ALEXANDER JAMES GRIMES
Perturbado, triste y enfadado son sinónimos que cruzan por mi mente en este preciso momento, ¡Mierda! ¿Quien mierda se cree el maldito de David para si quiera amenazar a lo que mas me importa? Mis puños golpean la pared de mi oficina y la rabia que destila de mi este momento me hace ignorar el dolor que siento, cuando golpeo una y otra vez el concreto.
Mi corazón latía desembocado de mi pecho y siento como mi respiración cada vez se hace mas pesada a medidas que el tiempo transcurría.
La puerta de mi oficina es abierta de un estruendo e ignoro las persona que entran a ella...
-Mami...- El niño corría llorando alarmado, mientras veía a su madre llorando del dolor que su padre había provocado al pegarle de esa manera.
Su madre le abrazo con fuerza e hizo una mueca de dolor, el niño intento separarse de ella al ver que le causaba dolor, pero su madre se lo impidió.
-Todo esta bien, mi amor...- Consolaba ella mientras lo mecía en sus brazos, y es que el niño no entendía por qué papá siempre golpeaba así a mamá.
-¿Por qué papá te ha apegado?- Pregunto el niño mientras trataba de calmarse.
-Me he portado mal, pero aprendí la lección. - repetía ella como siempre.
Unos brazos impiden que siga golpeando la pared y cuando volteo a mirar, seis personas están mirándome consternada y solo una... solo una, me mira con una infinita tristeza, y mierda... ¿Quién la trajo hasta aquí? De sus ojos no dejan de brotar lagrimas y mi pecho se estruja una vez mas.
Sus ojos se dirigen a mis manos y jadea cuando ve mi nudillos. Sus labios se entreabren para decir algo, pero es interrumpida por mi voz.
-No.- Es lo único que murmuro y asiente. -Ya me puedes soltar, Nick.- Los brazos de mi mejor amigo y también mi agente de seguridad me sueltan a paso lento. -Quiero que salgan todos...-Murmuro, siendo cociente que lastimo a Lauren cuando digo todos.
Mis ojos solo están fijos en ella, en esa morena que no podre seguir viendo.
-Mi amor...- Susurra con voz ahogada y respiro profundo, para no mandar todo a la mierda en este momento y besarle.
-Ahora no, Lauren...-Dirijo mi vista a otro punto en la oficina y me encuentro con los ojos de mi secretaria.
-Retira a toda esta gente...- Sus labios se abren con incredulidad y cuando la miro mas severo no rechista y comienza a sacar a uno por uno de mi oficina, le hace una seña a Lauren con la cabeza indicándole que salga, pero mi morena niega con la cabeza y me mira severo.
-¿Qué es lo que pasa?- Pregunta con un hilo de voz.
-Lauren...
-No.- Escucho el sonido de la puerta al cerrarse y me doy cuenta que Gabrielle se ha ido y a decido dejarnos a solas.
-¿Qué pasa, Alex?- Me mira dolida y se acerca un paso a mi, pero retrocedo. Sus ojos se nublan una vez mas y su rostro se contrista de dolor.
Sentía una infinidad de palabras que amenazaban con gritar y dejar salir sin ninguna medida y yo solo estaba ahí, esperando que el dolor pasara.
-¿Por qué lo haces?-Comienza acercarse una vez mas y cuando intento retroceder me lo impide caminando mas rápido y acercando mi rostro con sus manos. -¡NO!- Se altera. -¿Por qué lo haces?
-Ya no podemos seguir...
-¿Qué coños pasa? ¿Por qué estás actuando de ese modo?
La amo tanto, si hago lo que estoy a un paso de hacer, ella no me lo perdonará jamás. Lo sé; porque yo tampoco lo haría.
Desvió el rostro y retrocedo de su agarre. Por lo menos tuve la valentía de entregarle las acciones de la empresa de su familia a su padre antes de que todo esto se vaya a la mierda. Aquel señor de pelo negro y ojos idénticos a los de ella; entendió lo que iba hacer y me apoyo para que nada le sucediera.
Mire nuevamente el rostro de la mujer que iba dejar y me fue inevitable no comenzar a dañar con mis palabras.
-Tenemos que dejar lo que tenemos.- Digo sin titubear.
Su rostro se ladea con confusión y sonríe sin entender.
-¿De qué hablas?- Da un paso a mí y yo retrocedo por inercia.
-No puedo seguir contigo...- echa su rostro atrás pareciendo como si la hubiese golpeado.
-Si es por lo de esta mañana Alex, te juro que lo siento muchísimo, no sé que me paso, para decir aquello...-Niego y ella continúa hablando -Podemos arreglarlo, tú me amas, yo también te amo.
-Nada de esto que estoy diciendo tiene que ver contigo.
Es por mí, y la maldita mierda que cargo sobre mis hombros.
-¿Entonces?
-Yo no te amo...- Me oigo decir, y ella se ríe como si fuera un chiste.
-Deja de hablar mierda y dime que mierda pasa- Exige y comienza acercarse a mí de forma peligrosa.
-Ya te dije que no te am...-Una esfera de cristal es tira contra la pared y miró a Lauren impresionado.
-¡TE ESCUCHE LA PRIMERA VEZ! ¡Y SE QUE ESTAS MINTIENDO, MALDITA SEA!- Grita.
-Me canse de estar contigo, es todo. -Afirmo.
-Mentira...
-No lo es, ya te lo dije, me aburriste...
-¿Te aburrí? -Sus ojos se llenan de agua -Me estas mintiendo, tu boca dice algo, pero tus ojos me lo niegan, ¿Es tu padre? Dale amor, cuenta...
-¡QUE NO MALDITA SEA! ¡EL JODIDO PROBLEMA ES QUE ESTOY CANSADO DE TI!
Una lágrima sale de unos de sus ojos y ella voltea el rostro endureciendo la mandíbula.
-Creí que te amaba, lo acepto...-Me acerco a ella y toco su barbilla haciendo que esos ojos negros choquen con los míos. -Solo falto un buen polvo de otra para dejar mi estupidez por ti.
-¿Otra?-Musita en un hilo de voz.
-Si, otra...- Susurro y se aparta de mí de inmediato, mirándome como si fuera la peor de las escorias, y es que lo soy, -No puedo estar con una niña que no se sabe cómo ser una adulta, y ni siquiera puede poner límites y prioridades en su vida.- Sigo dañándola -Tendrías que haberte visto ¿Pensaste que era suficiente para mi? No seas ridícula, ni siquiera fuiste un buen polv...-Su palma impacta con mi mejilla con una sola bofetada haciéndome voltear.
-Felicidades.-Dice con voz rota y con su rostro lleno de lágrimas -No eres diferente de los demás.
Voltea y comienza a caminar hacia la salida, pero se detiene en seco y susurra con voz queda.
-Espero que esto no sea un error, porque me has perdido, y no te lo perdonaré jamás.
Reanuda el paso y sale de mi oficina dando un portazo.
Jodida mierda.
Mi garganta se cierra y los ojos se me nublan. Acabo de dejar ir a lo que más amo en este mundo.