Unos ojos verdes claro se conectaron con los míos.
Con razón Alexander no quería que lo conociese. El tío es guapo. Cuerpo bien definido, pelo rubio desordenado y un tanto sexy. Labios gruesos y carnosos ¡Todo un adonis!
Si hubiese sabido que los tíos en Inglaterra están tan buenos, hubiese venido hace mucho tiempo.
-Así que Steven...-Lo mire detenidamente y deseche la idea de hacer lo mismo que Alexander. Después de todo, no me tiene que enfadar que el se haya follado a su estúpida secretaria
-Soy Lauren Houston, mucho gusto.-Le extendí mi mano y el la acepto gustosamente.
-Eres nueva ¿Cierto?-Asentí.
-Lamento no presentarme a la entrevista que me ibas hacer.- Abrió los ojos sorprendido.
¿Y ahora qué?
-¿Tu eres la chica que odian las demás empleadas?-Ladeó la cabeza de forma confundida.
-¿Qué? ¡No! Bueno, ¿Por qué me odian?-Pregunto fingiendo desánimo. Se ríe sonoramente.
-Mírate. Eres la única que no utiliza ese estúpido uniforme- Me guía hacia el ascensor, y no adentramos a este.
-Con razón la cara de desprecio de las empleadas de la planta-Me río.
-Si bueno, ¿A dónde te dirigidas?-Me golpeo mentalmente. Ni si quiera yo sabia hacia donde me dirigía.
-La verdad estoy haciendo tiempo para esperar que mi Jefe...-Me cabreo de solo acordar la forma en la que lo encontré en la oficina-Termine con un trabajo.-Desvió la mirada.
¿Por qué me afecta?
-Bueno, yo iba a tomar un café ¿Quieres venir?-Lo pienso unos instante, pero termino asintiendo.
Salimos del ascensor y nos adentramos en una especie de sala en forma de cafetería, donde hay grupos de empleado charlando y riendo en voz alta. Es agradable el lugar.
-¿Cómo lo quieres?-Pregunta nada mas llegar al mostrador.
-Americano-Asiente.
-Yo quiero uno de vainilla.
Saco el dinero para pagar mi pedido, pero el se adelanta a pagarlo. Ruedo los ojos y lo guardo.
No entregan nuestros cafés y nos sentamos en una mesa.
-¿De dónde eres?- Bebo un sorbo de café y lo pongo en la mesa.
-De Madrid.- Sonríe de lado.
-Buena ciudad, es muy bonita.- Asiento recordando las veces que mi madre y yo la recorríamos.
-Si. A mi madre y a mi nos gustaba recorrerla la gran parte del tiempo-Sonrío.
-¿Y dónde está tu madre? ¿La dejaste para venir recorrer Londres?-Bromea, pero mi sonrisa se borra de inmediato.
-Ella murió-Susurro.
Su cara se muestra arrepentida y aprieto los puños. No me gusta dar lastima.-Lo siento..-¡Hostia!
-No importa.-Hago un ademán con mi mano ¡Claro que importa!
Me paro de la silla con intensión de irme, pero su mano agarran mi brazo sin ejercer mucha fuerza.
La puerta de la cafetería se abre con brusquedad y todos en el lugar hacen silencio.
Dirijo mi vista hacia está y sonrió con falsedad.
¡Lo que me faltaba! ¿Es en serio? ¿Dónde esta la cámara?
Alexander entra a la cafetería y dirige la vista al lugar donde me encuentro, aprieta los puños al ver la mano de Steven agarrando mi brazo.
Ruedo los ojos mentalmente. Y se dirige a donde me encuentro a grande zancadas, con la mirada de todos, inclusive la de Steven y la mía puesta en él
- Coleman... - Su tono de voz grave se hace presente. Nada mas llegar al lugar donde estamos.
Steven se pone de pie, traga grueso y me suelta de su agarre.
- Señor, Grimes... - Alexander da un asentimiento en su dirección, y su ojos azules se encuentran con los míos.
Sonrío sin mostrar los dientes y él se termina de cabrear.
- ¿Quiero saber qué hacéis en hora de trabajo en la cafetería?- Pero ¿Será Gilipollas?
El quiere jugar, pues juguemos.
- Claro... Aquí mi compañero de trabajo y yo estamos teniendo una cita - Su mandíbula se aprieta y Steven quiere esconder una sonrisa -¿Quieres saber porqué yo no estaba trabajando?-Suelto de forma sarcástica.
Mira a la dirección donde todos no están observando y habla en voz alta. -¿Que coños hacen aquí? ¡Os pago para trabajar!
Toda la sala se dispersa quedando Steven, Alexander y yo.
Sus ojos se encuentran con Steven y le da una mirada dura. Steven dirige su vista la mía y murmura un suave
-¿Vienes?Asiento, y me muevo, pero Alexander agarra mi antebrazo.
- Salga de aquí. - Ordena y Steven se aleja después de mandarme una mirada apenada.
- ¿Me queréis soltar? -Suelto de golpe.
- ¿Por qué estabas aquí con él?- Abro los ojos crédula y sonrío con mofa.
- ¿En serio? Yo bebiendo un café y me interrumpes con baboseadas- Ruedo los ojos y me siento en la silla a seguir bebiendo mi café.
Su ceño se relaja y sonríe de medio lado.
Se sienta en la silla que esta a la par mía y me observa detenidamente, mientras me ve ingerir mi café.
- ¿Quieres dejar de observarme?-Pregunto si despegar la vista de mi café.
- Lamento la forma en me encontraste esta mañana - Habla por fin- Ella...- Intenta dar una explicación, pero lo corto.
- No me importa.- Hablo con voz neutra- No me tenéis que dar explicaciones-Mis ojos por fin se encuentran con los suyos - Solo es mi jefe, lo único que le pido es que no hagáis eso en la oficina- Cuando termino de hablar, su mandíbula esta tan apretada que temo que se parta en dos.
Da un asentimiento de cabeza y se para de la silla y me mira con la cara de jefe dominante que tiene.
- La quiero en mi oficina en 10 minutos... - Me mira fijamente- Si llega a tardar estará buscando otro puesto de trabajo, pero fuera de mi empresa.
Y así sin mas sale de la cafetería dejándome completamente muda.
¿Y ahora qué hice?