seventieth ;; disculpa.

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—Jeon JungKook...

La desesperación que sentía, solamente podía ser comparada con la anterior vez que esto había sucedido, estoy bastante seguro de que esta vez era mucho mayor. Habían pasado diez minutos desde la hora acordada para la salida, yo estaba en la cocina, mirando la hora en mi teléfono y dando vueltas a este mismo sobre la barra. Estaba ya arreglado, listo para tomar mis llaves y tomar mi camino hacia esa salida, de hecho, lo estaba desde cinco minutos antes de la hora acordada.

Estaba seguro de que iba a ir, lo estuve siempre, pero sí sabía que quería tener al menos algo de venganza. No podía simplemente aparecer a la hora acordada y encima aceptar la salida, claro que no, no podía rebajarme de esa manera. Tenía claro que SungMin probablemente no esperaría por mí en situaciones normales, probablemente recogería sus cosas y se iría hacia su habitación después de insultarme por mensaje en todos los idiomas del universo. Pero no estábamos en esas condiciones y, teniendo en cuenta que ella estaba tan desesperada por arreglar “las cosas” conmigo, decidí que la haría esperar por media hora al menos.

Desde luego que nunca supuse que yo también me vería afectado por esta decisión. Sabía que ella estaba afuera, esperando a que yo llegara, tal vez preocupada por si iba a llegar o no, mas cuando pensé en ese escenario, no sentí satisfacción alguna. Llevo imaginando su rostro desilusionado desde que el reloj marcó las nueve y los treinta minutos siguientes fueron una lenta tortura que no disfruté en lo absoluto. Solamente por este motivo, ya estaba enojado conmigo mismo antes de comenzar el encuentro.

Una vez el tiempo que había decidido pasó, tomé el ascensor hacia la planta baja, nervioso por alguna razón que desconocía, o que sencillamente no quería aceptar ni en mis propios pensamientos. Le di un pequeño saludo a la recepcionista, antes de entregar la justificación que tenía para salir de la universidad el día de hoy, recordó la hora de llegada y me deseó una buena noche. Después salí y me enojé mucho más.

¡Mierda! Se veía tan hermosa.

La había visto últimamente con pantalones holgados, ya que eran los que se ponía para cumplir el castigo y, en general, no muchas otras veces pude observarla con alguna ropa ajustada a su cuerpo. En ese momento, al observarla en ese vestido negro ajustado, recordé porqué me había llamado tanto la atencion desde el primer momento. Su trasero.

Fruncí el ceño, antes de meter mis manos en los bolsillos del pantalón y cambiar la expresión tan estúpida que tenía por una más acorde a lo que quería expresar en ese momento. Una expresión gélida, que mantuviera una distancia entre nosotros, porque actuando de otra forma, no podrá mantener mi postura y no era algo que quisiera romper por el momento.

—La hora que elegiste no me vino bien. —Mientras me acercaba, le anuncié, lo que vendría siendo otra de las tantas mentiras que he dicho a lo largo de mi vida. No tenía absolutamente nada que hacer.— Lo retrasé media hora, espero que no te importe.

En el momento en que me escuchó, se volteó para mirarme. Apreté los puños dentro de mis bolsillos, intentando desviar la atención de ella, para que mis pensamientos no comenzaran a divagar entre las distintas emociones que expresaban sus ojos. En lugar de ello, decidí comenzar a rememorar todas las cosas que habían sucedido por su culpa, controlando mis sentimientos hacia lo que yo quería sentir y no lo que ella realmente podría hacer que sintiera.

Me detuve a su lado, mirando al frente, para evitar el contacto visual y, por defecto, el derrumbe de la barrera que había creado.

—Ah, sí, no importa. —No esperaba un regaño, ya que si lo obtenía iba a darme por vencido, pero definitivamente esperaba algo mucho peor. Una mala mirada, un comentario sarcástico, una broma malintencionada. ¿Por qué solamente había decidido restarle importancia?

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora