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ALEXANDER JAMES GRIMES

Me acerco al minibar de la oficina y tomo la botella de whisky; me la empico y dejo que el sabor queme mi garganta, miro el reloj que cuelga en la pared continua y resopló cuando veo que ya es media noche. Tomo el iPhone que reposa en el escritorio y miro la pantalla como un baboso.

Mi mano sujeta con fuerza la botella y me la empico nuevamente, no soportaba esto, cuanto detestaba a la basura de David. Odiaba cada segundo que pasaba lejos de ella, y es que se había convertido en mi eje, no soportaba la idea de saberla lejos y odiándome.

Mis manos por impulso propio entraron a la opción de llamada del iPhone y deje que mis dedos se deslizaran en su foto llamándole.

El timbre de la llamada comenzó a sonar, y yo me tambalee frente al escritorio, antes de caer sentado en el piso frente a este.

Uno, dos, tres timbrazo, y cuando pensé que no la iba a tomar su voz inundó el auricular.

-¿Bueno?- su voz se escuchaba ronca, seguro por el sueño, y de alguna manera sirvió el que ella no tenga este número de teléfono registrado. -¿Es alguna broma?- resopla.

Podía escuchar su respiración errática en el auricular. Tire varias bocanadas de aires antes de atreverme hablar.

-¿Cómo estás?- fue lo único que salió, fue lo único que mi boca me permitió decir. Lo que le sigue después es un silencio absoluto y tuve que despegar mi móvil de la oreja a ver si había cortado la llamada.

-Lauren...-pronuncio con un deje urgencia en mi voz.

-¿Qué es lo que quieres?- reclamó. ¿Qué era lo que quería? Quería tantas cosas, maldita sea y ella era con quién las quería todas.

-¿Cómo estás?-volví a preguntar -Me enteré que estuviste en el hospital...¿Estás bien?- necesitaba que ella me hablase, pero ella no lo estaba haciendo y eso de alguna forma me mataba por dentro.

-¿Qué mierda te importa?-me reí y me imaginé parándose de la cama y arrugando las cejas con enojo. -¿Acaso no te basto con todo lo que me dijiste?-reclama.

-Yo...-murmuro, queriendo mandar todo a la mierda de una vez y contarle lo que me estaba pasando, que la necesitaba, que lo hacía por temor a perderla y que yo malditamente la amaba.

-Tu nada.-espeta furiosa, -No tienes ningún derecho de llamarme,- musita -Me mentiste, me engañaste y yo como una boba me la creí-ríe con amargura -¿Pero sabes qué?-Pregunta y me quedo en silencio esperando a que hable.

-Te voy a olvidar, voy amar a alguien que si vale la pena que ame con todas mis fuerza.- respondé triste.- Dejaras de ser mi eje.-Declara, y veo rojo de la rabia. -Y cuando eso pase, dejaras de importarme.- Escucho el sonido de la llamada siendo colgada y rompo la botella de whisky en la pared.

Me levanto del suelo y estrello el móvil también, respiro rabioso y salgo de la oficina dando un portazo.

Bajo las escaleras de la mansión y tambaleando intento llegar a la entrada. La llegada de Nick asustada me frena y solo doy para rodearlo y continuar caminando.

-¿Qué mierdas piensas hacer?- me toma del brazo y lo empujó rabioso.

-No me toques.- indico -No te necesito aquí, así que lárgate.- ordeno y continuó caminando.

-¿Vas a ir a donde Lauren?- sigue preguntando y lo ignoro. -Estas borracho maldita sea, Alexander. -reclama. -Vas a echar a perder todo lo que hemos logrado hasta hora.

Me volteo a enfrentarlo y tomo la solapas de su chaqueta y lo acerco a mi enfadado.

-¿Y qué pasa?- cuestionó -¿Para qué mierda me va a servir meter a David a la cárcel si la mujer que amo esta dispuesta a olvidarme?-espeto.

Sus ojos me miran con lástima y lo suelto de forma brusca logrando que se vaya de bruces al suelo. Se levanta furioso y se acerca a mi.

