forty-eighth ;; invitación.

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—Kim SungMin...

La visita al director había concluido finalmente. No existen palabras para describir lo que sentía, ese enojo tan grande, mezclado a la rabia y la impotencia que me hacian mantener los puños apretados todo el tiempo. No podía dejar de pensar en qué yo había recibido el mismo castigo que quienes eran los verdaderos culpables y el hecho de no poder decir nada estaba carcomiéndome.

Después de comunicarnos el castigo que se nos sería impuesto, el director redactó la hoja donde aceptábamos el castigo, además de un juramento de que lo cumpliríamos al pie de la letra. Por si eso fuera poco, también redactó un acta de conducta más para todos los presentes. EunJi y yo tendríamos nuestra primera acta, ¡estando a penas en primer año! Por otro lado, TaeHyung y JungKook estaban recibiendo su segunda posiblemente, ya que si fuera la tercera estarían inmediatamente expulsados de la institución y dudo que fuera la primera.

Salí del lugar hecha una furia, con unas inmensas ganas de gritar y golpear algo. Ganas que no pude desquitar, al menos no por el momento. Todo esto me parecía demasiado injusto.

—¡SungMin! —Me llamó mi amiga, haciendo que detuviera mi paso apresurado.— Espérame por favor.

Acaté su pedido, dándome cuenta de lo rápido que me encontraba caminando. Estaba reflejando mi furia en mi caminar, algo que realmente no podía controlar en este momento, por mucho que quisiera hacerlo.

Una vez mi amiga estuvo a mi lado, continuamos juntas nuestro camino en dirección a nuestra habitación otra vez. Ella seguía pidiéndome perdón por haber causado mi primer acta de conducta y un castigo tedioso que sería interminable. Sería un mes entero limpiando la basura de otros, un mes que seguramente se volvería una eternidad.

Yo realmente, incluso estando enojada no quería dejarle a ella toda la culpa de la situación y solamente le seguía repitiendo que yo no tenía nada que perdonarle, que dejara de preocuparse. Aún asi continuó. Juraría que en cualquier momento se arrodillaría.

Caminábamos por los pasillos, cuando vi una figura conocida acercándose rápidamente hacia nosotras. Un chico alto y delgado se acercaba a pasos apresurados hacia nosotras. Todo rastro de furia desapareció de mi interior, pero no precisamente para ser reemplazado por uno mucho mejor.

—SungMin, EunJi. —Nos saludó una vez estuvo frente a nosotras, dedicándonos una de sus hermosas y tranquilizadoras sonrisas, que en ese momento me parecía cualquier cosa menos eso.— Escuché el llamado del director y me preocupé al oír sus nombres.

HoSeok llegaba en el momento exacto para revolucionar mis pensamientos otra vez. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente lentamente, pasando uno por uno mientras ambos de mis amigos hablaban entre si sobre el castigo que se nos había impuesto y los motivos de este mismo. No significaba nada, porque HoSeok y yo no estábamos realmente juntos, sin embargo algo me hacía sentirme mal por lo que había hecho.

A penas una semana después de haber confirmado mi noviazgo con él y que consiguiéramos que su novio real aceptara está descabellada propuesta, yo acepté la de JungKook. Había dicho que lograría conquistarme en tan solo dos meses y sin siquiera pensarlo había aceptado, haciendo dudosa mi relación. Por otro lado, ayer fui yo quien besó a JungKook y debía admitir que lo estaba deseando realmente. Ya no tenía manera de victimizarme.

¿Cómo explicarle a HoSeok que lo que habíamos hecho fue literalmente en vano? No podía, sencillamente no podía ser tan caradura después del esfuerzo que él tuvo que hacer por mí. Así que decidí que, por ahora, trataría de mantener en pie toda esta locura, aunque ya pareciera haberse desmoronado totalmente.

|......|

El domingo había pasado tan rápido que casi pareció irreal y junto a él, también el lunes había desaparecido antes de que me lo esperara. En cualquier otra circunstancia, estaría alegre, ya que después de las clases debía ir al club y eso me ayudaba a relajarme. No obstante, con el final de las clases daba inicio a mi tortura. Las reuniones del club se nos habían prohibido hasta haber cumplido el castigo en su totalidad. Siempre y cuando no termináramos por ganarnos otro en el camino.

