twenty-second ;; mil y una maneras de follarte.

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—Jeon JungKook...

TaeHyung y yo estábamos de camino a nuestra habitación, habitación que compartíamos desde que nos habíamos hecho amigos cercanos en la universidad.

En realidad no fue desde que comenzó el curso, tuve que solicitar un cambio de habitación a mitad del año escolar anterior, inventando miles de excusas por las que mi compañero anterior no era de mi agrado y no me sentía cómodo y un montón de boberías. Por suerte aceptaron mi solicitud, dándome una nueva habitación muy lejos de la mía. Pero tuve que mover varias fichas para que fuera especialmente en esta que ahora tengo, porque lo haría al azar y ya. Además solo tengo un cambio de habitación al año.

Solo diré que disfruté pasar un tiempo con la encargada de esos cambios en la escuela.

Entramos al lugar, dejando ambos las llaves de este en la mesita que teníamos junto a la puerta. Sin parar de hablar por lo interesante del tema, TaeHyung fue a la cocina por agua mientras que yo me senté en el sofá, quitando mis zapatos y dejándolos en el suelo para subir mis pies en donde me encontraba sentado.

Había sido un día largo de clases, un lunes interminable para mí. Aunque bueno, ¿Qué días de clases no lo son? Nunca disfruto las clases, como JiMin, por ejemplo, que sí tiene algo de amor por la escuela, no entiendo cómo puede. Si me pongo a pensar, lo único bueno y para lo único que vengo es por todas esas chicas con las que puedo ligar. Antes lo había comentando y lo repito otra vez, el sexo disminuye demasiado fuera de la escuela porque no hay manera de interactuar demasiado.

Aunque en estos días pude haber conseguido dos o tres ligues muy bien, dos o tres chicas del aula no dejan de mirarme todo el día. Por alguna razón no estoy interesado en ellas por ahora. ¿Por qué? Simple. Esa chica, la pequeña Kim. A penas la conozco, recuerdo su nombre muy vagamente y sin embargo solo estoy pensando en el próximo paso que daré para tenerla en mi cama. ¿Por qué me está resultando tan interesante el tener que convencerla? Nunca había pasado tanto trabajo y estaba seguro de que nunca tendría que hacerlo.

Sin embargo, estoy sentado en el sofá de mi habitación, escuchando a Kim hablar de un tema y pensando en poner mis manos sobre su hermana a la que, por cierto, tengo prohibido acercarme con malas intenciones. De todas formas lo haré, porque esa chica logra prenderme de alguna extraña manera. ¿Será a propósito su caminar moviendo tanto el trasero? No podría decirlo.

Ah, SungMin.

—Jeon. —Mi amigo mencionó mi apellido, por lo que volteé a verlo con una expresión de interrogación en mi rostro para que dijera lo que quisiera decir.— No estás escuchando lo que te estoy diciendo.

Suspiré levemente mientras regresaba mi vista al frente. En un principio el tema del que hablábamos parecía interesante hasta que mis pensamientos nublaron mis sentidos. Solo podía ver a esa chica alejándose de mí con ese caminar peculiar que me encanta. Había dejado de prestar atención.

—Perdona, estoy un poco cansado por el día de hoy. Ya sabes que soy algo intolerante a la escuela. —Comenté encogiéndome de hombros mientras me organizaba en el asiento.— ¿Qué decías?

—Te decía que... —Sin dejarlo terminar, el sonido de la puerta resonó en la habitación, estaban tocando. Él se levantó de su lugar y fue a abrir.— ¡Hey! NaYeon. ¿A qué debemos tu visita?

—A tres metros de mí, Kim. —Escuché a la chica ordenar, ambos reímos.

Desde que se conocen, él estuvo detrás de ella durante un largo tiempo, supuestamente quería acostarse con ella, pero todo se fue al carajo cuando se enteró de que era lesbiana y que tenía inclusive pareja, que conserva hasta ahora. Para empeorar todo, se besaron delante de sus ojos. Ah, a veces puede ser muy cruel. Al final del día siguieron con su vida pero a Kim le gusta molestarla.

Me levanté del sofá dirigiendo mi vista hacia ella, quien entró evitando al chico. Se acercó a mí y chocamos los puños en forma de saludo.

—Tengo lo que pediste. —Avisó, por lo que observé levemente el chico detrás de ella, mirando curioso hacia nosotros.

Tomé a NaYeon de la mano y la llevé hacia mi habitación, cerrando la puerta, para luego sentarme en la cama mirándola expectante. ¿Tan rápido había conseguido su número telefónico? Digo, es solo anotar un número pero pensé que sería más difícil para ella. El poder de la confianza.

—¿Qué pasa? —Preguntó extrañada, sentándose también en la cama.— ¿Acaso TaeHyung no puede escuchar?

—Larga historia. —Respondí haciéndola rodar los ojos. Algo se imaginaba, pero dudo que diera en el clavo, no sabía que ellos dos eran hermanos y si es por el apellido, hay miles de Kim en la escuela, ella lo había dicho anteriormente.— Vamos, dame su número.

Asintió levemente con la cabeza, sacando su teléfono y desbloqueándolo para entregármelo con los contactos ahí puestos. Hice lo mismo con el mío y comencé a copiar su número. Hubiera sido más fácil que me lo mandara en un mensaje, no necesitaría estar escondiéndome de Kim. En parte no me gusta, pero haré lo que sea necesario.

—Ya está. —Dije antes de devolverle su teléfono y observar el contacto en el mío.

SungMin.

De esta forma no olvidaría su nombre ya. ¿Acaso no es fantástico? Para mí, sí lo es.

|......|

Ella se había ido de la habitación, no habían faltado preguntar de parte de mi querido amigo Kim TaeHyung sobre lo que hacíamos en mi habitación y comentarios malpensados de ello. Claro, solo para molestar, sabía que ella no gustaba de mí ni yo de ella.

Después de poder librarme de él y su curiosidad diciendo que no había sido nada importante, pude adentrarme en mi habitación y sentarme en la cama con el teléfono delante y el futuro chat con mi pequeña SungMin abierto. Tenía que pensar algo ingenioso que decirle para que supiera que era yo y molestarla al mismo tiempo.


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16/diciembre/2021. Re-escrito.

—Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora