ALEXANDER JAMES GRIMES
Miro él rostro de Lauren que descansa en mi pecho y una sonrisa idiota adorna mis labios.
La extrañaba maldita sea, ¿Cómo si quiera fui tan estúpido de dejarla ir? ¡Maldita sea! Era mía. Nadie se puede atrever a separarla de mi, ella no podía ver por otros ojos que no fueran por los míos, y así pretendía que sucediera por el resto de mi vida.
Rodee su cintura con mis manos de manera posesiva, cerré los ojos, y con eso ultimo pensamiento caí en un profundo sueño.
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La luz que se filtraba por la ventana de mi habitación iluminaba la estancia haciendo que pestañará rítmicamente para acostumbrarme a la luz.
Quise rodear la cintura de Lauren, pero al ver él espacio en blanco en donde se suponía que ella estuviese acostada, me extrañó. Me levanté de la cama inmediatamente y fui al baño a ver si se encontraba allí.
Toque varias veces, por si se encontraba desnuda, pero al no recibir respuesta lo abrí.
Vacío.
¡Malditamente estaba vacío!
Mi respiración comenzó a volverse irregular y gruñendo como un perro rabioso, salí de la habitación exclamando a gran voz su nombre.
-¡LAUREN! ¡LAUREN!-Nada. Un absoluto silencio era lo único que percibía y por un momento me extraño. Mi casa siempre estaba rodeada de gente y realmente era preocupante no escuchar sonido. ¿Y si algo le había pasado? ¿Y si mi padre se la había vuelto a llevar?
-¡Maldición!- exclame ahora sí asustado; mis pensamientos fueron interrumpido sólo al bajar los escalones y encontrar la sala llena de personas
«¡Sorpresa!»
Mi cara de asombro era única, y estaba seguro que parecía un estúpido frente a todos.
Lauren se encontraba ahí. Rodeada de mi gente de seguridad y mi nana... Con un cartel que decía. «Feliz cumpleaños Alexander»
-Pero, ¿Cómo?- pregunto desconcertado.
-Eh...- Lauren es la primera en abrirse paso entre la gente y salir vestida con mi camiseta nada más. Gruní y camine a su dirección a grande Zancadas.
"Ella realmente quiere acabar conmigo"
-¿Qué coños?- La rodeo con mis brazos y la oculto detrás de mi -¿Por qué coños estas casi desnudas?- Exigí con urgencia, importadome o no que alguien me escuchará. Ella suelta una risita y me da un beso en la mejilla.
-Feliz cumpleaños, Alex...-Murmura en mi oído.
Él enojo casi se me olvida, si no fuese por los imbéciles que en ese preciso momento se encontraban viéndole las pierna. Piernas que solo yo puedo ver y toca. Me obligo a mi mismo a calmarme y contestar de forma pasiva.
-Gracias, bebé.-Las palabras abandonan mi boca sin yo mismo procesarla y él sonido de sorpresa que sueltan todos, me hace dar cuenta que lo dije con voz muy alta.