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Rossalie.

Es claro que no me comportare de buena manera con Thomas, mucho menos con sus hombres.
Lo único que espero, es que pronto me encuentren, porque el Thomas que ayer me abofeteó, no es el mismo que conocí cuando llegue a París.

Me quedé sentada frente al balcón, deseaba con todo mi corazón que alguien entrara por esa puerta y me trajera algo de comida, dentro de mi estómago parecía que había una guerra enorme. Las horas corrieron y seguí en la misma posición que antes, no podía si quiera moverme antes de que se agotara toda mi energía, el dolor de cabeza era insoportable, parecía que se habían olvidado por completo de mi.

*
-Despierta, tienes que comer algo.

Sentía el movimiento en mis hombros, pero no podía abrir los ojos, me costaba demasiado.

-Vamos Rossalie, no tengo tanto tiempo, despierta.

Pude abrir un poco mis ojos y encontrarme con un hombre de seguridad con su rostro cubierto, en mis piernas dejo una bandeja con un pan de queso y algo de agua.

-No pude conseguir más, tienes que comer algo antes de que Thomas llegué, date prisa.

-¿Porqué me estás trayendo comida?.

-No puedo explicar más, solo come, date prisa.

-Tu voz me resulta familiar.

-Puede que alguna vez me hayas visto, mujer date prisa. No confíes en nadie que entre aquí, evita verme o buscarme por favor. Cuando sea conveniente yo vendré a verte.

Tome el pan y lo devore, tenía día y medio sin probar comida hasta ahora y aunque fue muy poca, me dio algo más de energía para poder seguir despierta. El hombre salió de la habitación y tiempo después Thomas abrió la puerta, detrás de él, venía Mónica con varios golpes en su rostro.

-Te traído una compañera, las dos estarán aquí por varios días. Tú por ser tan idiota y fijarte en alguien como Dean y tú por perra traicionera.

-Cuidado con lo que dices, dejale en paz.- Me levanté de la silla y camine hacia él para apartar a Mónica, pero de nuevo recibí un golpe, su puño me dejó en el piso.

-Te dije que no me retaras, comienza a cooperar Rossalie, si no esto será un infierno para las dos, ¿Entendido?.

Thomas salió de la habitación, Mónica me ayudó a ponerme de pié y comenzó a llorar.

-No sabes cómo lamento todo esto, perdón. Dean ya nos está buscando, me colocaron un rastreador pero al parecer la señal se bloqueó entrando al lugar, aún así estoy segura de que darán con nosotras.

-No te mortifiques más, tenemos que esperar y tratar de que Thomas no regrese a la habitación.

Mónica se recostó en la cama y durmió, mientras que yo me quedé cuidando la puerta. La actitud de Thomas cambiaba con el paso de los días y no sabía que esperar de él.

*
Si mis cuentas no fallaban, habían pasado dos días desde que Mónica llegó conmigo y lo único que habíamos podido comer fue un trozo de manzana. Thomas nos negaba la comida y por un momento llegue a pensar que su plan es matarnos de hambre, pero sería absurdo.
Mónica no salía de la cama, se quedaba ahí durante el día y solo se levantaba para ir al baño, pocas veces hablábamos y lo único que decía era que Dean pronto nos encontraría.

Mi energía estaba agotada en su totalidad, mis ojos pesaban y aunque dormir sería una muy buena idea el miedo de que Thomas entrara por la puerta, me daba pánico, no sabía sus intenciones, mucho menos que haría con nosotras.
Mónica se arrastró hacia el baño y no tardó mucho en salir con la cara totalmente pálida.

Paris In The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora