"Los pensamientos nunca son honestos, las emociones sí." -Albert Camus.
LAUREN HOUSTON WEST
Mis ojos se cierran por el placer que estaba sintiendo, no dejaba de sentirlo, de quererlo, de amarlo. Era lo incorrecto para todo, pero lo justo y necesario para mi.
¿Qué me había olvidado? ¿Qué no me amaba? Fui una imbécil por llegar a creerle eso. El me amaba, de eso no tenia duda. Solo bastaba verlo en estos instante, para no dudar de absolutamente nada de lo me hacia sentir.
Sus ojos no dejan de ver los míos con intensidad, me besa la boca, la barbilla y nuestros ojos vuelven a encontrarse.
-¿Que pasa, bebé?-Su jodido bebé me pone la cabeza un lio y mis ojos se llenan de lagrimas.
Le abrazo ocultando mis ojos en su cuello, suspiro de placer y sus movimientos se vuelven mas lentos haciendo que detenga mi respiración un momento. Jadea en mi oído de forma perversa y me despega de su cuello, para tomarme por el mío y hacer que lo mire.
-¿Qué?-Se muerde el labio y sigue empujando en mi, sin hacérsele dificultoso por estar encima de su escritorio. -¿Qué quieres que haga?- baja a mis tetas y las chupa y marca con todo el descaro que posee. Sus ojos por un momento miran mi vientre con inquietud y pone su mano en el sin dejar de observarlo.
-Mi hijo.-dice con posesividad. -Yo te preñe con esto...-Sus empellones se descontrola haciéndose violentos. -Mira como te la echo toda, bebé...-El morbo es tanto que me atrevo a mirar como su pene me llena toda, y el placer que genera verlo es tanto que termino viniendo con él.
Solo segundos es lo que necesita para recomponerse y salirse de encima mío bajando del escritorio. Me levanto de igual forma e intento bajar también, pero su mano en mi hombro me frena.
Lo miro con duda y él solo me observa en silencio.
Abre y cierra la boca intentando hablar, pero en el ultimo momento da un paso atrás y se retrata.
-¿Vas a decir algo?-Reclamo.
Silencio.
-¿Qué mierda pasa, Alex?-Empiezo. -¿Por qué no me lo puedes contar?-Digo enfadada -No te creo una mierda de que me olvidaste y que ya no me amas.
-...Es lo mejor.-Logra decir.
¿Lo mejor? ¿Lo mejor para quién? Detestaba esa faceta suya de querer apartarme siempre del peligro, estaba harta de todo y sobre todo de su maldita cobardía ¿Qué mierda era lo que pretendía hacer? No lo entendía y estaba cansada de fingir que así era.
-Está bien.- digo, me bajo del escritorio queriendo ignorar mi desnudez. Busco mis cosas en silencio, las visualizo y me la termino poniendo en un completo silencio. El me imita y cuando estamos los dos listos comienzo a caminar hacia la puerta.
-Lauren...-me llama antes de que logre cursar el umbral de está y me quedo quieta en espera de lo que dirá. -No te engañe.-dice y me hace voltear, -Solo estaba tratando de alejarte.-Empieza,-David estaba amenazándome contigo y la mejor forma de evitar que te hiera daño era esta...
Se acerca hacia mi, y me quedo quieta procesando todo lo que ha dicho. Su padre, toda esta mierda era por el maldito anciano que no dejaba de jodernos. Lo reparo en silencio y la cara afligida que pone hace que me ardan los ojos, detestando las circunstancia en la que nos encontramos.
-¿Y qué planeas?-digo en un susurro, sus manos sujetan mis rostro acercando sus labios a los míos, pero su intento queda a medias cuando suelto lo siguiente -Dejar a mi hijo sin su padre,- me muerdo el labio inferior y el arruga las cejas y me mira con las misma expresión que me mostró está mañana en el hospital.
-¿Quien dice que mi hijo va hacer un bastardo?-Presiona sus labios en los mío en un beso corto y...
-...Sigue actuando como hasta hora,- dice. -Te prometo que lo voy a solucionar.
***
-¡Ya llegué!- Exclamo en la sala de estar de la mansión, mientras Ty y Martin dejan mis cosas en uno de los mueble.
Papá es el primero en salir a recibirme con un de tazón de frutas en la mano, lo miro confundida y el se acerca reparando mi rostro en silencio.
-¿Cómo te fue en la empresa?-me rodea con sus brazos y me acerca un pedazo de piña a la boca cuando estamos sentados en uno de los sillones.
-Bien,-digo y mastico la fruta.
-¿Paso algo que deba saber?-insiste y miro a Martin y a Tyler que desvían el rostro cuando los miro de forma acusatoria.
-Alexander se entero que vamos hacer padres.-informo, un sonido ahogado se escucha y todo volteamos a mirar a Andrea de forma confundida.
-¿Cómo que se enteró?-se lleva las manos al pecho.-Dios mío, te vas a ir y nos vas a dejar...-comienza a murmurar palabras en español y solo doy para mirar a papá consternada.
-No me voy a ir a ningún lado por ahora, Andrea. -digo para calmarla.
Su pelo casi blanquecino lo lleva sujeto en una coleta y se recoger un mechón que le cae la frente, parando de murmurar.
-¿Ya cenó?-pregunta y niego. -Bien, le voy a preparar pollo frito y papas con mucho kétchup.
Me río cuando papá la observa como sino tuviese remedio y me relajo en el sillón, consiguiendo la paz que estaba buscando hace días.