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LAUREN HOUSTON WEST

Estaba asustada, eso lo sabia perfectamente, no sabia que hacer al respecto con todo lo que estaba sintiendo últimamente. Estaba experimentado cosas nuevas, y me encantaba, malditamente lo hacía.

Estaba tan ilusionada con él, me es casi imposible esconderlo, joder, sentía tanto miedo de aquello; porque todo es perfecto, ahora... ¿Pero quién me asegura que él no se ira como todos y me dejaría? Exacto, Nadie... Le estaba entregando todo a Alexander, aunque el parezca no notarlo, él había estado mas cerca de mi estas dos últimas semana, que nadie. Todo iba excelentemente bien, tanto que me comenzaba acostumbrar aquello.

Hacíamos todo lo que cualquier pareja hace, no tomábamos de las manos, nos besábamos en cualquier lugar-Hasta en su empresa- Y cabe decir que las empleadas me odiaban mas de la cuenta.-Excepto Victoria- En fin. Ningún hombre en la empresa me miraba mas de lo estrictamente necesario "Porque era la novia del jefe" Los guardias de seguridad ya no me respondían a mi saludo de sonrisa, solo hacían un estúpido asentimiento en mi dirección y luego volteaban el rostro hacia otro lado. Un día Alex y yo habíamos estado en mi casa viendo una película y le había preguntado.

- ¿Por qué ningún hombre en la empresa me mira? Esta bien, lo comprendo por las mujeres, pero ellos... ¿Qué hay de mal en mi? - Este me había mirado fijamente y sonreído de lado, para luego responder con una sonrisa burlona.

- Ellos saben cuales son los límites.
-Se había encogido de hombros y luego me había abrazado mas fuerte.

La siguiente noche fueron normales, discutíamos y nos arreglábamos como cualquier pareja, y ahí estaba lo malo. No somos parejas, nos tratamos y no celábamos como tal, pero al fin y al cabo no lo eramos.

Mil pregunta rondaba por mi cabeza y no sabia cual de todas hacerle, yo era nueva en esto y no tenía una idea de como funcionaba.

Mis pensamientos y mis cavilaciones se ven interrumpido por un chasquido de dedos en mis ojos.

- ¿En qué piensas? - Miro a Alexander detenidamente y al lugar al cual me trajo. Era raro que saliéramos, nunca lo hacíamos ¿Por qué hoy sí?

- En nada.- Me encojo de hombros y llevo la copa de vino a mis labios para darle un sorbo. Me paso la lengua por mis labios quitando cualquier residuo de vino y chasqueo la lengua -¿Qué quieres decirme? - Decido no dale mas vuelta al asunto y preguntar. Me mira sorprendido y yo volteo los ojos. -Se que quieres decirme algo importante - Señalo lo obvio- Sino no estaríamos aquí y tampoco estarías tan nervioso como lo esta, así que suéltalo.

Sonríe de medio lado y rasca su nuca nervioso.

-Antes de comenzar a hablar, prométeme que no te vas alterar.-Ladeo la cabeza confundida y el sigue hablando, ignorando mi gesto.-Lo estuve pensando y creo que es lo mejor, se que vas a decir que estoy loco y que tengo que pensar las cosa, pero es mejor no darle mas vuelta al asunto....-Iba a seguir hablando, pero interrumpo su vomito verbal.

- Solo dilo, Alexander. - Lo corto, traga saliva nervioso y fija sus azules ojos en mi, llegando a incomodarme un poco.

- Cásate conmigo - Un jadeo involuntario sale de mi boca, al tiempo que un disparo rompe el cristal del restaurante en que nos encontramos.

-¡TODOS AL SUELO! ¡EL PRIMERO QUE LEVANTE EL ROSTRO ME LO CARGO!

Alexander se tira encima de mi, protegiéndome con su cuerpo, al tiempo que mas disparos y gritos de personas se escuchan.

- Maldición...- Alex murmura muy bajito, pero lo logro escuchar. Saca tu teléfono de unos de sus bolsillos y lo lleva a la oreja, mientras intenta comunicarse con lo que supongo es su seguridad.

Pisadas fuertes se escuchan cada vez mas cerca y un mal presentimiento se instala en mi pecho. Alexander me aprieta más a su cuerpo y yo tiemblo de los nervios. Por un momento los disparos cesan y me permito ver alrededor, un grupo de hombre nos están apuntando y yo muerdo mi labio inferior con tanta fuerza que siento el sabor metálico de mi sangre camuflase con mi saliva.

- Alex.- Tiemblo totalmente en shock, él se despega de mi un momento y ve la dirección donde se encuentran mis ojos.

- Maldita sea.

Alexander se pone de pie, con la mirada de todos puesta en él y yo hago lo mismo con la diferencia que Alex me esconde detrás suyo.

- Dame a la chica.- Demanda unos de los hombre con voz raposa y Alexander me oculta mas con su cuerpo y yo solo respiro agitada.

- No - se niega y me cubre con su cuerpo quitando cualquier vista de mi- ¿Quienes son?-Pregunta alterado, y luego comienza apretar los puños -Oh, claro... él los mando- Susurra para si mismo, pero como quiera todos logramos escucharlo.

-¡MALDITOS HIJO DE PUTA! - Me sobresalto por su grito.

- Dame a la chica. - Vuelven a exiger, y Alexander aprieta mas sus puños. - Sino queréis ver como te meto una bala en la cabeza, no seáis estúpidos- Mis ojos se abren con impresión y salgo detrás de Alexander, para poder ver los rostro de esos delicuentes.

Todos los ojos se posan inmediatamente en mi y Alex agarra mi mano con fuerza. Miro al hombre más cerca de nosotros y deduzco que fue él que hablo.

Es alto y con músculos muy excesivo, de unos ojos cafés oscuro, tiene el pelo todo rapado y una cicatriz que cubre casi todo un lado de la cara. Siento miedo de solo, pero logro disfrazarlo con una mirada casi indiferente.

- ¿Por qué yo? - Es lo único que pregunto, lo único que mis labios habían soltado.

El mira hacia los lados y le da un asentimiento de cabeza a unos de sus chicos y este viene hacia mi y me intenta coger, pero soy mas rápida, agarro su brazo y lo tuerzo poniendo lo de espalda.

-Ni lo intentes...-Murmuro en su oído y lo suelto, dejando a todos sorprendido, incluyéndome.

Miro al mismo hombre y este se encoge de hombros furioso y musita entre dientes. - Estoy perdiendo la paciencia, vais a venir conmigo, sino quieres ver como una bala atraviesa el cráneo de tu noveciento. - Niego repetidas veces, y el mismo hombre de hace rato me vuelve a tocar, pero esta vez no soy yo que lo detengo. Alexander le da un puñetazo en la sien haciéndolo caer inconsciente a mis pies.

- ¡Y UNA MIERDA! ¡COMO LE PONGÁIS UNA MANO ENCIMA CABRONES LOS MATO! -Unos de los hombre intenta agarrar a Alexander y comienza a pelearse, miro la escena totalmente aterroriza y uno de ellos le apunta en la pierna a Alex y este suelta un chillido que hace que me tire ayudarle, pero una mano agarra mi pelo con brusquedad y comienzo a patalear. Un arma se posa en mi sien y me detengo.

- Alexander, detente.- El inmediatamente me ve, sus ojos azules se cristalizan y su mirada muestra terror absoluto.

El hombre intensifica mas su mano en mi pelo, siento como algunas hembras de mis cabellos se desprendan haciendo que suelte un chillido agudo.

Todos estos apuntan hacia mi y Alexander intenta pararse, recibiendo una patada en la cabeza que lo deja totalmente inconsciente.

Intento apartarme, pero unos de los hombres apunta la cabeza de Alex y me detengo.

- Como deis un paso en falso, lo mato. -Sentencia. Asiento con lagrimas en los ojos y después soy arrastra por esos hombres.

Alejándome de lo único bueno que quedaba en mi vida.

De lo único que no me arrepentía.
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POSESIVO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora