twenty-third ;; visto.

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Kim SungMin...

Ahora sí, mi día había terminado por fin. Entre clases y la práctica en el club estaba ya algo cansada. A pesar de que el ejercicio físico en este peculiar lugar termina relajándome un poco, hoy me sentía cansada. A pesar de que estaba algo confundida por el hecho de que NaYeon hubiera pedido específicamente mi número con unas intenciones poco entendibles o desconocidas para mí, es un hecho al cual no le di la menor importancia.

Claro, las chicas en la salida preguntaron por lo que había pasado y el porqué de que me hubiera llamado a la hora de la salida. Sin embargo con ellas también le resté importancia, dije que solamente quería mi número de teléfono, aunque les pareció raro, lo dejaron hasta ahí. No entendía el motivo, mas sentía que NaYeon era como una profesora, al menos para mí y no me atrevería a cuestionarle eso.

HyoSung se separó de nosotras para entrar a su habitación, bufando levemente debido a que su compañera de habitación era lo más odioso de toda la universidad. Estoy segura de que en cualquier momento se escapará de ese lugar y dormirá con nosotras. Algo cansadas, EunJi se lanzó al sofá mientras que yo fui a tomar un poco de agua.

—No sé porqué estoy tan cansada hoy. —Comenté chasqueando la lengua, ella suspiró seguidamente de mi comentario estando de acuerdo conmigo. Parecía que eso lo compartíamos. Dejé el vaso de lado una vez terminé.— Bueno, iré a bañarme, tengo que hacer luego algunas tareas antes de irme a dormir.

Sin problema alguno asintió mientras se levantaba. Ambas entramos en nuestras respectivas habitaciones. Tomando mi toalla y una ropa cómoda para dormir entré al baño a darme una ducha. No fue demasiado lenta, solo tenía ganas de acostarme y después llegarían las tareas pendientes que tengo que hacer, así que traté de bañarme algo rápido.

Después de que salí, estaba más relajada, así que organicé algunas cosas antes de dirigirme hacia mi mochila. Saqué de ahí los libros en los que tenía actividades que hacer y los dejé de lado, después saqué mi teléfono, en el cual pude ver que tenía una notificación.

Lo encendí y observé que tenía varios mensajes. Toqué en esta lo que me llevó a mis chats, viendo que tenía cinco mensajes de mi madre, tres de mi padre y uno de un número desconocido. Extrañada por ese número que no conocía y por alguna razón pensando que se trataba de NaYeon entré primero a este y lo leí. ¡Ahg!

Claramente no era NaYeon, a pesar de haber sido la única que había recibido mí número de teléfono, al menos de mí parte. Era claro que era ese molesto chico, Jeon JungKook. ¿Cómo había logrado conseguir mi número?

Me decidí por ignorar el mensaje, estaba demasiado cansada como para lidiar con ese idiota. Respondí los mensajes de mis creadores y dejé de lado el teléfono. Tomé los libros y mi cartera de los lápices antes de salir del cuarto para ir hacia la barra. Esta era la única mesa, como ya dije, no había otra mesa, así que como eso lo tomamos. Me senté ahí no queriendo hacer mis tareas en la cama y las hice tranquilamente.

Aunque me seguía desconcertado el hecho de que JungKook hubiera conseguido mi número. ¿Cuáles son las probabilidades de que alguien que tenga mi número se lo haya dado sin mi consentimiento?

|......|

Mi martes empezaba bien, al menos por ahora todo se encontraba de lo mejor. Había despertado bien, a pesar de que al revisar mis notificaciones tenía dos o tres mensajes más de ese idiota algo enojado porque decidí dejarlo en visto. Por favor, estaba en todo mi derecho de hacerlo.

Después de una mañana ajetreada de clases, había ido a mi casillero para dejar ahí los libros que había utilizado pero que no necesitaba para los turnos de la tarde. Mis amigas habían ido directamente a los suyos, que no quedaban cerca para nuestra mala suerte. Y vaya que fue mala suerte.

—SungMin. —La razón de que hubiera preferido que los tres casilleros quedaran juntos se encontraba justo detrás de mí, llamando mi nombre.

Suspiré fuertemente al sentir como su aliento chocó contra mí oído al estar muy cerca de mi. Cerré los ojos y apreté mis puños pensando mil y una maneras en las que podía golpearlo. Sus manos tocaron mis caderas, un escalofrío recorrió mi cuerpo y unas ganas de empujarlo me invadieron, eran incontrolables.

—¿Puedo saber por qué no respondiste mis mensajes? —Preguntó en un tono amenazante aunque algo bajo.— Estuve esperando tu respuesta pero nunca llegó. ¿Cómo te atreviste a dejarme en visto?

—Aléjate de mí, animal. —Con el adjetivo que mejor le quedaba terminé por darme la vuelta y proyectar toda mi furia en empujarlo para que de alejara de mí. Lo vi fruncir el ceño, su enojo estaba siendo algo claro, aunque no entendía por qué.— No me tomaré la molestia de preguntar de donde sacaste mi número de teléfono, pero que te quede claro que tenerlo no te va a hacer dar un paso más hacia mi.

Soltó una risita molesta, mientras con sus manos peinaba su cabello hacia atrás que terminó por quedar en la misma posición. Antes de darme tiempo a reaccionar se había acercado peligrosamente a mí, acorralándome de alguna manera por tercera vez desde que nos conocemos. A diferencia de las otras, se aseguró de que no pudiera salir, poniendo mis manos sobre mi cabeza y apretando estás fuerte a pesar de usar solo una mano. Con la otra terminó por agarrar mi cuello suavemente en un intento de sentir que estaba dominándome.

—¿Quieres que te diga algo, SungMin? —Preguntó en un tono bajo mientras trataba de soltarme de su fuerte agarre.— No me gusta que me ignoren, en el pasado nadie lo ha hecho, y no es posible que seas tú la primera en cumplir todo lo que nadie me había hecho.

Me di cuenta de que animal le quedaba mucho mejor de lo que yo pensaba. Es que es un animal, un animal cómicamente egocéntrico y necesitado de una atención inmensa a pesar de tenerla ya. ¿Por qué se encaprichó conmigo?

Al ver que era en vano dejé de intentar zafarme de su agarre, me concentré en evitar que su mano tocara mi rostro, sin embargo fue imposible, pues no tenía mucha movilidad y terminó por posar su dedo índice en mi mejilla y pincharla un poco antes de bajar hasta mi mentón y elevar mi mirada hasta cruzarla con la suya. Había dejado de mirarme como un cínico, ahora estaba enojado y tenía una mirada oscura. No me intimidaba, no como él creía o quería.

—La próxima vez que te envíe un mensaje, respondes en cuanto lo veas, no me gusta estar enojado contigo. —Sonrió ladinamente, causando cierto asco en mí. Este chico no podía causarme otro sentimiento sino asco. Juraba que le hubiera escupido en la cara, si no hubiera sido más rápido de tomarme por la nuca y juntar nuestros labios forzosamente.

Me estaba besando.

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23/diciembre/2021. Re-escrito.

Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora