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Rossalie.

Parecía que todo marchaba bien, Dean no se despegaba de mi lado, todos cuidaban de nosotras, la amenaza de Maksim aún nos tiene alerta, pero han pasado alrededor de diez días y no ha sucedido nada, aunque aún no bajamos la guardia.
Mi embarazo como el de Mónica iba de maravilla, la única que sabía sobre los bebés era mi madre y aunque al principio la idea de tener a un bebé le dio pánico debido a la vida de Dean, entendio mi emoción y ahora no para de cuidarme.

Tenía duda en hablar con Dean sobre el embarazo, no quería que más gente supiera sobre ello para después poder hacernos daño, por el momento mi vientre seguía siendo muy pequeño, se notaba un leve abultamiento, pero solo nosotras sabíamos de mi pequeño bebé.

Durante el día me encargaba de estar en el jardín de la casa leyendo algún libro en voz alta para que mi diminuto bebé lo escuchará, aún no tengo claro su tamaño, ni siquiera sé si me escucha, pero mi corazón le pertenece totalmente y lo único que espero es que pueda nacer y tener una vida segura, sin ningún peligro.
El vientre de Mónica se notaba un poco más que el mío, su pequeña bola se alcanzaba a ver si prestabas demasiada atención, por lo que decidió cambiar de ropa y utilizar sudaderas y playeras holgadas para disimular un poco más, no teníamos ningún síntoma, ni nauseas, mareos o antojos, todo estaba normal. Aunque nuestra energía a mitad del día se esfumaba y terminábamos dormidas en alguna parte de la casa.

Dean pocas veces se encerraba en su oficina junto a Butel y Milar, intentaban dar con el paradero de Maksim y Thomas. El consejo cometió un error en poner su confianza en él, cuando intento quitarlos del puesto y poner a quien él creía conveniente. No lo permitieron y dejaron que Milar regresara al puesto que siempre le perteneció, ahora solo faltaban días para tener la ceremonia de promesa y de ahí en adelante seguir con nuestras vidas como si nada hubiera pasado.

Ansiaba con ganas que llegara ese día, podría decirle a Dean sobre mi embarazo y poder irnos lejos de París y comenzar nuestra vida tranquilos, vivir un embarazo normal.

Era claro que no podía salir de la casa, por lo que tuve que pedirle a Ivo una prueba de embarazo para poder darle un detalle a Dean después de la ceremonia, pondría la prueba de embarazo y unos pequeños zapatitos dentro de una caja para hacerle saber que sería padre, ansiaba ver su reacción, algo en mi lo necesitaba. Hice que Ivo me jurará con su vida que no diría nada al respecto y guardaría el secreto hasta que llegara el día.
La tarde cayó y me acurruque en la cama, mi pequeño chicharito me quitaba la energía de todo un día y necesitaba dormir demasiado para continuar con mi vida por la noche.

-Preciosa, despierta tienes que comer algo.

La voz y el peso de Dean me despertaron poco a poco, sus manos recorrían mi rostro y sus dedos se detenían un poco en mi mejilla.

-Lamento todo lo que haz pasado por mis estúpidas decisiones.

-Basta, ya estamos juntos, soy feliz contigo.

-Quiero que así sea siempre, ven, vamos a comer, no están esperando.

Tome la mano de Dean y juntos bajamos al comedor, Ivo, Milar, Butel, Mónica, Brianna y mi madre estaban platicando animadamente. Si la situación fuera otra, estoy segura que seríamos una familia normal, sin ningún problema.

Los días avanzaron y con ellos mi pequeño chicharo, los últimos días me había dado un malestar de estómago terrible, no soportaba tener ningún alimento cerca de mi, porque automáticamente corría al baño para vomitar. Dean había insistido demasiado en qué un doctor viniera a verme para saber que es lo que tengo, pero me negué tanto que desistió. Le invente que había comido varias fresas pasadas de su tiempo y eso me había causado el malestar, que no era nada grave y aunque al principio no me creyó, lo aceptó y se quedó conmigo en la habitación, cuidándome.

Faltaba un día para la ceremonia de promesa, la cita del evento sería a las afueras de París en un salón. El consejo estaría presente al igual que las cabezas más importantes de la organización para dar credibilidad y sobre todo el voto de confianza hacía el evento. Mis nervios estaban al cien y sobre todo mis ganas de poder hablar sobre mi embarazo, Milar, Butel e Ivo nos acompañarían a mi y a Dean al evento, al principio la idea de asistir al evento fue una total tontería pero es necesaria mi presencia, para que delante de todos juremos que jamás hablaremos sobre lo que vimos, escuchamos y vivimos, la vida de la mafia queda atrás y seguiremos con nuestras vidas, dando cuentas cada año sobre todo y que ellos puedan asegurarse que nuestra promesa no se romperá jamás o de lo contrario, los dos terminariamos muertos.

*
Llegó el día, Dean y yo nos arreglamos desde temprano, la seguridad en la casa aumento y Butel puso muchos más hombres a nuestra disposición para que cuidarán de nosotros en el camino. Había estado tranquila durante varios días pero ahora algo me dice que las cosas saldrán mal y aunque no quiera ir, tengo que hacerlo, nuestra vida depende de ello.

Dean se vistió con un traje negro y camisa blanca, se veía realmente guapo, mientras que yo me vestí un con vestido blanco, algo largo. Mi vientre se notaba ligeramente aunque a simple vista podría decir que he engordado.
Ya todo estaba listo para salir de la casa, me despedí de todos y cada uno, Mónica le suplico a Dean poder acompañarnos para estar al pendiente de mi, no le hizo mucha gracia pero acepto.

El transcurso hacia el salón fue largo, mi cadera comenzaba a molestarme y las náuseas se estaban intensificando. Trate de disimular lo suficiente hasta que no pude y termine sacando la cabeza por la ventana.

-Es suficiente, te va a revisar un doctor Rossalie, en cuanto lleguemos a casa te pones cómoda y preparas todo.

-He dicho que fueron las fresas, ya pasó, estoy bien.

-Las fresas no fueron, ni siquiera había fresas en la casa. Te va a revisar un doctor.

Maldición, Mónica paso varias veces su mirada por mi vientre y me dio a entender, el vestido daba una vista muchísimo más apretada de mi chicharito.
Me acomode un poco y ella solo asintió, después de la ceremonia no tendría que ocultar mi embarazo, sin embargo no se la razón de Dean al decirle que estoy embarazada rumbo a un salón donde están todos los mafiosos, estoy segura de que nos regresariamos a casa.

Las camionetas apartaron y todos bajamos, no había seguridad lo que fue sumamente raro, la punzada de que las cosas saldrían mal de nuevo me hizo arrepentirme de estar aquí, pero no había vuelta atrás.
Al entrar todas las personas que estaban a nuestro alrededor fijaron su atención en nosotros, todos y cada uno saludaban y conversaban con Milar con ánimo, mientras que otros se apartaron y salieron de ahí.

Mis ojos captaron y siguieron el movimiento de una melena negra, Intente ver de quién se trataba y justo cuando tuve la visión perfecta, mis nervios se pusieron de punta y el aire se esfumó de mis pulmones.

-Maksim.

Paris In The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora