fifty-first ;; firma.

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—Kim SungMin...

Podría parecer una locura, ya lo sé, pero realmente tuve mis motivos para haber aceptado esa salida tan repentina y extraña que JungKook me había ofrecido. El primero era que: Estaba tan ridículamente cansada, mi cuerpo en su totalidad dolía por las incómodas posiciones que tuve que adoptar durante la limpieza. El segundo: Lo había confirmado, su terquedad era tanta que no iba a dejarme en paz hasta que saliera con él. Por último: Quería deshacerme de su presencia.

Claramente no pensaba asistir a esa salida, sencillamente porque no podía.

Inclusive cuando las ganas de aceptar y salir con él para ver hasta donde era capaz de llegar con tal de lograr conquistarme y queriendo realmente pasar ese tiempo con él, recordé por qué era tan prohibido. Yo no podía hacer eso porque terminaría perjudicándome a mi misma, yo había aceptado esa apuesta y no pretendía negar que también soy bastante terca. Por otro lado, continúo saliendo con HoSeok, falsamente, pero es un noviazgo al que no puedo seguir faltando al respeto, al menos hasta que descubra la manera de explicarle que no funcionaria para nada.

Asi que no iría. Me las arreglaría de una forma u otra pero definitivamente iba a faltar a esa cita. Por este motivo fue que solamente acepté, haciéndole creer que había ganado, me di cuenta de que es la única manera en la que JungKook para de molestar: Conseguir lo que quiere. De todas formas, tenía hasta el sábado para pensar una excusa que ponerle para faltar ese día.

—Entonces nos vemos el sábado. —Dijo por último, sonriendo de una manera extraña. No sabría describir su sonrisa, sobre todo porque nunca antes había visto que sonriera de esta forma. Parecía, ¿Emocionado? ¿Feliz? No lo sé, tal vez el cansancio me estaba haciendo una mala jugada.

Antes de que pudiera reaccionar recibí un beso de su parte en mi frente, para luego observar como él se daba la vuelta y comenzaba a caminar en una dirección totalmente opuesta. Tenía las manos en los bolsillos de su pantalón, caminando con esa seguridad característica suya, pareciendo ser el dueño de todo aquello que pisaban sus pies.

Suspiré fuertemente antes de cerrar el casillero, había terminado de organizar las cosas, por lo que me di la vuelta, comenzando a caminar hacia la salida de la escuela. Solamente quería llegar a mi cuarto, acostarme en la cama y no levantarme de ahí hasta mis cincuenta años. Estaba realmente cansada y adolorida, sobre todo porque casi nunca hago unas limpiezas tan profundas y largas como estas, el director supo como dar en el punto débil que todos tenemos en común.

Estiré un poco los brazos mientras caminaba, moviendo mis articulaciones y masajeándolos un poco. No sabía cómo iba a lograr levantarme al día siguiente, de verdad que no me veía levantándome de la cama para asistir a las clases.

|......|

Mi martes empezó, justamente como creía que iba a comenzar. Mi cuerpo estaba tan adolorido que me costó demasiado salir de la cama, tanto así que EunJi y yo casi llegamos tarde a las clases. La buena noticia, en mi caso, es que estaba justificada para faltar a la primera clase del día, ya que mis padres iban a venir hoy para firmar el acta de conducta. Los padres de EunJi dijeron que no podian venir hasta mañana, por lo tanto, ella si debía asistir.

Caminé hasta la salida de la escuela, teniendo que detenerme ahí a esperar hasta que mis padres llegaran a la escuela. Esperaba que se tomaran un buen tiempo en el camino, por lo que los esperaba dentro de un mínimo de una hora, no obstante, llegaron bastante más temprano de lo que yo creía que llegarían, lo que me hizo pensar que no vinieron en auto. Al verlos caminando desde la entrada me fui acercando a ellos.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora