EPÍLOGO

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"Estos rayos dorados."

Fue en aquella hora dorada,
O tal vez desde que te vi en ese avión.
Ambos sabríamos que no éramos pasajeros,
Fue esa la conexión.
Y me sentí prisionero
Tú te llevaste mi atención.

Este es un pequeño adelanto de mi futuro single. Lo tienes tú porque te amo y porque eres en quien me inspire para crearla. Pensé ponerle tu nombre como título ¿Pero sabes? Eso ya no sería especial, todos le dedicarían esa canción a su propia "Anelisse" y entonces el chiste se perdería. Por eso opté por escribirte algo que sea personal, que solo nosotros dos entendamos, algo nuestro que sea nuestro secreto. ¿Puedes guardar un secreto Anelisse Hudson? Sé que es prematuro pero vamos ¡Ya tienes el anillo! Ya casi nos casamos, estoy en derecho de poderte cambiar el apellido, con eso de que a mí no se me da verdad jaja.

En fin; Ethan lleva media hora gritando que debo salir, supongo que si no le hago caso vendrá Kan por mí y ya no quiero molestarlo más. Te veré cuando llegue a Costa del Pacífico. Un beso para ti.

Siempre tuyo, Malik.


Esa fue la última carta que recibí de parte de Malik, aunque yo prefería llamarle Eros. Siempre había preferido decirle Eros porque creí que le iba mejor el nombre de un dios griego cuyo significado estaba asociado al amor que un rey, bueno también lo era. El y Ethan estaban considerados como los reyes del pop y la estaban rompiendo con sus últimos álbumes, por eso tantas giras, por eso tantas entrevistas, tantos conciertos al rededor del mundo.

Después de escribirme esa carta, Eros viajaría de Chicago a Costa del Pacífico para cerrar su gira por el sexto álbum y entonces...

Una semana antes:

– ¿Eso es una broma? – pregunto riendo.

– Oh no, cariño. Es lo más verdadero que he dicho últimamente. – dice mi mejor amiga Jenna al teléfono y se escucha un par de risas pequeñas, mis sobrinos están con ella.

–Bueno, al menos sabemos que serás una excelente madre. Tus cuatro hijos pueden comprobarlo. – me rio bajito y sigo caminando con rapidez.

Es Marzo, la primavera acaba de llegar y por ello no entiendo porque hace tato frio y el cielo esta nublado. Iluminado por las repentinas corrientes eléctricas que se descargan sobre de él.

Sé que voy tarde porque la pareja Miller me ha abordado con el nuevo diseño de su casa y no me han dejado ni cuando les dije que sería media noche.

Estoy por cruzar la calle desierta mientras escucho a mi mejor amiga regañando a sus pequeñas bendiciones y maldigo cuando mi pie izquierdo cae en un charco de agua.

Sujeto la bolsa de compras que traigo en la mano derecha con el celular y me agacho para mirar que mi pie este bien, cuidando que mi gabardina grisácea no se moje con el agua de lluvia.

Sigo mi camino con paso rápido. Pues necesito llegar a mi casa para ver a Eros Ivanov, el chico que estaba triunfando al lado de Ethan Masseratti. La calle esta desierta sin embargo puedo ver que las pantallas de una tienda de TV están encendidas, la música me es familiar así que me acerco. Ethan y Malik están cantando su primer single, pasan imágenes de conciertos y después regresan al estudio. Estoy a la mitad de la carretera cuando la reportera comienza a hablar y el título del reportaje aparece en una nota roja.

"Famosos y jóvenes cantantes acaban de fallecer a la edad de veintisiete años a causa de una falla en el motor del avión en donde viajaban. Condolencias a su familia."

Dejo de caminar y todo me da vueltas, de pronto recuerdo el día en que me pidió matrimonio, las veces que huimos de los Paparazis porque no queríamos que nos descubrieran, todas las noches que lo espere a que terminara de componer sus canciones...Todo él se había ido, se había desvanecido en el cielo por una maldita falla en el sistema del motor.

– ¿Anelisse? –pregunta mi mejor amiga al teléfono y cada vez se hace más lejana su voz.

– ¿Señorita? ¿Se encuentra bien? – cuestiona un señor y me ayuda a permanecer de pie, pero yo no quiero y en ese momento me suelto a llorar. 

Actualidad

Tomo la botella de Bacardí y todo lo que resta de ella, después tiro la botella y detengo la canción "Hora dorada" la canción que los chicos sacaron después de su muerte. La canción que cantaría Eros al finalizar su concierto para mí. Era nuestra canción, nuestra historia acompañada de lírica y frases cortas con propio sentido, "Me has encontrado y decidí nadar en el azul hasta el final, para siempre tomado de tu mano."

¿Por qué te has ido así? ¿Por qué me dejaste?

Vuelvo a llorar, la vida es tan injusta la mayoría de veces, te quiere hacer fuerte pero no puede. Solo te mata en vida, no puedes seguir viviendo porque no tiene sentido. Ya no tiene sentido.

Me levanto de la arena y camino a pasos lentos, doy una mirada a nuestra casa. La casa que compramos y que pronto llamaríamos hogar, esa casa cerca de la playa con grandes ventanales de colores verdosos y blancos. Todo lo que pudo ser ya no será.

— No quiero que seas un fantasma, quiero que estés aquí. Mierda. — susurre y el viento gélido me golpeó con rudeza.

No fuimos personas perfectas, hubo secretos y un par de mentiras, hubo pasión y sonrisas. Me enseño a ver qué tenía tatuado el mar en mi piel, me enseñó que las cosas doradas son importantes. Y no estoy hablando del dinero, sino de las horas doradas, de los momentos dorados que compartes con una persona, me enseño que un nombre no le hace peso a la persona que eres. Eros me demostró que la felicidad y el amor propio es el fuerte para poder sobrevivir a esta vida de mierda, el me dio su apoyo y me impulsó adelante. Yo estuve en sus peores momentos y lo consolé en cada aniversario luctuoso de sus padres. Me tenía la confianza que no había desarrollado con nadie más y eso me hacía sentir importante, porque así funcionábamos él y yo éramos eso. Éramos un todo azul y dorado, el complemento de una constelación en una noche estrellada, la mezcla de una hora donde todo adquiría un brillo envidiable.

Éramos el uno para el otro.

Pero ya no más, él se había ido y yo estaba caminando hacia el mar. Los rayos me animaban a caminar en su dirección, me adentré al agua cegada por su recuerdo, por la silueta que se desprendía delante de mí. A veces creía verlo tan cerca de mí que podría tocar su rostro y al siguiente segundo solo se evaporaba. Ya no estaba para mí.

Sin embargo, cuando nadaba estaba segura de que él estaba ahí. Viéndome y rescatándome siempre que quería sumergirme e ir más profundo alcanzar más el fondo Del Mar. Siempre solía empujarme hacia atrás y volvía a salir a la superficie. Y después caía en ese sentimiento de vulnerabilidad, lejos de él.

Esta vez, fue diferente. No sentía nada, ni siquiera como la manera subía en mi cuerpo y me cubría por completo hasta que el agua azul en llegaba a los hombros, debía volver. El sol estaba ocultándose y pronto oscurecería. Pronto la marea se volvería más fuerte. Tendría que regresar a casa, pero decidí quedarme un segundo más para recordar quien fue Eros, quien fue Malik y quien fui yo desde que lo conocí en ese Avión con destino erróneo. Me aferré a cada recuerdo que involucraba su cara y lo deje ir, deje que la marea y el agua fría se llevaran mis recuerdos y deje de pensar en él. Por un momento la calma vino a mí y me sentí feliz. Abrí los ojos y lo vi, entre aquellas constelaciones estrelladas distinguí su rostro. "Todo estaría bien" "Todo iba a estar bien" confié en él y cerré los ojos.

Creo en las segundas oportunidad y si en esta vida no tuvimos suerte, tal vez amor, tal vez en la siguiente si tengamos oportunidad.

A la mierda los errores, creo en el destino, en la felicidad, en la suerte de las once once, creo en ti, en las mentiras azules y en las promesas doradas.

Después, todo se volvió negro.

FIN

EL MAR TATUADO EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora