second ;; ¿quién es jeon?

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Kim SungMin...

El carro de mi padre había desaparecido de mi vista. A pesar de eso me mantenía justo donde me había dejado, no podía moverme, las maletas eran un impedimento y yo, lamentablemente, no tenía auto para dejarlas ahí e irme a explorar la universidad. No como TaeHyung, quien se fue muy ligero, dejando todo en su auto.

Bueno, lo único que me quedaba hacer era dejar todas las maletas que había traído, conste que porque mi madre es extremista y me obligó, en el auto de Tae. Es mi hermano, puedo dejarlas sin problema.

Ahora, lo único que me fallaba era la llave. No podría abrir nada del carro sin ese preciado objeto necesario para muchas cosas de nuestra vida cotidiana.

Suspiré mientras soltaba mis maletas en el suelo durante unos segundos para sacar mi celular de una de de estas. Una mochilla negra con decorados en naranja, donde traía cosas más pequeñas pero importantes, como mi celular y mi laptop.

Saqué lo que necesitaba y la volví a cerrár. Después de desbloquear el teléfono fui directamente a los mensajes, donde le escribí un mensaje a TaeHyung, algo que sonara a urgente, para que se apurara un poco y esperaba con ansias que funcionara.

"¡Tae! Ven rápido, por favor. ¡Es urgente! ¡Ur-Gen-Te!"

Solo me hacía falta que viera el mensaje y me hiciera caso. El suficiente como para dejar a sus preciosidades y amigos y venir a ayudarme.

Me quedé mirando la pantalla del celular, esperando alguna señal suya durante los próximos casi diez minutos. Me estaba impacientando. Tal vez hubiera sido mejor que hubiera roto una ventanilla de su coche y por ahí mismo metiera mis maletas a esperar atención de este idiota.

Hasta que recibí su esperada respuesta, justo cuando miraba a mis alrededores buscando alguna piedra grande que pudiera ayudarme a romper el vidrio de la ventanilla.

"¿Qué pasó, enana? ¿Tan rápido?"

Solamente le hice una mueca al teléfono, como si el pudiera verme y bufé, ya que quería pretender que algo me había pasado, tal vez algo malo. O que ya estuviera metida en problemas, para los que se supone que lo necesitaría.

Antes de venir había dicho que no podría estar ni tres segundos lejos de él, que lo necesitaría para absolutamente todo. Y mi orgullo de mierda, me había hecho apostarle que no le necesitaría en el primer mes de clases completo. Y bueno, no me dejaré ganar tan fácil.

Es cierto que lo necesitaba, ya que las maletas serían un peso extra. Pero si le decía eso no dejaría sus preciosidades, seguro que no. Y mucho menos a sus amigos, tan solo para abrirme las puertas del coche y que yo me deshiciera de peso de las maletas.

Debía buscar algo más significativo.

Miré a mis alrededores. ¿Unos tipos amenazándome? ¿Bullying desde el primer día? ¿Alguien que intenta violarme?

¡Aish! ¿En serio no puedo tener una mente creativa?

"¿No dijiste que era urgente, enana?"

Miré el mensaje. El hecho de que me apurara a responderle me impacientaba también a mí. Además de que siempre he odiado que ejerzan presión sobre mi. Me gusta que las cosas salgan bien y poder tomarme el tiempo que sea necesario en ello.

Pero en este caso...

"¡Un chico está rayando tu coche! Le he dicho que no lo haga, pero no me hace caso"

Solo espero que se lo trague.

Me volteé en dirección a los estudiantes, tratando de ver si venía o no, en caso de que no respondiera y solo comenzara a acercarse. Sabía lo mucho que amaba su coche, ya que si algo le sucedía papá no le compraría otro, por lo que supuse que sería de urgencia para él.

Habían pasado ya casi quince minutos, no recibía respuesta ni lo veía acercarse de entre los estudiantes. Creí que no se lo había tragado, hasta que escuché su voz detrás de mi. Se me había adelantado.

—¡Ahg! ¡Enana asquerosa! Nadie rayaba mi auto. ¿Sabes el jodido susto que me haz dado? ¡Se me quería salir el corazón! —Comentó, tan exagerado y dramático como solía ser con su bebé, o sea el auto.

Me volteé mientras rodaba los ojos por la importancia que le daba a un coche. Claro, era un coche moderno, caro, es considerable. ¡Pero vamos! Inclusive quien no conoce a papá y mamá sabe que sí se le rompe le darán otro sin problemas.

—Yah yah. Deja la idiotez. —Dije. Mi hermano puso una mano en su pecho a la vez que abría su boca levemente, fingiendo indignación ante mi comentario desinteresado hacia su amor por el coche.— No tengo donde guardar las maletas. Necesito que, por favor, las guardes en tu coche hasta que pueda llevarlas a la habitación.

—¿En serio? Estaba hablando con una preciosidad. ¿No podías molestar en otro momento?

—No, ahora guárdalas, me iré a buscar a HyoSung.

Mi hermano se quejó un poco mientras sacaba las llaves del auto y le decía a JiMin que lo ayudara con las maletas. Yo por mi parte me di la vuelta, mirando la infinidad de estudiantes que había a mi alrededor. Solamente pude pensar por un segundo en lo difícil que seria encontrar a HyoSung entre tantos que habían.

Tal vez si le mandaba un mensaje, para saber dónde estaba sería más fácil encontrarla, así que, aprovechando que ya tenía en mis manos el celular lo desbloqueé otra vez.

—¡SungMin! —Un chillido agudo, fácilmente reconocible, sonó cerca de mi, ahorrándome el trabajo de tener que enviarle un mensaje y divisarla por mi misma. HyoSung me había encontrado primero, lo cual fue un alivio.

Yo dejé de lado mi teléfono, volviéndolo a bloquear y ahora observando a la chica que me miraba emocionada mientras se acercaba a gran velocidad hacia mí. Sabía lo que haría, y también que era inevitable, así que solamente sonreí sin moverme un centímetro de donde estaba.

Ella se lanzó directamente hacia mi, abrazando mi cuello y apretándome fuertemente entre sus brazos. En parte era comprensible que estuviera emocionada, pues habían sido un total de dos meses sin vernos en persona. Ya que ella había tomado unas vacaciones relajantes en Daegu, junto a su familia allá. Mientras que yo la pasé bien en Busan.

También me era emocionante verla, pero nunca fui una persona que gritara tanto, no como ella, que gritaba por todo.

Correspondí a su abrazo, mientras ella dejaba salir un leve chillido, ya que estaba cerca de mi oído y ella sabía que odiaba que me gritara.

—¡Te extrañé! —Comentó alargando la última "e" en extrañé, de sobremanera una vez el abrazo ya estuviera deshecho.

—¡También yo! —Exclamé. Ambas sonreíamos para este punto.— ¿Cómo te fue en tus vacaciones? Además de lo que me dijiste por videollamada

Ambas reímos levemente. Ella iba a contarme, pero la llegada de un atrayente coche nos había llamado la atención a ambas. Un auto negro había hecho acto de presencia en el lugar. Sin darnos cuenta ambas nos habíamos quedado mirando ese auto.

—¡Ah joder! No tenías que traerte la casa, SungMin. —Escuché que JiMin se quejaba, de la cantidad de maletas que traía, por lo que lo miré. Después de sacudir sin razón sus manos, miró hacia el coche y sonrió levemente.— ¡TaeHyung! ¡Jeon llegó!

—¡Al fin! Ya quería saludar a ese idiota. —Comentó Tae uniéndose a nosotras. Al parecer, Jeon era ese que se bajaba del coche.

—¿Quién es Jeon? —HyoSung preguntó curiosa.

—¿Jeon? Es mi ejemplo a seguir. —Respondió TaeHyung.

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19/abril./2021. Re-escrito.

Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora