Sherlock había hurgado aquí y allá en el barrio, preguntando en los negocios si sabían si el dueño del Ford Ka ya lo había vendido. La respuesta que recibió era siempre la misma; Albert nunca había puesto en venta el auto. También estaba la opinión unánime de que el matrimonio Perkings no pasaba por su mejor momento, según los vecinos, que los oían discutir bastante seguido. La casa no era muy grande, tenía solo dos habitaciones y en ella vivían seis personas, el matrimonio y cuatro hijos que ella tenía de relaciones anteriores. Por supuesto, esa falta de espacio terminaba con la paciencia de todos y, al parecer, tanto Albert cono Grace tenían pocas pulgas, así que las discusiones eran usuales y hasta algo violentas. Algún vecino demasiado interesado en vida ajena llegó a contarle, incluso, que el hombre no solo trabajaba para mantener a Grace y sus hijos, en detrimento de otros tres hijos propios que él tenía con su anterior esposa, sino que también debía ocuparse de las tareas del hogar, pues la mujer se negaba a hacerse cargo de las mismas. Curioso matrimonio. El detective sumaba cada vez más datos que corroboraban su idea.
Pero, aún así, algo faltaba para cerrar por completo esa hipótesis.Mientras volvía por Meadow Rd. hacia Upney Ln. en busca de transporte, vio que una jovencita se alejaba del número 10 y se sentaba en un muro bajo, tres casas más lejos. Quizá pudiera enterarse de algo más, antes de reencontrarse con Dimmock.
Unas horas más tarde, ya de noche, se encontraba sentado junto al detective inspector en la oficina del comisario a cargo de la estación policial de Ilford, que era la que le correspondía a la zona de Barking y donde se había recibido la primera alerta del auto incendiado. Ambos estaban conversando sobre el informe de la autopsia
- El forense dijo que definitivamente el hombre estaba inconsciente al momento del incendio; tiene una fractura en la base del cráneo que muestra que sufrió un golpe fuerte, seguro que le hizo perder el conocimiento - decía Dimmock
- ¿Alguna orientación de qué tipo de golpe fue, o con qué elemento? - preguntó Sherlock. Dimmock negó
- No, el informe sólo dice que fue un golpe con un objeto contundente, probablemente de alguien más bajo que él - leyó del papel que tenía delante. Sherlock bufó
- Eso es bastante obvio; el hombre mide 1,80, lo más probable es que el que lo golpeó fuera más bajo que él. Y si tiene fractura en la base del cráneo es claro que fue golpeado con algo contundente, es elemental... - observó, en tono molesto. Era por esos detalles que él prefería que la autopsia la hiciera Elizabeth, por la meticulosidad obsesiva de la chica que, sumada a su necesidad de saber cómo sucedieron los hechos, la llevaba a averiguar más detalles que el resto; que él pudiera meterse en el proceso cuanto quisiera, y que le agradara muchísimo verla trabajar no tenía nada que ver, por supuesto. Dimmock siguió
- Sí, bueno... Como decía, el hombre estaba inconsciente cuando inició el incendio, pero aún vivía; hallaron las vías respiratorias impregnadas de humo y hollín. Y el cuerpo estaba completamente quemado. El dictamen de la autopsia es muerte por quemadura e intoxicación por monóxido de carbono. También pudimos cotejar los registros dentales con los de Albert Perkings; tenías razón, el muerto es el dueño del auto - concluyó con el informe. Sherlock unió sus manos bajo su barbilla
- Estaba más que claro, pero siempre es bueno contar con rectificación de los datos - dijo en voz baja; luego se volvió al inspector - Y hablando de eso ¿Pudo cotejar la información que le di? - El hombre revisó otros papeles
- Lo hice, y ciertamente es algo para tener en cuenta. Fue firmado hace menos de un mes, y por la suma de 75.000 libras. ¡Qué casualidad! ¿Verdad? - ironizó Dimmock, buscando la complicidad de Holmes. Pero el detective estaba muy enfocado en su trabajo
- Ahora tenemos que concentrarnos en hablar con la mujer. ¿Ya le comunicaron la muerte? - preguntó, ignorando la observación de su colega. Dimmock negó nuevamente con la cabeza
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Lo veo en tus ojos
FanfictionSherlock Holmes y John Watson vuelven a su rutina de clientes en Baker st. pero tienen que afrontar cambios que darán un nuevo giro a sus vidas