Capítulo 61

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Dedicado a SophieRojas1

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Dedicado a SophieRojas1

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La sala del juicio tenía poco en común con la primera que visité después del incendio. Era mucho más pequeña y había menos personas que en aquella ocasión, pues no habían querido darle tanta cobertura mediática al caso. Quizás ya habían aprendido la lección después de la ola de odio que comenzaron contra mí poco más de un año antes.

El abogado me acompañó al pueblo, pero Nick se quedó en casa. Llevábamos menos de una semana de novios y no queríamos estar ni un día separados. Sin embargo, ya había sido lo suficientemente difícil para mi padre digerir todo lo de Josh y la reapertura del caso de un día para otro.

Esta vez sí se haría justicia, de eso estaba segura. La fiscalía no había dado demasiados detalles, pero según mi abogado todo indicaba que con las nuevas pruebas de una vez por todas se le había dado un cierre real al caso del incendio. Lo único que faltaba era decidir mi participación en el encubrimiento de la culpabilidad de Josh.

Fue casi una hora lo que estuve ahí dentro. Cada minuto más intenso que el anterior. Mis manos estaban sudorosas y tenía que controlarme todo el tiempo para no jugar con la costura de mi falda. No obstante, no tuve ningún ataque de pánico. De hecho, esos episodios de horror se habían convertido en apenas un mal recuerdo de mi pasado. Solo eso: un recuerdo.

Pude hablar y defenderme cuando fue mi turno, justo como me indicó previamente el abogado, y también fui capaz de demostrar cuánto me había recuperado luego de mi estancia en la clínica. Ya no era la chica loca y descontrolada que una vez habían declarado inocente por falta de pruebas, pero que habían condenado públicamente a una culpabilidad eterna.

Por primera vez en mi vida, yo era una mujer fuerte y ansiosa de ser libre.

Mi estómago se contrajo un poco cuando el juez se dispuso a dictar la sentencia y nos ordenó a ponernos de pie. Pero sus siguientes palabras quedarían grabadas en mi memoria para siempre, sobre todo una: «inocente».

Yo, Harriet Elizabeth Moore, era considerada inocente después de tanto tiempo.

El abrazo emocionado del abogado fue lo que me sacó del trance y me obligó a reaccionar. Todo se había terminado. En lugar de sonreír, los nervios me traicionaron y comencé a llorar. Sin embargo, eran lágrimas de felicidad.

Ellos habían tenido en cuenta todo mi historial psiquiátrico y todo el daño que sus procedimientos erróneos del pasado me habían ocasionado. De igual modo, habían determinado que Josh no los asesinó de manera intencional, sino accidental. Mi nombre nunca más estaría relacionado con el incendio, y todos los chicos podrían descansar finalmente en paz. Mi Beth podría descansar.

Al salir de la corte me recibió mi familia. No me alcanzaban las fuerzas para todos los abrazos que quería darles. Llamé a Nick de inmediato y creo que hasta mi padre escuchó el chillido de emoción de Aurora al otro lado de la línea. Ellos habían estado esperando ansiosos por los resultados del juicio.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora