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LAUREN HOUSTON WEST

Mire cansada a papá.

¿En serio tiene que pensar tan mal de él? ¿Por qué no puede entenderme?

-¿Ya terminaste?- Le pregunto en tono jocoso.

Este frunce él ceño y asiente.

-Bien- Asiento -No vas hacer que cambie de opinión respecto a Alex, y no quiero pelear contigo ¿Vale? Entiendo que este preocupado por mi, pero estoy bien.

Suspira pesadamente.

-Esta bien. Pero si te lastima, juro por Dios que lo mato.

Le muestro todos los dientes en una sonrisa y rodeo su cuello con mis brazo, dejando un beso en su mejilla.

-¡Gracias, papá! -Me separo de él y comienzo a subir las escaleras. -Por cierto,- Me paro en seco -voy a salí con él hoy.

No espero respuesta y subo de dos en dos la escaleras cerrando la puerta con seguro nada más entrar a mi habitación.

Me tiro de frente a la cama y ahogo un grito ¡¿Que voy a ponerme?! Se me olvidaba que soy un desastre con eso de elegir ropa.

Me levanto y abro las puerta de mi closet, ¿Dónde se le ocurrirá a Alex llevarme? Pienso mientras paso los dedos por los vestido de mi closet. Es Alexander, seguro me llevara algún sitio caro.

Agarro uno de los vestidos que había comprado la semana pasada, cuando no encontraba nada para ponerme para aquella fiesta donde lo volví a encontrar.

¿Quién iba a pensar que terminaría de aquel modo?

Me causa rabia la forma en la que los periodistas no había puesto en primera plana y con suficiente título.
*James y sus dos conquista*

Aún me estoy preguntando que coño hablaba con el papá de mamá, y quién carajos se creía el para tocar a esa chica. Un gemido frustrado salió de lo más profundo de mi garganta y me convencí de olvidar aquello, al menos por hoy.

Miro el vestido azul oscuro que reposa en mi cama y asiento con aprobación, es lo mas sexy y elegante que encontré. Tenía un escote profundo en la abertura de adelante, ceñido al cuerpo, y con un corte perfecto.

Decido ponerme el vestido por lo sexy que es y por la cara que pondrá Álex nada más verme.

Tomo unos tacones altos, aquella pulsera que papá me había regalado y busco en mi cajonera unos pendientes bonitos.

Alex, me había dicho que pasaría por mi a eso de la ocho y eran eso de las seis y media.

Decido entra a bañarme y dedicar ese tiempo a darme un relajante baño de espuma y depilar mi cuerpo.

Me despojo de la ropa que adorna mi cuerpo, que no es nada menos que un simple pijama de short y una blusa de tirantes.

Me amarro él pelo con una gomilla y me adentro a la bañera.

Cierro los ojos en él momento que mi cuerpo toca él agua caliente y decido relajarme un poco.

40 minutos mas tarde.

Salgo del cuarto de baño tarareando una de esas canciones que se pegan de solo escucharla -Pero que no te sabes él nombre- imitandola de la forma mas inmadura conocida.

Me coloco la ropa interior, y envuelvo mi cuerpo semi desnudó en una bata de baño.

Me dirijo al gran espejo y suelto mi pelo negro de la golilla dejándolo que caigan por mis hombros totalmente rebeldes.

Decido plarcharme él pelo, para impresionar Alexander y comienzo con mi tarea de arreglarme mientras imagino lo que pasara esta noche.

***

-Lauren...-Mi padre toca la puerta y con un «Adelante» le indico que pase.

Sus ojos se abren de la impresión al verme y sonrió satisfecha.

-Estas preciosa, mi niña.

Le dedico una sonrisa por él espejo y término de colocarme los pendientes.

-Alexander, te esta esperando a bajo.

Lo miro con una ceja arqueadas.

-Y lo amenazaste.- Adivino.

-No.- Niega -Digamos que le advertí lo que pasaría con él si algo te llegase a suceder.

Suelto un suspiro audible, tomo mi bolso y camino hacia la puerta en donde esta parado papá.

-Entonces vamos... No lo hagamos esperar.

Mi padre abre la puerta de mi habitación y me permite salir antes que él. Envuelve sus brazos con él mío y emprendemos marchas a las escalera.

Muerdo él interior de mi mejilla y bajo lentamente las escaleras.

El único sonido que se persive en él ambiente, era él golpeteo de mi corazón y él de mis zapatos al bajar escaleras. Okay, tal vez esté exagerando un poco. Solo yo podía escuchar mi corazón en mi garganta. Mierda. Estaba nerviosa.

Mis pensamientos y cavilaciones fueron interrumpido nada mas bajar al salon y ver a Alex vestido con un esmoquin negro, sinceramente, no me canso de repetir como me fascina verlo vestido de forma formal. Esa actitud de jefe predominante le daba un poco de excitación, el me tenía tan mal y estaba tan bueno.

Sus ojos recorrieron mi cuerpo con total descaro, vi como apreciaba el vestido y como sus manos se volvieron puño, mientras se mordía el labio inferior.

Una tos falsa interrumpe su escaneo por mi cuerpo y él se aclara la garganta para luego acercarse a mi, rodearme con sus brazos y susurrarme -Me estás matando, bebé...- Sentí mi cuerpo calentarse y mis piernas temblar, no habíamos compartido ni un beso y ya me tenía mojada y lista para él, y es que maldición, su jodido bebé me pone mal.

Me mira con intensidad y con tono urgido habla.

-¿Nos vamos?- Asiento y me despido de papá con un beso en la mejilla.

Alex rodea con su brazo mi cintura y nos saca de la propiedad con un elegancia y actitud que solo le he visto a él.

No hemos abandonamos la casa de mi padre bien cuando ya me tiene acorralada contra su auto y este degustando mis labios a su antojo.

En él momento que su lengua y la mía entra en contacto gimo de placer.

Envuelvo mis manos en su pelo y lo atraigo mas a mi como si fuese posible. Las manos de Alex se posan en mis gutleos y los aprieta incitandome a soltar un jadeo que sus labios callan besándome duro.

Joder.

La falta de aire nos obliga a separarnos y lo abrazo con fuerza intentando controlar mi agitada respiración.

-Verte en ese vestido toda la noche va hacer una tortura, lo sabes ¿No?- Sus dientes tiran del lóbulo de mi oreja y gruñe algo entre diente.

-Nos sabes las ganas que tengo de follarte, lamer y chuparte toda, bebé...

Mis bragas se mojan más como si fuese posible y suelto un gemido mientras siento la presión de su pene en mi vientre y lo oigo sisear muy bajo.

-Sera mejor que nos vayamos.- Murmuro con voz ahogada.

Este asiente, se separa de mí, me abre la puerta del coche y me pone el cinturón dándome un beso mientras sonríe perversamente.

POSESIVO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora