Dedicado a PanConLeche16
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Trataba de concentrarme en Jimmy mientras caminábamos hacia la biblioteca, pero se me hacía bastante difícil. Mantuve los ojos cerrados durante casi todo el camino; no podía siquiera pensar en lo que hacía. No encontraba ninguna explicación lógica a por qué había aceptado salir de mi habitación de noche.
Todo cuanto podía recordar era la expresión en su rostro al pedírmelo y tomar mis manos. Aunque me debía una disculpa, no lograba estar enojada con él.
No hablamos ni una palabra en el trayecto, todo cuanto hice fue temblar y desear correr hacia mi cuarto. Al parecer, lo notó y sostuvo mi mano con firmeza. A pesar de toda mi ansiedad y el miedo tan enorme que sentía, su presencia me transmitía cierta confianza.
La biblioteca estaba bien iluminada, justo como él había dicho. De igual modo, no me atrevía a mirar en dirección a las ventanas. El simple hecho de imaginar la oscuridad fuera de ellas me hacía estremecerme en la silla. Me tomó alrededor de cinco minutos normalizar mi respiración. Saber que fuera de mi habitación estaba expuesta e indefensa no me permitía calmarme del todo.
—¿Estás bien? —preguntó, expectante.
Asentí con algo de dificultad.
—¿Qué... qué querías decirme? —pregunté, intentando distraer mi mente.
—Bessie —suspiró profundo—, siento como me comporté contigo ayer. Tenía mucho dándome vueltas en la cabeza, y nada de eso es tu culpa. En serio, lo siento.
—Descuida, ya lo había olvidado. —La culpabilidad en su rostro me indicaba que estaba siendo sincero y no le dije más nada al respecto. No quería hacerlo sentirse peor—. ¿Por qué faltaste a clases hoy? Me sorprendió que no fueras.
Su expresión cambió por completo, lucía nervioso e inquieto. Supe entonces que acababa de acertar con mi pregunta. Decidí soltarlo todo de una vez para aclarar mis dudas:
—Natalia dijo que hoy es el cumpleaños de Ana. ¿Quién es esa chica, Jimmy? ¿Qué ocurrió con ella? ¿Era tu novia, o... aún lo es?
—¿Qué? —Se sorprendió—. ¿Natalia dijo eso también?
—No, no exactamente, pero... ¿lo es?
Bajé la cabeza y comencé a jugar con la costura de mi blusa. No sabía por qué hablar de esa chica me hacía sentir tan incómoda. Sin embargo, se rio de pronto y me quedé perpleja al ver su reacción. Un par de segundos atrás había estado consternado.
—¿Qué te ocurre, Bessie? —preguntó con diversión—. ¿Acaso estás celosa?
—¿Qué? ¿Yo? ¡No! ¿P-por qué estaría celosa? —tartamudeé, llamando la atención de varias personas a mi alrededor. Eso hizo que me sintiera como una imbécil y que me enojara con él. Me levanté de la silla y lo enfrenté—. ¿Sabes qué? Si me trajiste hasta aquí para reírte de mí, olvídalo. Me voy a mi cuarto, de donde no debí salir, en primer lugar.
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La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]
Teen Fiction"A veces, en la búsqueda de las estrellas en otros ojos, caemos en el interminable pozo de la oscuridad". -Akshay Vasu. ** Bessie no está loca ni tampoco es una psicópata asesina. No es su culpa no recordar qué pasó esa noche en la que murieron sus...