Capítulo 13

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Dedicado a gegasam

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Dedicado a gegasam

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—¿Te besó? —chilló—. ¿Jimmy te besó? ¿Acaso es eso? Dios Santo, Bessie, si es eso y no me lo habías contado juro que no te perdonaré. ¿Te dijo que tú le gustas? ¿Cuándo ocurrió? ¿Por eso te perdiste toda la tarde? Sabía que—

—¡Jojo, detente! —la interrumpí. Era sorprendente la cantidad de palabras que podía decir en un par de segundos—. No se trata de Jimmy, se trata de mí.

—¿De ti? ¿A qué te refieres? Oh, no me digas que... ¿lo besaste tú a él?

—¡Jojo! No hubo ningún beso —aclaré entre risas y me senté junto a ella en su cama—. Es algo que quiero contarte sobre mí o, mejor dicho, sobre mi pasado.

—¿A qué te refieres? ¿Tienes algún secreto oscuro que quieras revelarme? Oh, Dios, adoro los secretos oscuros. Cuéntame, muero de curiosidad por saber.

La enorme sonrisa dibujada en su rostro me dio un poco de confianza para hablar. Necesitaba desahogarme y contarle todo desde mi punto de vista a alguien que no hubiera vivido esa locura.

—Verás, Jojo, nunca te he contado el motivo que me trajo aquí.

Lucía confundida. Antes de que pudiera pronunciar una palabra, coloqué un dedo en su boca para silenciarla.

—Espera, es cierto que soy nictofóbica, que tengo un trastorno de ansiedad y que me dan ataques de pánico. Pero he convivido con eso desde que era niña, y no es lo que me hizo entrar a la clínica.

Me observaba como si estuviera a punto de contarle que había asesinado a alguien y tirado el cuerpo. En realidad, mucha gente pensaba que había hecho algo similar.

—Todo ocurrió hace un par de meses —dije—. Mi mejor amiga, Beth, llegó un día a casa diciendo que habría una fiesta genial en la escuela por el inicio del año escolar, que no podíamos faltar y que James también iría. Yo nunca había asistido a nada parecido, no salía jamás de noche. Beth insistió que era por la tarde y que podría marcharme antes de que oscureciera.

—¿James? El que era tu novio, ¿cierto?

—Así es, y no quería dejarlo plantado desde la primera fiesta a la que iríamos juntos, por eso decidí ir. Era en la tarde, pensé que no habría ningún problema.

Cómo iba a imaginar lo que pasaría. Todo hubiera sido diferente si me hubiera quedado a ver la tele como estaba acostumbrada.

—Todo estuvo perfecto hasta que llegaron los hermanos Brown, J.M. y Roy. Beth estaba perdida por el mayor, J.M., así que ellos pasaban bastante tiempo con nosotras y con James. Eran los típicos chicos populares, pero muy agradables y divertidos. Aún no sé qué diablos hacía alguien como yo juntándose con ellos, supongo que es porque iba en el mismo paquete junto a Beth. A ella la conocían casi todos en el instituto. Muchos chicos morían por pasar un rato con ella, y sé que J.M. era uno de ellos. Me pregunto qué hubiera pasado si—

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora