El viernes, al ver a Elizabeth tan deprimida, sus amigas la acosaron a preguntas; la chica finalmente terminó contándoles la conversación del día anterior. Sin embargo, no recibió de ellas el apoyo que esperaba. Molly estaba de acuerdo con Sherlock; quizá Elizabeth estaba muy sensible por lo del concierto y lo del aniversario, y ello hizo que viera todo de manera negativa. Pero sus diferencias no eran imposibles de conciliar, como ella había insistido. Victoria, por otro lado, estaba convencida de que Pablo había contribuído a que Elizabeth tomara la drástica decisión de terminar con Sherlock. Lamentablemente, la chica se lo había encontrado en en el peor momento, cuando el detective tuvo que abandonarla en ese día tan especial, y desde entonces, el hombre no había dejado pasar un día sin escribirle, aprovechando su vulnerabilidad. Elizabeth le había contado a su amiga ese último encuentro con Pablo en Soho Square, suplicándole que no le diga nada a John; Victoria la había visto tan afligida por lo sucedido, que no era necesario ese pedido, ella ya había decidido guardarse la información. Pero al enterarse de la conversación con Sherlock, tuvo la seguridad de que eso era lo que había precipitado la decisión de Elizabeth. Como consecuencia, ninguna de las dos se declaró de acuerdo con ella, aunque como buenas amigas que eran, la abrazaron y le brindaron su consuelo.
Dado el estado tan sensible de Elizabeth, ambas decidieron no dejarla sola ese día; Victoria tenía que ocuparse de Rosie apenas salía del trabajo, por lo que Molly tomó el primer turno, y se quedó con su amiga en Widegate St. Cuando Victoria llegó, luego de las cinco y media, la dueña de casa estaba tirada en el sillón, mirando Yo antes de tí y estrujando un pañuelito de papel. Molly hizo un gesto de impotencia a la recién llegada y después se dirigió a las escaleras para regresar a su casa, habiendo hecho también la promesa de no darle demasiados detalles a Lucas.
Victoria se sentó al lado de su amiga a terminar de ver la película. Al fin, Elizabeth apagó la televisión y se volvió hacia ella
- ¿Querés que te haga un té? - ofreció. Victoria negó con la cabeza
- ¿Por qué mejor no salimos un poco? Necesitás aire, no te hace bien quedarte acá encerrada llorando. Tengo que buscar una ropa para Rosie, que va a usar en una obra en la escuela, y el único lugar donde la conseguimos es en Camden Market. Ya la encargué y hay que pasar por ella hoy ¿Me acompañás? Y de paso tomamos algo - le dijo con una sonrisa. Elizabeth suspiró
- Está bien. Puedo aprovechar y ver si me consigo algún vestido; ahí siempre tienen cosas de mi estilo, y más económicas - dijo, tratando de sonar animada.
La chica fue a arreglarse un poco al baño, y después siguió a su amiga a Farringdon para tomar el tren que las llevaría hasta el icónico puente de Camden Lock, a un extremo del Camden Market. Victoria enlazó su brazo al de ella
- ¡Vamos, amiga, necesitás distracción, y ahí tenemos muchos puestitos de comida para elegir! Y encima es viernes, así que deben estar los artistas callejeros; claro que no son competencia para Silver River, pero algunos son buenos - dijo, con entusiasmo y un dejo de ironía.
Al oír de los artistas callejeros, Elizabeth tropezó y casi pierde el equilibrio; lo que menos quería en ese momento era cruzarse con esos engreídos pseudo mochileros amigos de Pablo, que habían dicho de presentarse en Camden algún día. Pero Victoria ya la había tironeado dentro de la estación, así que se resignó, esperando resolver el asunto de la ropa de Rosie lo antes posible y aducir que se sentía mal para volver inmediatamente a su casa.
El mercado portuario estaba lleno de gente, como era habitual a un viernes, y luego de recoger las prendas encargadas, las chicas vagabundearon un rato entre los puestos. Elizabeth se había tranquilizado; el borough de Camden era muy grande y las probabilidades de toparse con esa gente muy pocas; después de todo, había muchas esquinas con artistas callejeros, algunas mucho más populares que las del mercado. Cuando salieron a la confluencia de Gin Alley y Camden Lock Pl., ya se había olvidado del asunto. Estaban viendo dónde tomar algo, cuando Victoria la tironeó un poco más lejos de los puestos, para acercarse a un hombre que tocaba una guitarra
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Lo veo en tus ojos
FanfictionSherlock Holmes y John Watson vuelven a su rutina de clientes en Baker st. pero tienen que afrontar cambios que darán un nuevo giro a sus vidas