twenty-sixth ;; hematoma.

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—Jeon JungKook...

Ah, era un hermoso miércoles.

Sí, un muy hermoso día para ser a penas el que se encuentra justo en medio de la semana. No entendía porque, pero estaba sintiéndome bien desde que me levanté en la mañana. Nada bueno había acontecido recientemente, pero de todas formas me sentía así. Hoy estaba siendo muy feliz.

A pesar de que prontamente tendría que cumplir un castigo, se puede decir que algo fuerte. Aunque es miles de veces mejor a recibir mi segunda acta de conducta en la escuela. Sí, ya tengo una de veces anteriores donde he tenido insignificantes peleas. La escuela las hace demasiado grandes, mucho más de lo que realmente son. Fue un suceso pequeño. Además de algunas sanciones por los actos obscenos que supuestamente cometía con mis ligues. ¿Acaso es obsceno un beso? Exageran demasiado.

De todas formas, en este castigo, solo serian libros que debemos ordenar y bueno, en lugar de eso pienso hacer cualquier otra cosa con SeungMin. Quiero suponer que será divertido y es que, ¿Por qué me divierte ese raro rechazo que tiene por mí? No lo sé, es un sentimiento complicado. Siento ganas de reírme cada vez que ella suelta insultos a lo loco hacia mi, por cualquier cosa que diga o haga. Si nuevo un dedo estoy siendo un sinvergüenza. Sencillamente me causa risa y diversión.

Menos lo que sea que ayer haya sucedido entre nosotros.

Pronto llegue a su lugar. Sí, hoy estaría molestando también. ¿Por qué? Amo hacerlo, muy simple como para no comprenderlo. Además, tenía que mirar un poco su trasero, ahora que tengo esa oportunidad. Es que amo su trasero con todo lo que tengo.

—Buenos días, pequeña Kim. —Saludé poniéndome a su lado. No había siquiera volteado a mirar de quién se trataba, pero se había enojado al reconocerme. Lo supe por como cerró con fuerza su casillero.— No amanecimos muy felices, ¿Eh?

—¿Qué haces aquí? —Con un inigualable tono de molestia preguntó.— ¿Acaso no fue suficiente lo que sucedió ayer?

Fruncí el entrecejo mientras la miraba algo confundido. No creo que lo de ayer sea motivo suficiente para que terminaran mis objetivos con ella. No recuerdo haber estado ayer en mi cuarto, ambos con esa fina y para nada molesta capa de sudor cubriendo nuestro cuerpo gracias a tanto movimiento, escuchando el sonido que realizan nuestros cuerpo al chocar con cada fuerte embestida en lo más profundo de su ser. No recuerdo que con tono suplicante haya pedido por más entre gemidos y con la voz entrecortada.

Así que no, no fue suficiente.

—Mmh, a menos que hayas complacido a mi pene con todo lo que necesita de tí, no lo creo. —Respondí y sonreí ladinamente. Estaba seguro de que había causado molestia en ella y su rostro no hizo más que confirmarlo. Soltaría algún insulto.

—Eres un animal asqueroso. —Me molestaba que me nombrara "animal" cuando no estoy ni cerca de serlo, pero de todas formas me causaba risa.— No puedo creer que de verdad tengas la cara tan dura.

Según ella, tengo la cara de acero. He perdido la cuenta de cuántas veces me ha dicho que tengo la cara dura, que soy un sinvergüenza. Y demás insultos que no deseo enumerar en este momento. Para su buena suerte no presté atención a los insultos y solo solté una enérgica risa.

Quedó en una sonrisa cuando esta disminuyó. Solo pude ver cómo ella me miraba con el rostro ardiendo en rabia. Si las miradas mataran...

Para mí suerte no lo hacen así que no me afecta.

—¡No te rías! Encima de que te pasas de listo agrediéndome, vienes a reírte en mi cara. ¿Sabes que? Debería denunciarte por acoso.

¿Agresión? ¿Quién ha agredido a quien en este lugar?

Si mal no recuerdo, ella me dio un fuerte golpe en el estómago por un inocente beso. ¡Un beso! Yo sencillamente le he dado una advertencia y me he asegurado de que no volviera a golpearme inmovilizándola. ¿Acaso es mi culpa sentirme amenazado? Al final del día, no creo que los dos seamos muy inocentes que digamos.

—Cariño, siento contradecirte, pero no te agredí en ningún momento de toda nuestra conversación. Nunca te golpeé, mi puño no termino en tu cara. De ser así, muéstrame algún hematoma que yo, con mis manos, te haya hecho. Me retractaré entonces. —Respondí recostándome sobre el casillero que estaba junto al suyo, mientras me cruzaba de brazos y sonreía.

Sabía que no tenía nada que enseñar. Porque yo no la había tocado con intenciones reales de lastimarla. Claro que no. A las mujeres no las castigo de esa forma, ellas merecen otro tipo de castigos de mi parte cada vez que siento algún tipo de desobediencia hacia mi. Aún así, seguí esperando a que mostrara algo que me incriminara como autor de esta injusticia.

Inclusive así no me disculparía pero encantado le daría la razón que tendría sobre esa supuesta agresión que tuve contra ella en el día de ayer.

No respondió nada, justo como pensé que sucedería. Al contrario, solo soltó un suspiro enojado antes de apretar sus puños fuertemente. Tanto así, que sus nudillos de volvieron algo blancos. ¡Vaya! Parece que yo tenía razón.

—No tenías mi permiso para besarme, eso también es considerado abuso. —Dijo en un tono bajo que demostraba todo lo enojada que estaba. Alzar la voz quedaría en un grito así que decidió usar un tono bajo conmigo.

—Explica entonces que me hayas correspondido. —Respondí mientras veía que se quejaba. Amplié mi sonrisa, si es que se podía más.— No te entiendo, si solo te hubieras dejado llevar hubieras disfrutado el mejor beso que alguien te hubiera dado en la vida.

—Nunca disfrutaría algo proveniente de tí, me das asco. —Dijo e hizo una rara expresión.

Oh, eso ya lo veremos. De todas formas, estoy seguro de que tarde o temprano vas a terminar cayendo por mí. ¿Por qué? Simple. Todas lo hacen.

—Sin embargo, cariño. —Llamé su atención y levanté mi camisa con mi mano derecha.— Tú, la incorregible SungMin, me has dejado un gran hematoma en el estómago.

Sí, me había quedado la marca de ese fuerte golpe que me había propinado. Claro que dejaría alguna marca, por mucho que ella diga, no soy de acero ni mi piel es dura, así que al final del día también quedan marcas de los golpes, justo como lo que ella supuestamente tiene.

En respuesta rodó los ojos molesta. Luego se dio la vuelta enojada y me sacó el dedo del medio. Bajé mi camisa y reí.

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29/diciembre/2021. Re-escrito.

Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora