Capítulo 28

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Dedicado a @evafernandez611

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Dedicado a @evafernandez611

***

Con el regreso de Jimmy, las cosas fueron mejorando. El primer día fue muy complicado, especialmente en el salón de clases. Todos notaron que actuaba como si no estuviera ahí, parecía un fantasma. Pero, paso a paso, se reincorporaría a la vida normal.

Por otro lado, logré quitarme el yeso, mi brazo ya estaba recuperado. Si bien me sentí aliviada, era como si me faltara algo todo el tiempo, casi lo extrañaba. Cuando Stella me lo comenzó a quitar le pedí que cortara con cuidado la parte de la estrellita que me había dibujado Jimmy. La había hecho con tanto amor que quería conservarla junto al resto de mis cosas especiales.

Esa noche fuimos a cenar juntos, retomando otra de nuestras costumbres. Él estaba recuperando su entusiasmo y su alegría cuando estaba conmigo, además de su manía de ignorar al resto del mundo. A veces pensaba en lo mucho que me hubiera gustado que tuviera amigos de verdad, personas en las que confiara y con las que se sintiera bien que no fuéramos Stella, Jason y yo, que lo queríamos de un modo diferente.

Estaba hipnotizada con su linda sonrisa y sus hoyuelos cuando vi a Nick por encima de su hombro. Se acercó a nosotros con su bandeja en la mano y vino directo a sentarse a nuestra mesa.

—Hola, Bessie Boop, Hendrix —nos saludó al llegar y se sentó con calma a nuestro lado.

Jimmy clavó sus ojos azules en él con una hostilidad infantil, y yo también me sorprendí bastante. ¿Qué pensaba hacer? Nunca nadie se había sentado a cenar con nosotros, no éramos exactamente los más populares de la clínica. Nick era mi amigo, quizás el más cercano que tenía, pero no era la persona favorita de Jimmy —en caso de que a él le agradaran al menos cinco personas en todo el planeta.

—¿Qué? —nos preguntó Nick sin inmutarse—. ¿Les molesta que me siente a cenar con ustedes?

—No —traté de responder—, claro que no Nick, es que—

—Bien —me interrumpió—. No me importa, de cualquier modo. Me aburrí de andar solo y decidí que el tiempo que me queda aquí lo pasaré con ustedes. No necesito aprobación para hacerlo.

La cuchara de Jimmy se resbaló de sus manos y sonó al caer en la bandeja. Yo tampoco había esperado algo como eso ni en un millón de años. Me costó un poco ocultar mi sorpresa. Me aclaré la garganta y traté de continuar comiendo como si nada hubiese cambiado.

Jimmy permaneció inmóvil. Al parecer, todavía no procesaba la información.

—Lo siento, hermano —le dijo Nick con una sonrisa—, pero creo que ambos necesitamos compañía. Si no te agrada la idea, siempre te queda la opción de irte a cenar con el otro boxeador o con la morena que parece un jodido loro. Me da igual, yo no pienso moverme.

Nick comenzó a comer con mucha naturalidad mientras Jimmy me miró con sus ojazos más abiertos que nunca, como si quisiera que yo le diera alguna explicación lógica a la situación. No tenía nada que hacer al respecto y me pareció divertido, así que me encogí de hombros.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora