Capítulo dieciséis. "Las decisiones que tomamos nos definen."

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–¿Por qué ella no es la novia? – pregunta Eros con cuidado mientras caminamos rumbo al restaurante.

–¿Deberíamos ir a buscarla?– cuestiono con una punzada de culpabilidad por no ir detrás de ella apenas el elevador se detuvo.

–Lo mejor es que se calme sola Anelisse, tuvo el tiempo suficiente como para que recapacitara y se hiciera a la idea. Necesita procesarlo y, Eros ella no es la novia porque la novia es su hermana gemela, Jaqueline.

Sabía que Zendaya era un poco diferente en el aspecto físico, pero ¡QUÉ!

– ¿Te vas a casar con Jaqueline y te acuestas con su hermana gemela? – cuestiono sin pensarlo dos veces.

–No volveré a acostarme con Jaqueline, ni siquiera se en que momento comenzó. Solo, me hace bien estar con Zendaya y también me hace bien estar con Jaqueline.

–No debería ser tan sencillo como eso.– respondo con frialdad.

–Algún día te contare el trasfondo de nuestra historia y veras de que lado estas.

Intente no seguir lanzándole insultos en su cara, si no que al contrario decidí recobrar mi compostura y respirar profundamente.

–¿Y porque nos has invitado? – cuestiona Eros y yo lo miro de mala manera, pues esta loco si aún quiere asistir a dicho evento, porque yo lo último que quiero hacer es ver a Alan otra vez en mi vida.

–Dos de mis invitados venían de ciudad de México y les ha salido un contratiempo de ultimo momento, así que se han quedado a atenderlo y cuando han buscado vuelos antes del sábado... en todas las aerolíneas les resulta agotado. Así que tengo dos lugares disponibles y ustedes parecen ser unas buenas personas, ¿Quieren venir? Será él siguiente sábado en el salón que esta a tres hoteles de este.

– De ninguna manera, gracias. – tomo a Eros de la mano y me adentro con el al restaurante universal, el señor nos atiende y nos conduce a una mesa solo para dos. Ambos nos sentamos uno frente al otro y entonces Eros rompe el silencio.

–Lo que hace Alan esta mal. –dice con simplicidad.

–Alan y Zendaya están mal, ¿Cómo puede él hacerle eso a su futura esposa? y ¿Cómo puede hacerle eso ella a su hermana? – niego repetidas veces hasta que un mesero se acerca a dejarnos un poco de fruta y café frío.

– Él ha dicho que no conocemos su trasfondo, sin embargo no creo que sea necesario conocer un trasfondo para tener ya una opinión...pero tampoco creo que podamos hacer nada, las decisiones que una persona toma lo llevan hasta donde están.

– ¿Y si estamos mal por estar ignorando dicha situación?

–¿Deberíamos ir a buscar a Zendaya?

– Tal vez...

Mis palabras se ven interrumpidas por que al mirar a la entrada puedo ver a la misma de la mano de Alan.

–¿Es Jaqueline?

Niego rotundamente, tiene las facciones de Zendaya.

Pongo los ojos en blanco y nos dedicamos a seguir cenando, aún podía pensar que podría hacer para ayudar o si era mejor dejar las cosas hasta aquí, aunque también me pregunto que de estar en esa situación y de ser Jaqueline, me gustaría saber con quien me voy a casar.

–¿An?

Regreso mis pensamientos al presente y miro directamente a Eros, el cual me observa con el entrecejo fruncido y su tenedor en la mano.

–Perdona, me he quedado pensando.

– Te había preguntado si gustas salir mañana a un bar/karaoke en la tarde.

Asiento repetidas veces. – Ese me parece un buen plan. – sonrió y trato de ahuyentar todas las emociones encontradas que tengo respecto a la situación de las gemelas.

–Trata de no estresarte mucho, aún queda una semana. – me sonríe y pone su mano sobre la mía, asiento repetidas veces y sonrió.

Para el resto de la velada tratamos de evitar todo el tema relacionado con nuestros extraños amigos y nos centramos más en nuestra vida personal antes de coincidir.

–Desearía tener muchas anécdotas que contar el día de hoy, sin embargo no he pasado por mucho...creo que me perdí de muchas cosas. – me encogí de hombros sobre mi asiento y Eros soltó una risita nerviosa.

–Deberías vivir tu vida, pero no por las anécdotas que tal vez en un punto le puedas contar a un completo desconocido. Si no mas bien, por las cosas que te gustaría recordar cuando haya pasado ya un tiempo, se tu propia lectora del libro de tu vida, Anelisse Strong.

Asentí repetidas veces mientras bebía un poco de café frío y a pesar de que seguimos hablando de muchas cosas más, mi mente se quedo congelada en ese momento, con ese consejo que se quedo grabado dentro de mí.


–Nos merecemos un buen descanso por el día de hoy. – me rio una vez que me encuentro frente a la puerta de mi habitación.

–El mar me ha dejado bastante agotado, siéndote sincero si podría dormir un par de horas extra. – se encoje de hombros.

–Descansa Eros, mañana será un buen día. – me despido con una sonrisa en la cara. Y después me meto en mi habitación.

Apenas me dejó caer en un rinconcito de mi cama, mi celular comenzó a vibrar como loco iluminando el nombre de mi mejor amiga en letras grandes y con un corazón rojo al final.

–¿Anelisse? ¿Ya has vuelto de Colombia? Habrá una fiesta en una media hora y se que siempre me rechazas, pero yo prometí marcarte siempre que se me presentará la oportunidad de asistir a una, tal vez algún día logre convencerte de venir. ¡Son increíbles!

Sonrío mientras me siento en la cama y juego con una de las prendas que había sacado de las bolsas, tal vez era un buen momento para ordenarlas un poco.

–Lo siento Jenna. – pongo el teléfono en alta voz mientras comienzo a doblar ropa. – No estoy en Colombia, ni en casa. He tomado el avión equivocado y he terminado en Playa Costa del Pacifico, Maddy me ha despedido y he decidido quedarme aquí unos días, además de que conocí a un chico.

–Nononono, a ver, espera Anelisse ¿Qué te has fumado? ¿O has leído algún libro o visto alguna serie sin mi? Esto suena muy irreal, ¿¡Por qué no me habías contado!? - chilla del otro lado del teléfono.

– Tal vez es una historia un poco larga y tu debes de ir a una fiesta ¿O me equivoco? – me reí.

– Tienes mi completa atención en lo que pasa Derek por mi, necesito que me expliques que estas haciendo ahí.

Derek y Jenna son una de las razones por las que aún sigo creyendo en el amor, llevan juntos cinco años aproximadamente y por increíble que parezca nunca los he escuchado pelear, tal vez mantienen sus discusiones en privado o tal vez no las tienen. Es complicado adivinar.

– Pues verás, el día que se supone tenía que viajar a Medellín Colombia, llegue tarde al aeropuerto..

EL MAR TATUADO EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora