forty-first ;; paralizada.

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—Kim SungMin...

La primera reacción que tuve fue, casi instintivamente, cerrar la puerta en su cara. Hice el amago de estrellar la puerta justo frente a él y causarle un gran susto, además de dejarlo fuera de mi habitación sin tener entrada alguna. Realmente estaba demasiado cansada como para soportarlo durante las siguientes horas que deberíamos obligatoriamente compartir juntos. No obstante y como siempre, se salió con la suya y, antes de que consiguiera cerrar la puerta, la frenó con una de sus manos y acto seguido la abrió de par en par. Su fuerza era considerablemente mayor a la mía, razón por la cual fue una pelea perdida desde el inicio.

—Cariño, no seas así. —Con una expresión supuestamente triste pronunció, por lo que rodé los ojos con molestia.

Odio que me llame de esa forma, me provoca un sentimiento extraño.

—¿Qué haces aquí? —Pregunté con cansancio, mismo que tenía por el día que había pasado hoy. Soltó una risita cínica en respuesta, ya que no necesitaba ninguna otra, estaba clara su misión aquí. ¿Cómo no me imaginé que él era el compañero de mi hermano?

—Vengo a cumplir mis metas. —Respondió con una sonrisa autosuficiente en su rostro, cosa que me hizo enojar por la clara insinuación de que venía con la idea de acostarse conmigo.

Realmente quería pensar que no sería el chico con el que debía compartir habitación durante esta noche. Prefería creer que en cualquier momento aparecería algún otro chico diciendo ser el compañero de habitación de mi hermano y que, gracias a él podría deshacerme de JungKook. Lo esperaba con ansias, sin embargo eso no sucedería porque había quedado ya muy claro que ese chico estaba delante de mí, sonriéndome.

Sinceramente creía que después de lo que había dicho aquella tarde algo cambiaría en él. ¿Por qué? No lo sé, tal vez la forma en la que se refirió a ello me hizo confundirme. Dijo que demostraría poder conquistarme, por eso creía que sería diferente a partir de ese momento. Claramente eran estupideces mías con unas expectativas falsas que me había creado sin razón.

Antes de que pudiera hacer alguna otra cosa, se abrió paso, entrando a la habitación y observando hacia todos lados, como analizándola. Resignada cerré la puerta de un portazo antes de seguirlo por todo el lugar.

Juro que si no fuera por EunJi lo sacaría de aquí, pero mi amiga está tan emocionada con su “cita”, que no quería tener que arruinarlo yo. Aunque tal vez eso fuera una ayuda para ella en lugar de una desgracia, prefería no crear problemas entre nosotras, había prometido no interferir más en la relación que dice tener con TaeHyung.

—Que bonito tu cuarto. —Halagó mirando hacia los alrededores, antes de voltear a mirarme. No respondí, no llevaba respuesta alguna, ya que todo lo que decían eran estupideces y esta no era precisamente una excepción. Soltó una risita.— Relájate, seremos compañeros durante toda esta noche.

Se acercó rápidamente a mi y dejó un pequeño beso sobre mis labios, acción que me dejó totalmente paralizada. No me esperaba que hiciera algo como eso tan repentinamente. En veces anteriores había tenido descarados acercamientos e insinuaciones hacia mi, era normal, pero se había sentido considerablemente diferente esta vez, se sintió como un beso sin esas segundas intenciones que parecía tener todo el tiempo, por alguna razón me hizo sentir un cosquilleo.

Escuché una risa de su parte que me hizo salir de mi trance y mirarlo. Se había dado la vuelta para comenzar a caminar en dirección al refrigerador y abrirlo con total confianza. No tenía respeto alguno, aunque claro, no me esperaba nada distinto si se trataba de él.

—No hagas eso de nuevo. —Reprendí siguiéndolo, aunque yo me quedé detrás de la barra, observándolo.

—¿Por qué no? —Preguntó divertido, mientras se servía algo de agua en un vaso y se volteaba a mirarme. Apoyó sus codos en la barra, quedando cerca de mi, volviendo a paralizarme. ¿Por qué me sucedía eso?— ¿Vas a negar que te gusta cuando te beso?

Pude mandarlo a la mierda de un millón de formas distintas, abofetearlo o insultarlo, mi subconsciente me gritaba que lo golpeara por cínico y caradura. Sin embargo me quedé en mi lugar, mirándolo directamente a los ojos y detallando lo divertido de su mirada. Me miraba con burla, se estaba burlando de mí y no había hecho nada al respecto.

—Lo sabía. —Se respondió a sí mismo, yo fruncí el ceño, había comenzado a enojarme. No podía estar tranquila si él estaba frente a mi.— Tranquila cariño, puedo darte todos los que quieras.

—Cierra la boca. —Ordené, escuchándolo reír en respuesta. Terminó de tomarse el agua que se había servido, dejando el vaso sobre la barra y volviendo a acercarse a mí de la misma forma.

—Sinceramente preferiría que me la cerraras tú. —Comentó, antes de tomar mi barbilla y volver a besarme.

No fue un rápido beso como la vez anterior. No respondí inmediatamente, como tampoco tuve el suficiente valor para alejarlo a pesar de que era lo que quería, ¿O no?

La corriente eléctrica que atacó mi cuerpo entero al sentir sus labios moverse lentamente sobre los míos era una clara prueba de que no quería que se alejara, no quería empujarlo o alejarme yo. Su mano viajó de mi barbilla hasta mi nuca, utilizando esta para acercarme a él y no permitir que me separara, aunque no estaba en mis planes hacerlo tampoco.

Sin poder evitarlo correspondí a su beso, cerrando mis ojos y poniendo mis manos sobre sus hombros. No entendí lo que me sucedía pero por un momento entré en un trance donde no me importaba nada más que lo que sus labios sobre los míos me hacía sentir, aunque estuviera dispuesta a negarlo todo después de esto.

Una vez el beso terminó, se alejó un poco de mí, aunque no lo suficiente como para que dejara de sentir su respiración algo agitada cerca de mi rostro. Abrí mis ojos y observé como sonreía con sorna hacia mi persona, burlándose de la poca coherencia que había entre mis palabras y mis acciones y es que ni siquiera yo entendía lo que me estaba sucediendo.

—No se te ocurra volver a besarme o tocarme. —Advertí por última vez antes de darme la vuelta y entrar rápidamente a mi habitación, quedándome recostada sobre la puerta.

Esta sería una noche larga.

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29/octubre/2022. Re-escrito.

—Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora