Dedicado a dannia77
***
—No podía dormir —respondió con voz llorosa—, sentía que no podía respirar en mi habitación.
—¿Ah, sí? —dije, pretendiendo que no me importaba—. Qué mal por ti, entonces. No fuiste el único, yo tampoco pude dormir gracias al maldito yeso y al dolor en el brazo.
—Lo siento, de verdad —susurró y bajó la mirada—. Sé que fue mi culpa.
Su rostro reflejaba una enorme tristeza que me hacía dudar, y un nudo se formó en mi garganta. Si pasaba más tiempo con él terminaría por sucumbir.
—Sí, fue tu culpa. Es mejor que te marches y me dejes en paz.
Di un paso hacia atrás y me dispuse a cerrar la puerta. Se levantó con rapidez y me impidió hacerlo.
—Por favor, Bessie —suplicó—. Llevo toda la noche aquí afuera, escúchame al menos.
—¿Que te escuche? —reclamé con enojo—. ¿Me escuchaste tú a mí, acaso? No es mi problema si hiciste guardia afuera de mi cuarto, no te pedí que lo hicieras. Además, dudo que el profesor encargado te lo haya permitido.
—Lo hizo porque le dije que ni siquiera Gibson iba a levantarme de aquí hasta que no hablara contigo. Por favor...
Solté un suspiro de frustración.
No sabía bien por qué le daría una oportunidad, no la merecía. Quizás era por su tono suplicante, o por su rostro infantil lleno de oscuros moretones y ojeras. No podía mentir, me dolía demasiado verlo de ese modo.
Salí despacio al pasillo y cerré la puerta tras de mí, Jojo seguía dormida.
—Vale —cedí—, tienes dos minutos para explicarme de una manera malditamente convincente qué mierda estabas pensando ayer cuando le soltaste ese disparate a Víctor, ¡como si Ana y yo fuéramos un jodido trofeo, Jimmy!
—Lo siento —respondió. Podía percibir la culpa en su tono de voz—. No sé por qué dije eso. Estaba enojado con Víctor y eso fue lo primero que se me ocurrió para molestarlo. Tú sabes lo mucho que me importaba Ana, y en cuanto a ti... yo no tengo a más nadie, solo a ti. Eres la única que me salva de los recuerdos dolorosos.
Se acercó y tomó mi mano, sin que yo pudiera mostrar resistencia alguna. ¿Quién diablos podía resistirse a esos ojos si te miraban de ese modo?
—En serio te quiero, Bessie, más de lo que te imaginas.
—Yo también te quiero, Jimmy —admití—. ¿Cuándo va a quedarte claro eso? Pero no puedes ir por ahí actuando por impulso sin mirar las consecuencias. No. Puedes. Hacerlo.
—Lo sé, lo siento... ¿me perdonas?
Dudé un instante. En el fondo, no le guardaba rencor; no lo conseguía por mucho que lo intentara. No podía aparentar ni un segundo más que era indiferente a su dolor, aunque tampoco le permitiría tratarme como a una pertenencia suya.
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La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]
Teen Fiction"A veces, en la búsqueda de las estrellas en otros ojos, caemos en el interminable pozo de la oscuridad". -Akshay Vasu. ** Bessie no está loca ni tampoco es una psicópata asesina. No es su culpa no recordar qué pasó esa noche en la que murieron sus...