Animales en Peligro

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El invierno comenzó a dejar Londres. La primavera se abría paso con ganas, ya casi no quedaban días fríos. El grupo extranjero, que ahora sumaba a Alicia Messina, tomó la costumbre de pasar al menos un día del fin de semana en el Hyde Park, con mate y guitarra incluídos, casi una postal de cómo se los había imaginado Holmes cuando anduvo husmeando en la feria en busca de las muñecas de trapo. Por supuesto, Rosie se volvió rápidamente miembro de esas salidas, acompañada por Sherlock cuando no estaba siguiendo un caso. Greg también se sumó todas las veces que pudo. John, mientras tanto, había empezado a salir con una mamá de un niño de la escuela de Rosie, que iba dos años más adelante, y que conoció en un acto escolar. Extrañamente para ese grupo extrovertido, la mujer no les había caído muy bien que digamos, pero todos querían mucho a John, y si él era feliz.... bueno, trataban de apoyarlo.

Así llegó el día de la fiesta anual de Scotland Yard. De hace algunos años, la fuerza había escogido esa fecha para celebrar junto con sus empleados, la mayoría de los cuales se veían obligados día tras día a ver dolor, injusticia y violencia. Era una especie de compensación. Ese año, habían elegido, quien sabe quienes, un pub en Farringdon, el Butchers Hook and Cleaver, sito en el 60-63 de West Smithfield, casi frente al enorme mercado de abastecimiento, y a unos pasos del William Wallace Memorial y del mismísimo Barts. La fiesta sería en el salón superior, que regentaba el pub, pero los invitados tenían libre acceso a todo el establecimiento. Como una especie de "miembro externo" de la fuerza, Elizabeth recibía una invitación, desde hacía tres años, pero sólo había ido la primera vez; se sintió tan aislada por esa gente que se creía superior que, si no fuera por Lestrade, que la acompañó toda la noche, hubiera dejado el trabajo. Por otro lado, Sherlock recibía la suya hacía varios años también, en reconocimiento a sus muchas colaboraciones, aunque jamás había concurrido. Ese año, sin embargo, era diferente; los dos lo habían hablado y decidieron ir juntos, la fecha era dos días antes de la del suceso de Folkestone, así que lo tomaban como una especie de celebración propia. Ambos podían llevar un acompañante, y como John seguía saliendo con la arrogante mujer de la escuela, decidieron llevar a Lucas y Molly.
Los cuatro arribaron a Farringdon en el camaro blanco, felices de haber llegado a una hora donde aún había lugar para estacionar. La fiesta era relativamente informal, así que Lucas iba con un pantalón de gabardina negro, una remera blanca básica y un saco gris. Molly lo seguía con un jean turquesa y una blusa blanca suelta, sobre la cual llevaba un saco de lino también turquesa. Elizabeth, por su lado, llevaba jeans claros con una blusa color crudo bordada con hilos de colores y mangas anchas, fiel a su estilo folk. Sherlock, por supuesto, llegó con su omnipresente traje negro, en esta ocasión con su camisa también negra. Los cuatro subieron al salón donde se llevaba a cabo la fiesta.

Todos estaban vestidos de forma similar, el jean dominaba por mucho, y alguna que otra mujer llevaban vestidos bien cortos. La música, por lo pronto, era movida y agradable así que, apenas se ubicaron en una pequeña mesa, Lucas tomó a Molly de la mano y se la llevó a bailar, no sin antes pedirle a los otros dos que se ocuparan de traer algo para beber. Sherlock se ofreció a buscar un par de cervezas para la pareja. Elizabeth no se decidía aún a tomar nada, así que el hombre se fue a cumplir el pedido de Lucas y la dejó sola por unos momentos. Mientras ella observaba el salón con curiosidad, una voz conocida a sus espaldas la saludó

- No sabía que vendrías hoy, Elizabeth ¿Viniste sola? - la chica se dio vuelta hacia Anderson con una sonrisa cortés. Al lado del hombre estaba la sargento Donovan, vestida con un pantalón negro de gabardina, una camisa blanca y cara de pocos amigos. ¡Qué mujer aburrida!

- Claro que no - respondió Elizabeth, señalando a Lucas y Molly bailando entre la gente - Los chicos ya fueron a divertirse, y Sherlock bajó al pub a buscar algo para tomar, ya vuelve. Y seguro que Greg llega pronto - Sally la miró con una mueca sarcástica

Lo veo en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora