Monique Vertonghen apenas se había sentado ante su escritorio, en su oficina en la Jefatura de Policía de Amberes, cuando su teléfono comenzó a sonar. Enseguida apareció en la pantalla el contacto "Miss Hunter, Forense UK", es decir, Elizabeth. Monique miró el reloj de pared; las ocho en punto. Eso significaba que en Cardiff eran las siete. La inspectora meneó la cabeza algo sorprendida ¿Acaso esa gente no descansaba? Enseguida atendió. Al otro lado de la línea, una voz grave y masculina le respondió, descolocándola por unos momentos
- Hallo mevrouw Vertonghen, mi nombre es Sherlock Holmes, y estoy investigando un caso en Cardiff, por el cual la Srta. Hunter se comunicó con usted el día de ayer - la inspectora se acomodó en la silla, más tranquila
- ¿Habla neerlandés, Sr. Holmes? Supuse que en Cardiff es aún temprano - la voz, sin embargo, sonaba muy despierta
- Son las siete de la mañana, y sí, todos están durmiendo, pero me tomé el atrevimiento de usar el teléfono de Elizabeth; no quería despertarla, ni tampoco seguir esperando - Monique se quedó en silencio, confundida - Por cierto, la Srta. Hunter es mi novia, si se está preguntando qué hago con su teléfono - Sherlock comprendió enseguida lo mal que sonaba su explicación si la inspectora no estaba en conocimiento de ese pequeño detalle. La mujer sonrió, aliviada
- Ahora entiendo. Bien, Sr. Holmes, primero quiero decirle que es una gran oportunidad para mí colaborar con usted, y entiendo que la solución de su caso está medianamente relacionada con la solución del mío. Y deseo mucho poder darle un cierre a la desaparición de esta mujer, por lo que le agradezco su colaboración -
- Tiene mucha razón, inspectora Vertonghen, uno va de la mano del otro. Por eso, quisiera discutir algunos detalles con usted, pero sobre todo, necesito su asistencia para seguir los pasos de esta mujer y entender de quién estaba escapando. Lo que comprobamos es que su última residencia fija fue en Núremberg, hay que conectar esa ciudad con Amberes, y tres meses después con Cardiff. Y, creo que a esta altura está demás decirlo, pero tanto Alexia Zarne-Merchez, como Fenella Lorch, el nombre que usó aquí, son alias. Vamos a comunicarnos con Núremberg, para ver si podemos descubrir su verdadero nombre, eso cuando mis compañeros se levanten - dijo Sherlock, con un dejo de ironía al final, haciendo sonreír nuevamente a Monique.
Elizabeth se despertó a medias, sintiendo pinchazos de aguja en sus dedos. De vez en cuando sucedía; su brazo se entumecía y comenzaba un cosquilleo, que derivaba en esas punzadas en la punta de sus dedos. Con la intención de detener la molestia, estiró el brazo sobre la cama, abriendo y cerrando los dedos. Al sentir el otro lado de la cama vacío, abrió los ojos extrañada. Incorporándose, observó la habitación; estaba completamente sola. Al tantear la superficie de la mesa de luz vio que su teléfono había desaparecido. Tampoco estaban los zapatos, ni el abrigo, ni la bufanda de Sherlock.
Elizabeth se dejó caer de nuevo en la cama, con un suspiro algo molesto ¿Dónde andaría ese hombre? No podía llamarlo, pues no tenía con qué, y no iba a despertar a John para que la ayude, eso claro, suponiendo que Sherlock no lo había levantado y arrastrado a la fuerza. Afuera recién empezaba a clarear; ella había puesto su alarma a las siete de la mañana, pero por supuesto nunca la escuchó debido a que el detective se llevó su teléfono. La chica se levantó y prendió la televisión, para al menos ubicarse en horario. Ocho menos cuarto, Sherlock no podía haberse ido muy lejos. Con otro suspiro, se fue a cambiar.
Salió al pequeño jardín del alojamiento, con su abrigo cerrado hasta el cuello, un pañuelo y un gorro liviano. Estaban tan cerca del río, que a esa hora la neblina era tupida, y la humedad calaba los huesos. Tal como lo sospechó, Sherlock estaba sentado en un banco, usando el teléfono de ella, seguramente hablando con Monique, y buscando o anotando cosas en su propio teléfono. En silencio, se acercó a él y se sentó en un banco enfrente. El detective la vio de reojo, y le pidió un segundo a su interlocutora
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Lo veo en tus ojos
FanfictionSherlock Holmes y John Watson vuelven a su rutina de clientes en Baker st. pero tienen que afrontar cambios que darán un nuevo giro a sus vidas