-¿Y crees que tú reclamos borracho a medianoche le va a importar?-dice con burla. -No seas ridículo, y piensa un poco. -mi puño impacta en su rostro, una, dos y tres veces, pero en el momento que veo que no me de vuelve ningún golpe lo suelto y veo su rostro lleno de sangre.

Suelto un grito enfadado mirando al cielo y lo siento pararse a mi lado, «Maldita sea» lo estaba jodiendo todo, ella no podía olvidarme ¿Qué mierda quería olvidar? ¿Su amor por mi? Yo iba arreglar todo esto, y ella tenia que perdonarme.

Me devuelvo a casa dándole la razón silenciosamente a Nick. Ir en ese estado a su casa lo único que hará es que me odie más.

***

-¿Ya viste?-Nick interrumpe en mi oficina con el labio reventado, e ignoro la mirada cargada de resentimiento que me lanza, no estoy para sus mierdas en estos momentos.

-¿Qué quiere?-como dije, no estoy de humor para unos de sus reclamos.

Rueda los ojos y se deja caer en la silla frente a mi escritorio.

-La señora Villa a sido a restada por el FBI esta mañana.-Levanto la mirada del computador y me encuentro con una sonrisa de lado por su parte. Me paso la mano por el pelo y me recuesto en el espalda de la silla.

-¿Y David?-pregunto- ¿También cayó él?-Su sonrisa se borra y mi mal humor vuelve multiplicado por mil.

-¿Qué esperabas, Alex?-dice con calma. -Ahora es que se estan desmoronando sus trabajos ilícito, pero aun no tenemos pruebas suficiente como para dejarlo encerrado de por vida.

Asiento.

-De todos modos,-continua hablando- ¿Cómo conseguiste las pruebas contra Margarita Villa?-Pienso en Marcos y que por primera vez está cumpliendo con algo en su patética vida.

Margarita Villa era unas de las señora que frecuentaba la casa cuando mamá aun vivía y ella era una fiel amiga de David, y me atrevería decir que amante también. Era una proxeneta de primera y era la encargada de secuestrar a menores de edad y envolverla en el mundo de la prostitución.

Cuando supe de primera mano que iba hacer apresada por aquellos delitos, me alegre pensando que David se iría con ella, pero no fue así. Aquel maldito era aun mas escoria de lo que creía, pero me sentare a esperar que todo se desmorone a su alrededor.

-Marcos la investigo.-Le contesto de igual forma, y el levanta las cejas con sorpresa.

-¿Aceptaste ayuda de tu padre?-Mis manos se vuelven puño encima del escritorio y el levanta las manos en son de paz.

Dos toques en la puerta nos interrumpe y Gabrielle entra con el periódico en manos y dos tazas de café en otra. Nick se levanta ayudarle, e ignoro los intentos de coqueteos que Nick trae con mi secretaria, y ni determino cuando deja todo en mi escritorio. Nick toma el periódico antes de que pueda tomarlo y lo miro mal, pero su cara de sorpresa e incredulidad que pone mientras lee despierta mi curiosidad.

-¿Qué pasa?-Levanta la vista del periódico y niega con la cabeza.

-Nada.-Extiendo mi mano, para que me lo entregue y solo lo cierra, mientras lo apoya en unas de sus rodillas.

-¿Desde cuando lees el periódico?-me pregunta.

-¿Qué te importa?-digo, -Ahora dámelo.

Desvía la mirada de mi y mi secretaria es la que se atreve a acercarse, quitárselo y pasármelo con una sonrisa de suficiencia en su rostro. Entrecierro los ojos en su dirección y tomo el periódico.

Observo en primera plana la noticia de Margarita Villa, no me sorprende.

Bajo al siguiente titular y lo siguiente que leo me deja con un mal sabor de boca y dos cosas se repiten en mi cabeza. «Lo voy a matar» «Nadie toca lo mío»

Las palabras dichas por ella anoche se repiten en mi cabeza «Amare a alguien mas» «Te voy a olvidar» y una mierda es lo que va hacer, porque en el momento que encuentre a Alessandro Iabarrazzi le va a pesar haberse metido con lo mío.

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Capítulo dedicando a @focaccina2302
Y a @RaquelcChavez Agradezco sus comentarios chicas.

¡Nos leeremos pronto!

POSESIVO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora