Dedicado a IngridA24
***
Tenía que ser un sueño. Esa que aguardaba en nuestra puerta no podía ser mi madre. No podía ser la misma mujer que me había abandonado antes de que aprendiera a atarme los zapatos por mi cuenta o a escribir mi nombre.
—Eh... —comenzó a decir Nick, obligándome a salir de mi hipnosis momentánea y mirarlo—. Bessie Boop, Aurora y yo iremos a comprar un par de cosas al centro. Volvemos en un rato.
Asentí, aunque no estaba muy segura de haber comprendido del todo lo que decía. Aurora estaba incluso más embobecido que yo y ni siquiera lo escuchó.
—¡Andrew! —le gritó Nick y el rubio dio un brinco.
—Sí... eh... volvemos en un rato.
Dudaron un instante, pero luego rodearon a la figura femenina y desaparecieron por el pasillo. Ella entró y cerró la puerta. De manera inconsciente, retrocedí ante su invasión a mi espacio.
—Harriet...
Al escuchar su voz todo mi cuerpo se tensó. Sentí mis piernas flaquear, así que me apoyé en el extremo más alejado de la encimera.
—¿Q-quién eres tú?
—Soy yo, mi niña... Soy tu mamá...
—No, no lo eres —repetí mientras negaba con la cabeza—. No lo eres, tú no eres mi mamá. Yo dejé de tener mamá a los cinco años.
Pero sí que lo era. Y yo lo sabía sin importar cuánto lo negara.
Un pequeño rastro de dolor se dibujó en su expresión al escucharme. ¿Le dolía? ¿Cómo diablos podía dolerle? Si no le había dolido abandonarme con solo cinco años no tenía derecho a sentir nada por mí. Sentí todo mi rostro arder.
—Harriet, yo... muchas cosas han pasado. Creo que ya es hora de que hablemos, pero no sé por dónde comenzar.
—Comienza por irte —dije con voz mecánica. Caminé hacia la puerta y la abrí de un tirón—. Vete de aquí.
—Por favor, déjame hablarte —suplicó—. Concédeme unos minutos. Sé que no lo merezco, pero permíteme explicarte.
Mi respiración se aceleró. No sabía qué hacer. Quería que se fuera, solo eso. Cerré de un sonoro portazo y volví a la encimera sin mirarla siquiera. Me apoyé nuevamente para lograr mantenerme en pie y oculté el rostro entre mis manos. Nada parecía funcionar; no había forma de organizar mis ideas.
De repente sentí que puso su mano en mi hombro.
—¡No me toques! —grité y me aparté violentamente.
—Harriet—
—¡Deja de llamarme Harriet, maldita sea! ¡Mi nombre es Elizabeth! ¡Elizabeth!
—D-de acuerdo, Elizabeth... Las cosas no son como crees, en aquel tiempo fue muy difícil para mí. Estaba muy débil emocionalmente y no era feliz... Tenía que tratar de buscar mi paz y solucionar mis propios problemas, ¡solo así llegaría a ser una buena madre y esposa! Pensaba volver, lo juro. Solo que... luego no todo salió como quería.
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La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]
Teen Fiction"A veces, en la búsqueda de las estrellas en otros ojos, caemos en el interminable pozo de la oscuridad". -Akshay Vasu. ** Bessie no está loca ni tampoco es una psicópata asesina. No es su culpa no recordar qué pasó esa noche en la que murieron sus...