Capítulo 65

142 13 1
                                    

Dedicado a tu_chica_rosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dedicado a tu_chica_rosa

***

No había sentido tanto miedo desde aquel día fatídico en que tuve a Jimmy desangrándose en mis brazos y supe que no había nada que pudiera hacer para salvarlo. Nick estaba dentro de una sala de terapia y lo único que podíamos hacer era esperar. Ya le habíamos avisado a Nora y llegaría en cualquier momento. Mientras, Halley, Aurora y yo permanecíamos sentados en las sillas en la sala de espera.

Subí mis piernas a la silla y las abracé contra mi pecho. Mi hermana trataba de consolar a Aurora para hacer que dejara de llorar por los nervios. Yo no estaba llorando, no porque no sintiera ganas de hacerlo, sino porque no tenía fuerzas ni siquiera para eso. A pesar de que estaba justo a mi lado, escuchaba la voz de Halley en la distancia, y apenas lograba distinguir sus palabras.

Las señales habían estado frente a mí todo el tiempo y, como siempre, era tan incompetente que no me había enterado de nada. Temía que fuera demasiado tarde. Pero no podía serlo, Nick no podía dejarnos justo cuando todo comenzaba a tomar su curso. No podía.

—Mamá llegó —me dijo Halley.

Asentí de forma monótona y ni siquiera miré en su dirección. El hospital no era sitio para una niña, así que la habíamos llamado para que fuera a recogerla. Al parecer, tampoco podía hacer bien las cosas con ella nunca.

—Cariño, tu padre te está esperando abajo —le dijo Louisa a Halley—. Yo iré con ustedes en un momento.

—No llores más, ¿sí? —le dijo mi hermana a Aurora—. Nick es fuerte, esto se le pasará muy pronto y luego veremos películas juntos. Ya verás.

Su voz inocente y esperanzada mostraba que ella no tenía ni la más mínima idea de la gravedad del asunto. Sin embargo, el rubio asintió y se despidieron.

—No vemos muy pronto, Bessie.

Traté con todas mis fuerzas de sonreírle, pero ni siquiera pude pronunciar palabra. Me dio un pequeño abrazo y luego se marchó para encontrarse con su padre. Louisa suspiró profundo y permaneció de pie frente a mí. Ni siquiera levanté la vista. Supuse que se había quedado para decirme algo, probablemente para reprocharme el no poder darle ni unas horas de normalidad a mi hermana.

Pero no lo hizo.

—Lo siento —dijo. Parecía sincera—. Espero que Nick... ¿Nicholas? En fin, espero que mejore muy pronto. Halley lo aprecia mucho... y tú también.

Finalmente decidí mirarla. Sus manos no dejaban de jugar con la correa de su bolsa. Era comprensible que no supiera cómo consolarme, ni siquiera me conocía. Sin embargo, no tenía fuerzas ni ánimos para ser hostil con ella.

—Gracias... —musité.

Asintió y se volvió hacia el rubio. Él aún era un revolico de lágrimas.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora