Paris In The Rain

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Rossalie.

Desde pequeña soñé a lo grande, deseando viajar, pagar mis estudios, y sobre todo estar para mis padres.

Recuerdo que a los cinco años quise ser como Barbie, tener miles de profesiones.

A los ocho, quise ser maestra, me encantaba colorear y tener todo en ordén.

A los doce me enamore profundamente del modelaje y la moda, desde ahí no quise otro cosa que estudiar y poner en practica todo lo que tenía que ver con ello.

Mis padres siempre fueron exiigentes, pero realmente les hacía feliz que yo lo fuera, así que a mis quince años comencé con lo que seria el principio de mi "carrera".

Estaba en pleno desarrollo, así que inicie hacer ejercicio, cuide mi cara, manos y piel.

Nunca me dejaron hacer dieta, necesitaba tener peso para que mi cuerpo se moldeara, ya con mas ejercicio seria toda una "90, 60, 90".

Y ahora con mis 22 años, recién graduada de la Universidad, lo único que deseo es emprender mi carrera. Mi futuro exitoso estaba cada vez mas cerca.
Estudie, aprendí y puse en practica todo lo que tenía que ver con el modelaje, desde caminar con libros en la cabeza, como andar con tacones de 15 cm, tenía mi cuerpo aparentemente bien formado "80, 60, 90", no eran las medidas exactas que determinaba la carrera, pero si estaba proporcionada.

Tengo una cintura pequeña, un trasero bastante pronunciado y bueno de mis pechos siempre llaman la atención.
Tengo mi cabello cuatro dedos debajo de la cintura, tez blanca, con ojos color azul, cejas pobladas, labios gruesos y carnosos. Mido 1.65 y la única ventaja que tengo, que a pesar de ser alta, los tacones no me van nada mal.

Dos días después de mi graduación mande mis fotos, historial y solicitud de empleo a una de las compañías mas importantes de la Moda en el mundo, lo triste de esto es que se encuentra en París y tendría que dejar solos a mis padres aquí, en Seattle.
Ellos estaban seguros de que me aceptarían y lograría profesionalmente todo lo que he deseado, ahora solo faltaba obtener una respuesta.

Conforme pasaron los días la desesperación y tristeza apareció, no me llamaban, no recibía ningún e- mail.
Mi madre hablo conmigo y pidió que tuviera calma, que todo lo bueno tarda en llegar y de parte de mi padre no faltaron los regaños diciendo "Rossalie, que desesperada eres, todo a su tiempo".

Pasaron dos semanas y por fin el teléfono sonó y si, era lo que tanto esperaba.

*LLAMADA TELEFÓNICA*

-Buenos días, hablo de París Fashion, buscando a la señorita Rossalie Henderson, informándole que es bienvenida a nuestra empresa y de manera urgente se le solicita que se presente el día 12 de octubre a las 9:00 am para darle informes sobre su trabajo dentro de la empresa, mas tarde por medio de un correo electrónico le haremos llegar la siguiente información sobre su hospedaje y vuelo. Posteriormente, necesitamos que marque a este mismo numero con el código 171016 para que su visita quede totalmente registrada. Que tenga un muy buen día, saludos desde París-

La llamada termino y me puse a gritar como loca, por fin mi sueño comenzaba a volverse realidad.

Después de revisar mi correo y marcar el código, tenía que empacar todas mis cosas y mandarlas lo antes posible al departamento que me asigno la empresa, era un pendhouse en la zona más sofisticada de París.
Tenia que aprovechar a mis padres todo el tiempo que me quedaba en Seattle, tenia que hacerles saber que vendría a verlos y que, si ellos quisieran podían ir a verme incluso, vivir conmigo.

Los últimos días antes de partir me asegure que tuvieran todo cerca, no me limite a contratarles una chica que les ayudara con el aseo y que no se fuera de casa hasta que ellos cenaran, los amo con toda mi vida y no sabría que hacer si algún día, uno de ellos me llega a faltar.
Los convencí por que no me iría tranquila dejándolos solos y yo tan lejos.

Mi mamá antes de irme hablo conmigo y me dijo:
-Consigue lo que siempre has deseado, cumple tus sueños y nunca dejes que nadie te haga menos, por que no saben por cuanto has pasado y nunca hagas menos a nadie, ayúdalos cuando realmente no puedan. Encuentra lo que siempre has necesitado y no te olvides nunca de donde vienes.

Mis ojos se aguaron, pero tenia que irme.
Tome mis cosas y salí de casa, aborde mi pequeño mini cooper y me puse en marcha al aeropuerto.

Estando de camino no fue fácil dejar de sentirme nerviosa, seria muy diferente. La clase, el trabajo y por supuesto el idioma. Pero tenia que ser valiente por que siempre fue lo que desee.

Llegando al aeropuerto, pedí que embarcaran mi auto, mientras hacia todo el papeleo de mi equipaje.
Cuando encontré mi asiento, por fortuna y por desgracia me toco ventana y con un hombre de edad aproximadamente 24 años, alto. Ya que sus piernas no entraban perfectamente en el espacio del asiento.
Delgado, castaño y con unas cejas bastante pobladas.

Pedí permiso para pasar y lo único que hizo fue verme con un ojo y quitar sus piernas.
Me sentí un poco incomoda, por que la mayoría de las veces era mi padre quien iba a mi lado. Asentí con la cabeza dándole las gracias y después de varias horas de vuelo, con demasiado cansancio, mis parpados se hicieron pesados y caí en brazos de Morfeo.