Nota: este capítulo esta basado, bastante, en algunas canciones. También tiene mucha historia personal, así que es algo especial.
Mycroft estaba fuera de sí. Caminaba todo el perímetro de la sala del 221 B mientras no dejaba de pasarse la mano por el cabello, que le quedó todo despeinado. Así de furioso estaba. Sherlock lo ignoraba desde su sillón, donde estaba recostado lánguidamente, en pijama, mientras trataba de leer el diario del día, que había "tomado prestado" de la Sra. Hudson. Mycroft había viajado el fin de semana al continente en misión diplomática, y había bastado que el avión tocara tierra a las ocho de la mañana para que, media hora después, aporreara la puerta del 221. A Sherlock ya no le gustaba que su hermano tratara de controlar su vida, mucho menos que lo despertaran temprano, así que estuvo a punto de cerrarle la puerta en la cara, pero Mycroft fue más rápido y le trabó la puerta con su inseparable paraguas (Sherlock aún se preguntaba por qué lo llevaba siempre, si bastaban dos gotas de agua para que Mycroft se encerrara en su casa o su despacho). Ahora, trataba de refugiarse en su palacio mental para no escuchar al mayor recriminarle sus acciones.
-¡¿Pero en que rayos estabas pensando Sherlock?! Que te expongas con tu trabajo, es tu problema. Si el detective Jones te quería mencionar, lo cual es raro en Scotland Yard, vaya y pase. ¿Pero agradecer públicamente a una forense del San Bartolomé? ¡Qué estupidez! - Mycroft se detuvo delante de la ventana, vio el reflejo de sus cabellos, y trató de calmarse mientras se peinaba un poco mejor. Luego se volvió hacia su hermano
- ¿Te das cuenta que haciendo eso la pones en peligro? Quizá no hoy, quizá no con este caso, pero lo haces. - Sherlock frunció el entrecejo mientras se obstinaba en el diario. Mycroft se paro frente a él y siguió - Aparte, ese arranque de sentimentalismo.... No entiendo. Te dije que no te involucres. Ya viste lo que pasó con Mary, gracias a eso Rosamund no tiene madre. Y luego Eurus, todos nos vimos cara a cara con la muerte gracias a ceder a los sentimientos.. -
Sherlock no quiso escuchar más. Se puso de pie de un salto y lo enfrentó- ¡¿Gracias a los sentimientos?! ¡Fue gracias a tí! ¡Gracias a no prestar atención a las necesidades de nuestra hermana y de nuestros padres! ¡Gracias a que la aislaste por completo de su familia, y que la usaste a tu conveniencia! ¡Gracias a que le llevaste a Moriarty a cambio de su ayuda! Si hubieras tenido algo de empatía, si le hubieras mostrado algo de cariño.... Nos ahorrábamos todo eso. Será muy, muy inteligente, pero también se sentía muy sola, y todo eso fue una forma de llamar la atención, muy equivocada, pero si no hubieras estado concentrado solo en la punta de tu nariz y en controlarme a mí, lo hubieras visto. Y en cuanto a la Srta. Hunter - Sherlock tomó aire para calmarse y no hablar demás frente a su hermano - Jones me preguntó cómo había logrado conseguir los informes forenses, ya que no conocía a ningún patólogo dispuesto a analizar restos ya viejos de muertes certificadas como naturales sin ninguna duda. Yo sólo le mencioné que la Srta. Hunter es muy profesional, y muy buena en su trabajo. ¡Qué sabía yo que el muy idiota la mencionaría en cadena nacional! - frustrado, se tiró de nuevo en su sillón, mientras Mycroft aún trataba de recuperarse del estallido de su hermano menor.
A pesar de que su relación no era de lo mejor, por lo general estaban de acuerdo de que el cariño natural entre dos personas no era una ventaja, sino más bien el punto débil de toda persona. Mycroft se preocupó de grabar esa idea en el cerebro de Sherlock desde pequeño, pues temía que alguien pudiera hacerle daño. Por más que proclamara esa "doctrina del no amor", Mycroft tampoco la cumplía, pues sentía un gran cariño por su hermano, aunque se cuidaba muy bien de mostrarlo.Sin embargo, ahora se preguntaba si había hecho bien. Aisló tanto a Sherlock de sus sentimientos, que ahora que surgían con firmeza (su amistad con John abrió la puerta, pero Mary, Molly y la Sra. Hudson colaboraron, y por supuesto Rosamund había ganado su corazón por completo) le era muy difícil entenderlos y manejarlos. Mycroft suspiró, lo hecho, hecho estaba. Ahora había que seguir adelante.
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Lo veo en tus ojos
FanfictionSherlock Holmes y John Watson vuelven a su rutina de clientes en Baker st. pero tienen que afrontar cambios que darán un nuevo giro a sus vidas