egotistical ;; jjk

sixty-fifth ;; disyuntivas falsas y soluciones.

—Jeon JungKook...

Suspiré por millonésima vez desde que me levanté el día de hoy. Estaba bastante cansado, la noche entera, o al menos hasta las tres de la mañana lo había dedicado a terminar algunos proyectos que varios profesores habían pedido y yo ni siquiera los había empezado, de hecho, no tenía pensado entregarlos.

Las circunstancias de mi nueva vida me obligaban a verme en situación de estudiar, hacer proyectos y entregarlos a los profesores. Ganarme la nota, más directamente, pero la realidad era que no tenía idea de que hacerlo iba a drenarme la energía de la manera en la que lo hizo. Nunca en mi vida había dormido peor y me había levantado tan cansado, sumándole a eso que todavía no estoy del todo acostumbrado a la nueva habitación que se me había asignado, todavía duermo bastante incómodo.

Supongo que en algún momento me acostumbraré. Espero que suceda antes de la graduación.

Mi compañero de cuarto en realidad no es tan molesto como pensaba. Se la pasa metido en sus asuntos y cuando por algún motivo tenemos que compartir las mismas cuatro paredes, se porta lo suficientemente agradable como para que no quiera salir de ese lugar inmediatamente. El cambio de compañero fue definitivamente drástico pero ese chico no me desagradaba para nada, incluso creía que en un futuro podríamos ser amigos.

Me levanté del asiento, tomando la mochila, que era probablemente la primera vez que la llevaba con algún libro a las clases, y comencé a caminar hacia la salida del salón. Metí una de mis manos en mi bolsillo, encontrándome con mi teléfono que lo tenía guardado en este lugar, aproveché la coincidencia para tomarlo y ver qué hora era, sintiendo una vibración proveniente del aparato. Eso significaba que había un mensaje que no había leído, así que prendí la pantalla, observando primero la hora y luego la notificación.

Se trataba de un mensaje de NaYeon, por lo que desbloqueé el teléfono y entré a la notificación, que me llevó directamente al chat con la chica, donde pude leer lo que me había escrito.

“Nos vemos en la cafetería cuando termines tus clases, tenemos que hablar.”

Estaba cansado, las clases el día de hoy habían sido increíblemente tediosas, no sabía si se debía a los profesores o a mi actitud pero se sentía diferente, lo único que quería era llegar a mi cuarto, lanzarme en la incómoda cama y dormirme hasta que me canse de hacerlo, que probablemente ese momento no llegaría. No tenía ganas de ir a la cafetería y tener una conversación con absolutamente nadie, pero debido a la manera en la que el mensaje estaba escrito, probablemente se tratara de algo importante.

Bufé, guardando mi teléfono otra vez en mi bolsillo y dejando mi mano dentro de este, para luego desviar mis pasos hacia la cafetería de la escuela, lugar que, aunque no lo estaba, parecía encontrarse a doscientos kilómetros de donde yo me encontraba. Tal vez se debía a que yo estaba dando los pasos muy lentos debido a la pereza y el cansancio.

Debido a la soledad de la cafetería, no me fue para nada difícil divisar a NaYeon sentada en una de las mesas, con una lata de refresco frente a ella mientras observaba su celular. Enseguida me acerqué a ella, tomando asiento y haciendo que me mirara.

—Hasta que te dignas a aparecer. —Fue lo primero que soltó al tenerme frente a ella. Rodé los ojos casi inconscientemente ante su reclamo y me dejé caer en el asiento, cerrando los ojos.— ¿Venías arrastrándote por el suelo o algo?

—Agradece que vine en lugar de solo ignorarte. —Respondí, escuchando una pequeña risa de su parte, que me hizo sonreír ladinamente.— Habla rápido, tengo mucho sueño y algunas cosas que hacer.

Estoy en mi segundo año de universidad, en el que las personas naturalmente ya debían haberse enterado de que tan difícil sería su carrera o su estancia en el lugar, estaba seguro de que durante el primer año se daban cosas mucho más generales y el contenido real llegaba justo ahora. Por otro lado me encontraba yo, que no tenía prácticamente la menor idea de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, intentando ponerle atención a los profesores hasta el final de sus interminables discursos y aprenderme la esencia de los mismos.