—Nos veremos entonces cuando vuelvan, estaré en mi cuarto esperando. —HyoSung se despidió, nosotras asentimos antes de verla darse la vuelta e irse.

EunJi y yo tomamos nuestro camino hacia el lugar por el que comenzaríamos. Era una tarea larga, muy probablemente termináramos en la noche, ya que debíamos recoger las áreas verdes y también limpiar los pasillos y baños. Lo peor de todo era que esa limpieza era de los baños de los cinco pisos de la escuela, femeninos y masculinos que, sin temor a equivocarme debían sumar alrededor de veinte baños en total, cuatro por piso. Solamente pensándolo ya estaba cansada.

Llegamos a la salida de la escuela donde nos esperaban algunos profesores que iban a cuidar nuestro castigo y ambos de los chicos que nos acompañarían.

—Bueno, ahora que no nos falta nadie, vamos a distribuir las tareas. —Una profesora comentó, haciéndome saber que no sería tan lento como yo lo pensaba, ya que iban a repartirlo por personas.— Kim TaeHyung y Han EunJi serán los encargados de limpiar pasillos y áreas verdes, Jeon JungKook se encargará de los baños masculinos y Kim SungMin de los femeninos.

Ya fuera por suerte o desgracia, EunJi y TaeHyung iban a tener que compartir bastante esta tarde, aunque conociendo a mi hermano, posiblemente termine por ignorarla. Por otro lado, JungKook y yo no tendríamos que vernos la cara durante todo el castigo y eso es algo que realmente logró ponerme algo contenta. Ni siquiera podría escaparse de sus tareas para molestarme, ya que tendría un profesor vigilando constantemente.

La profesora que antes había hablado fue junto a mi hasta los baños femeninos del primer piso. A JungKook le habían asignado el mismo que la anterior vez había cuidado nuestro castigo y a los dos restantes, se les asignó una profesora, que tenía cierta fama de tener bastante mal genio.

De esta forma comenzamos nuestro castigo el primer día. Para mi suerte, los baños femeninos no estaban muy descuidados como para tener que preocuparme demasiado por ellos. Ya que estaban bastante limpios, mi trabajo solo fue darles varios retoques y alguna que otra limpieza más profunda. Esto hizo que no me enojara demasiado y si así serían las cosas a partir de este momento, no sería demasiado tedioso el castigo.

Aunque el que fuera ciertamente fácil no hizo que terminara mucho más temprano. Eran alrededor de las cuatro de la tarde cuando habíamos comenzado y una vez terminé, el reloj marcaba las ocho de la noche. La limpieza de los baños me había tomado cuatro horas enteras, inclusive siendo fácil. No quería imaginarme lo que demorarían TaeHyung y EunJi, ya que los pasillos y áreas verdes son mucho más transitados que los baños.

—Tenga buena noche. —Me despedí haciendo una reverencia a la profesora, quien se despidió igualmente para luego darse la vuelta e irse.

Suspiré sonoramente, dándome la vuelta para comenzar a dirigirme hacia mi casillero, ya que tenía algunas cosas que guardar ahí, disgustándome una vez llegué al lugar. Para mi sorpresa, JungKook había terminado posiblemente un poco antes que yo y se encontraba esperándome en mi casillero.

—¿Qué quieres ahora? —Pregunté cansada, no tenía las menores ganas de lidiar con él en este momento. Escuché de su parte una risa.

—¿No vas a decir siquiera un hola, mi amor? —Preguntó, utilizando su maldito apodo. ¿Por qué lograba hacerme sentir tan extraña y confundida? Él río y al ver que no respondía continuó.— Vengo porque quiero invitarte a salir el sábado siguiente.

¿Invitarme a salir?

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7/marzo/2023. Re-escrito.

—Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora