa. No tuvimos tiempo de intercambiar ni una palabra, pues sus ojos se iluminaron al ver llegar un auto gris.

—Ahí está —me informó con entusiasmo—. Vamos.

Tomó mi mano y me llevó casi corriendo hasta el estacionamiento, donde presencié una escena muy linda y conmovedora. En efecto, fue Jason quien se bajó del auto, y ambos se abrazaron de inmediato. Era evidente lo mucho que se querían, me parecía que nunca había visto a Jimmy tan alegre.

Cuando se separaron, Jason se volteó hacia mí y me extendió su mano.

—Tú debes ser Bessie —dijo con una enorme sonrisa.

Tomé su mano para saludarlo y asentí un poco nerviosa.

«Bendito. Dios. Santo», me dije al mirarlo de frente. Era, sin dudas, el hermano de Jimmy. Lucía exactamente como él, solo cuatro o cinco años mayor. Tenía los mismos ojos azules penetrantes, el mismo cabello dorado, e incluso la misma sonrisa. Nunca había visto a dos hermanos parecerse tanto.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora