El repiqueteo de los pájaros en la ventana me obligan a abrir los ojos y despertar, hoy no tuve un sueño extraño, pero si estaba descansado cómodamente. Hasta que los pájaros interrumpieron mi sueño.Desconecto mi celular de la corriente eléctrica, pues no recuerdo el momento en que me quede dormida, solo recuerdo estar hablando con Jenna... Así que checo el celular y leo sus mensajes.
Jenna <3 : Me has dejado hablando sola, gracias.
Jenna <3: Como sea Derek esta aquí.
Jenna <3: Nomas no te pego porque estas en la Costa.
Jenna <3: Descansa dormilona.
Jenna <3: Pd: si en ocho años no estamos ahí, chillo.
Esa era mi mejor amiga y no cambiaría absolutamente nada de lo que he vivido con ella, desde nuestras discusiones absurdas, nuestros recuerdos de cursilería, todos los regalos, nuestras platicas nocturnas. No la cambiaría por nada.
Con esos pensamientos felices y positivos me levanto de un salto y vuelvo al celular para checar la hora, con casi las once de la mañana. Tal vez Eros ya se bajo a desayunar, o tal vez aún esta dormido. A pesar de ser vecinos de habitación de hotel, yo creo que es prudente que le pida su numero telefónico para ponernos de acuerdo en este tipo de cosas.
Lo anoto en mi libreta de recordatorios mental y me encamino a su habitación, toco con simpleza y aguardo, y aguardo, vuelvo a tocar y espero pacientemente. Hasta que abre.
Eros esta más dormido que despierto, el cabello pelinegro se encuentra todo revuelto, su cara esta aún somnolienta, solo lleva unos shorts como su pijama, no trae calzado y ahh sus lentes le dan un toque de sofisticación. Esperen, ¿sus lentes?
-Perdóname por molestarte, no pensé que estuvieras dormido. – me encojo de hombros y el me dedica una sonrisa de media luna.
– Tranquila, ayer te dije que probablemente dormiría más de la cuenta, nada de que alterarse. ¿Ya has ido a desayunar?
– No, pero creo que ya no alcanzamos el horario establecido...ayer mencionaste que podríamos ir a un bar/karaoke, propongo que nos metamos a la piscina por la mañana, para pasar el rato. – sugiero.
–Me parece bien, nos podemos ver en una media hora o cuarenta y cinco minutos.
Me parece, me parece. – ¿Debía preguntarle sobre sus lentes? – ¿Usas lentes?
Así no era.
Eros abre ambos ojos con sorpresa y se lleva ambas manos a sus lentes. Como si de pronto hubiera olvidado que los tenía ahí.
–Oh dios, oh dios.
–Está bien si no te gusta usarlos, no debes porque fingir que no sabias que existían.– me reí. Pero esta vez Eros no me siguió el juego, si no más bien me cerro la puerta en las narices.
Gracias al cielo pude retroceder a tiempo, si no mi nariz tendría que pasar por otra reconstrucción. Sí, aun me acuerdo cuando en tercero de secundario un niño me lanzo a la cara un balón de basquetbol y rompió mi nariz. Por algo es más afinada.
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EL MAR TATUADO EN TU PIEL
Teen FictionAnelisse Strong es una chica enfadada debido a que la azafata le cambio el boleto de avión con destino a Medellín, Colombia y ahora, no hay vuelta atrás. Eros Ivanov se encuentra viajando por el aniversario luctuoso de sus padres. Piensa que estar...