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-¿Papá?- El solo observa mi vientre en silencio y sale de la habitación.

Observo la puerta consternada y mis ojos se llenan de lágrimas, el doctor continua hablando, y yo solo quiero largarme de aquí.

-Por tu enfermedad, tu embarazo será con muchísimas precauciones, tendrás que poner todo tu esfuerzo para continuar con el y...

-¿Les molestaría dejarme un momento a solas? -interrumpo. Desvío mi mirada de ellos y me concentro en mis manos, sintiéndome más sola que nunca de repente.

-No hay problema.- habla el doctor Robinson, le hace una seña a la enfermera y ambos abandonan la habitación.

Las lágrimas que tenían contenidas caen y me permito lamentarme. Ahora esto lo complica más ¿Cómo mierda no me acordé del puto preservativo? Era una completa estúpida, maldita sea.

Observo mi vientre encima de la ropa que traía puesta, y me levanté la playera con miedo. Una persona estaba creciendo dentro de mí, una personita mía y de Álex, solté un sollozo al recordarme que haré esto sola, Álex ya no me quiere, seguro nunca lo hizo.

Más lágrimas siguen brotando y la puerta es nuevamente abierta por mi padre, sus manos estan llenas de comida y al verme llorando se acerca a paso veloz a donde estoy.

-¿Qué pasa, nena?- me levanto de la cama asustada y le abrazo, mientras el intenta no dejar caer nada de los alimentos que carga.

-Pense que estabas decepcionado de mi...-murmuro -Lo siento mucho, papá.Yo no quería que esto sucediera así, de verdad esperaba que...

-No estoy decepcionado, cariño.-interrumpe, me aleja de sus brazos y me dirige nuevamente a la cama -Mi nieto está creciendo dentro de ti, tiene que comer más, estás muy escuálida.-Mira mis brazos y yo sonrió entre lágrimas.

Agradezco tenerlo ahora más que nunca.

-¿Nieto?-digo de igual forma sin pretenderlo -Podría ser una niña...

El mira mi vientre y niega, para luego pasarme un plato con frutas y otro con queso cortados en trozos pequeños.

-Lo que sea será bienvenido a nuestra familia, y lo cuidaremos bien.

Mis ojos se llenan de lágrimas nuevamente, suelto los platos y lo abrazo agradecida.

-Ahora a comer jovencita, que aún estoy enfadado por tu falta de alimentos.

Asiento y comienzo a comer en silencio.

***

-Tu hemograma salió dentro de nuestro parámetros normales, tu presión arterial está estable, solo tenemos que controla la anemia y todo estará bien.- Indica el doctor Robinson. -El viernes de está semana tienes una cita con una obstetra que me permito recomendar, es buena y ya a tratado con personas con tu misma condición.- Le da a mi padre una prescripción médica y él la toma con cuidado, escuchando todo atentamente.

-¿Cuándo me darán el alta? -Pregunto.

-Ya lo ordene, solo venía a explicarte esto y a decirte que te cuides, la vida que lleves de ahora en adelante no solo te afectará a ti, si no a tu bebé.

Mis ojos bajan a mi vientre y posó mis manos en el con cuidado.

-Lo haré bien. -murmuro para mí misma y para mi bebé en forma de promesa.

El doctor les da una última recomendación a mí padre sobre mi cuidado y despidiéndose de mi con un gesto de mano, desaparece tras la puerta.

-Es hora de ir a casa, jovencita.

ALEXANDER JAMES GRIMES

-¿Estas seguro de que esto va a funcionar, Marcos?- El agente del FBI asiente seguro y me muestra más carpetas.

-En eso es en lo que tú padre a estado trabajando todo este tiempo.- me muestra una imágenes de varios bares y mujeres desaparecidas. -La empresa que antes dirigía era solo una tapadera de su negocio ilícito.- Dice mirándome con recelo y estudiandos mis facciones con cuidado.

-Se que fue complicado aceptar mis llamados hasta hora, Álex.-comienza con familiaridad-Tu madre estaría...-Me levanto de la silla interrumpiendole y tomando mi maletín.

-No mencionemos esto.-Le digo con cansancio. -El que te haya permitido llevar mi caso no quita el que te siga detestando por cobarde. -Desvía la mirada y se pone de pie seguro, viéndose aún más rudo. Sus ojos azules me repasan una vez más y me entrega unos papeles.

-Esto es lo que le vas a llevar a tu padre.-Murmura y me indica lo que son. -Son muestras de las cosas ilícitas que hace, pero yo lo quiero apresar por joder a tu madre- Sus manos se vuelven puños.

-¿Por qué la dejaste con él?- pregunto sin poder conternerme más.

Sus ojos azules igual de idénticos a los míos me miran y arquea las cejas con sorpresa; ya que en primer lugar fui yo el quién no quería que lo mencionará de todas forma.

-Alex, con tu madre solo estuvimos enamorados, pero ella decidió a tu padre. -Mira sobre mi hombro aún punto fijo. -Cuando nos volvimos a encontrar sucedieron cosas y naciste tú, pero me enteré años más tarde después que murió.

-Asi que decidiste dejarme con David.-Digo más rudo de lo que pretendía.

-Yo no había terminado mi internado en el FBI, y yo no tenía idea de que sufrieras, pensé que estabas bien con él, siempre se les veía bien.-Se corrige y sonrió irónico.

Como lo detesto y él que le este pidiendo un favor me hace detestarme más a mi mismo, pero solo no podía dejarlo estar, era la única persona que me podía ayudar a mantener a David en una cárcel, alejado de la mujer que amaba y que me había jurado cuidar con mi vida.

Tuvo que pasar dieciséis años, para que el se enterará que tenía un hijo, y de igual forma no hizo nada por recuperarlo.

Gilipollas.

-Espero que ahora sí cumplas tu promesa y lo hagas pudrirse en prisión.-agrego ignorando todo lo que dijo, tomando los papeles y dejándole con la palabra en la boca.

Mi teléfono vibra a medidas que salgo de aquel lugar y el nombre del agente de seguridad que custodiaba a Lauren aparece en la pantalla.

-¿Pasó algo?- es lo primero que pregunto.

-Señor, James, el papá de la señorita se dio cuenta que la custodiaba y me a prohibido acercarme.-Reporta y golpeó el volante con los manos.

-¿Por qué?-Pregunto ansioso, es como si algo me estuviese subandome en los oídos. Algo estaba sucediendo, y lo presentía.

-No lo sé -contesta, -Le manda a decir que a partir de ahora él se hace cargo de la seguridad de su hija, que ya haz hecho suficiente.

Aprieto el volante con fuerza y freno en un semáforo.

-¿Para que coños te pago?-Pregunto cabreado.

-Y yo señor...

-¿Dónde está Lauren en estos momento? -Pregunto sin rodeo.

-Se desmayó por el mismo problema de su enfermedad y la han trasladado al hospital.

Siento mi corazón arrugarse una vez más.

-¿Por qué coño no empiezas por ahí? -me cabrea su ineficiencia.

-La señorita ya ha sido dada de alta, por eso lo omití.

Mi preocupación merma un poco.

-Hazle caso a su padre-ordeno, -El no dejará que le pasé nada malo.

-Entendido señor.- cuelgo.

Marco el número de Nick, poniendo el teléfono en altavoz en el coche.

-¿Sí?

-Busca la residencia de Margarita Villa y hazle llegar el sobre con los documentos que te deje está mañana.-ordeno.

-¿Qué piensas hacer, Alexander?-Pregunta.

-Lo que debí haber hecho desde el momento en el se atrevió a mirarla, joderle.

POSESIVO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora