twenty-seventh ;; castigo.

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Kim SungMin...

Si tengo que dar gracias por algo en este momento, voy a dar las gracias por no haber tenido que volver a mirar la cara de ese imbécil. Jeon JungKook. Ni siquiera puedo resumir en una frase lo mucho que odio a ese chico. Desde que lo vi la primera vez, supe que iba a odiar su actitud y personalidad, lo sabía perfectamente. Ahora, aunque no para mi sorpresa, lo odio demasiado por encima de lo que en ese momento creía.

Claro, es que se puede ser imbécil, pero él lo es a un nivel extremo, muy extremo.

Todo estaba calmado, al menos lo estuvo así durante los dos días anteriores, jueves y viernes. No volvimos a cruzar, tan siquiera una mirada, desde aquella rara conversación que tuvimos en medio del pasillo, una conversación que había logrado sacarme del paso por su capacidad de victimización. Aunque claro, conmigo no funcionó para nada, no pretendo sentirme culpable de algo que no hice por sus malditas manipulaciones. Sin duda es una persona de mierda.

Al final del día, esos dos días habían terminado, el sábado estaba aquí, el día en el que tendría que compartir con ese idiota en nuestro castigo. ¡Ahg! ¿Por qué no puedo ser eternamente feliz? Al menos parcialmente me gustaría serlo, mas es muy claro que el mundo no pretende darme esa oportunidad. Seguiré teniendo que compartir las mismas cuatro paredes con ese chico.

Al levantarme ese día había encontrado una citación que habían pasado por debajo de la puerta. Me había levantado con intenciones de ir al ensayo del club, porque pensé que sería de tarde el castigo y me daría tiempo, pero al parecer es toda la mañana el castigo, o bueno, lo que nos tome, así sea más o menos tiempo. Está todo aclarado en la nota.

"Querida Alumna:

Mediante la presente se deja constancia de que se le ha avisado sobre la fecha y hora de su castigo. Para que no hayan inconvenientes, utilizamos este medio. Cumplirá el castigo, junto a su compañero de escuela y su auxiliar en la biblioteca, a las nueve de la mañana. En caso de que no aparezca por allá, iremos a buscarla directamente hacia su habitación o donde se encuentre.

Nos gustaría ser claros respecto a ciertos puntos;

1-Usted y su compañero no pueden tener algún tipo de acercamiento físico, pues su castigo sería revocado y reemplazado por el acta de conducta que deberían tener en su expediente. Además, sería una falta del respecto al auxiliar que los acompañará.

2-No puede abandonar la sala, para nada, hasta que no termine el castigo que se le haya sido impuesto por el auxiliar, o será levantada su acta de conducta.

3-Dentro de lo posible, sea capaz de llegar en tiempo al castigo.

4-Ninguno de los castigados puede abandonar la sala hasta no haber cumplido con todas las encomiendas, lo cual será juzgado por el auxiliar correspondiente.

Esperamos haber sido claros, el auxiliar dará más detalles durante la detención.

Atentamente: El director."

No puedo creerlo, hasta para detenciones se esmeran de esa manera, a pesar de que me desagrada haber tenido que enterarme de esto, es reconocible.

Por otro lado, realmente odio que digan todo el tiempo que somos compañeros, cuando no lo somos, además, aclararon que no deberíamos tener acercamientos, seguramente se referían a sexuales, como si fuéramos por todos los pasillos teniendo sexo constantemente. ¡Joder! Solo espero que no nos hagamos conocidos por este tema.

La biblioteca me quedaba algo lejos, tenía que bajar tres pisos, claro está que en ascensor, además de caminar al fondo del pasillo central de la universidad, que lleva directamente a la biblioteca. Pronto llegué ahí, no se había hecho tarde, de hecho, mirando el reloj, eras las ocho con cincuenta minutos, estoy desde diez minutos antes. Pero no soy la primera aquí.

El profesor junto al chico responsable de este castigo se encuentran dentro del lugar. No sabía que hacían, solo miraba desde lejos, pero no quería enterarme de todas formas. Otra vez volví a preguntarme si era necesario realmente esto. Me parecía una pérdida de tiempo, tiempo valioso.

Suspiré y terminé por entrar al lugar, llamando la atención de ambos. Uno me miró con algo de molestia y el otro, bueno, JungKook me guiñó un ojo y tiró un beso. Que ganas de arrancarle la lengua.

No respondí nada a ninguno y solo me coloqué junto al profesor.

—Bueno, ya que ha llegado la única que faltaba, me gustaría decirles varias cosas respecto al castigo. Estarán bajo supervisión, todo el tiempo, si veo algo fuera de lugar enseguida les quitaré el castigo y lo reemplazaré por un acta de conducta. —El auxiliar repitió lo mismo que la citación decía, al menos uno de los primeros puntos.— Como ya se ha visto que son unos adolescentes hormonales muy poco discretos, es lo mejor para que no tengas más demostraciones de afecto durante el castigo.

¡Ahg! Por favor, a penas me besó una vez y ya somos los más criminales en la historia de los criminales. A parte, sigo molesta porque el director o este señor auxiliar no se dieron cuenta de que: ¡Fue sin mi maldito consentimiento! Este chico cree tener el poder suficiente sobre mí y mi cuerpo como para besarme sin tener mi permiso, y por encima de todo, soy la única que puede notarlo. Vaya mierda.

—Oh, vamos, profesor, ¿No tendremos siquiera un segundo a solas? —Preguntó ese idiota con un tono esperanzado y una sonrisa angelical hacia el profesor. Este negó repetidas veces con la cabeza, haciendo que deshiciera esa sonrisa. Lo más satisfactorio que me ha ocurrido hoy.

—Inclusive si el profesor nos dejara solos, no te creas que podrías siquiera ponerme un dedo encima. Te lanzaría el estante lleno de libros, sobre tu cuerpo. —Respondí para bajar sus ilusiones, escuchándolo reír.

—Cariño, sabes perfectamente que entre todos los besos de tu vida, el mío fue el que más disfrutaste.

Por favor, Jeon JungKook, ¡Para de llamarme cariño!

—¡Ahg! Díganse esas idioteces en otro momento, céntrense en que tienen un castigo que cumplir, ¡Ahora! —El profesor ordenó. Yo bufé levemente antes de voltearme a mirar nuestro alrededor.

Genial. Estimando, alrededor de nosotros tenemos un mínimo de cuarenta o treinta y cinco estantes de libros, que no son para nada pequeños, me atrevería a decir que hay cien libros en cada uno. ¿Acaso no es estupendo? Voy a tener que estar aquí toda la mañana y posiblemente parte de la tarde, encerrada, con él.

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24/enero/2022. Re-escrito.

Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora