ALEXANDER JAMES GRIMES.
-¿Señor? - Levanto la mirada de mi computador y veo entrar a Gabrielle a mi oficina. Un suspiro cansado sale de mi, y retiro mis lentes de leer.
-¿Pasa algo, Gabrielle?-Asiente.
-Su guardaespaldas James esta en recepción. -Levanto una ceja.
-Hazlo pasar.
Asiente y desaparece de mi vista contoneando las caderas. Todavía no entiendo por que no la he despedido. A Lauren le hubiese encantado despedirla, según ella, decía que mi secretaria tenia una un loco enamoramiento por mi. Suspiro ¿Por qué en los infiernos todavía seguía pensado en ella?
La puerta siendo toca hace que salga de mis cavilaciones y exclamo un Adelante, mientras me toco la sienes
-¿Hay algo nuevo?- Pregunto directo al punto mientras veo como James entra a mi despacho.
-Si señor, esta tarde se reunió con el señor John Houston en una cafetería.
Asiento.
-¿Cómo la viste?
Mi corazón martillea frenéticamente, esperando una respuesta mas o menos favorable a como me encuentro yo.
Había vuelto a lo que era mi vida antes de que Lauren apareciera en esta. Pasaba horas y hora trabajando sin descanso. Me sentía casado, tanto física como psicológica mente y no podía relajarme sin tener noticias suyas.
¿Por qué alguien como ella iba a querer estar a mi lado? Seamos sinceros, le había tratado de la peor forma nada mas conocerla. Le había impuesto ordenes tras orden (Claramente no cumpliendo ninguna de ellas) pero el punto era ¿Si ella se sentía así? o igual de perdido que yo, sea cual sea la respuesta, no iba a olvidarme de ella.
Le había dicho, mas bien le había jurado, que el momento que recorriera su cuerpo con mis manos, iba a ser completa y absolutamente mía.
«Y yo jamás rompo mis promesas» Tarde o temprano voy a parecer nuevamente en su vida, y no la dejaré ir tan fácil.
-Estaba ida señor.- interrumpe mis pensamientos haciendo que capte lo dice.
-¿Qué has dicho?
-Se le notaba cansada y fatigada mientras recorría el mismo parque de siempre.
Un nudo se formo en mi garganta.
-Quiero que no te separes de ella ¿Entiendes? No de cerca, ya que no quiero que te vea.-no me quedaba mucho tiempo para mostrarle que puedo ser mejor que antes, -llamame si le sucede algo, así sea algo insignificante.
-De acuerdo, señor.
-Retirate.
Asiente en mi dirección y sale de mi oficina cerrando la puertas a sus espaldas.
¿Por qué era tan difícil el estar juntos?
***
Restregó mis puños sobres mis ojos y observo la hora en el computador, nueve y treinta de la noche, Cierro los ojos y me a recuesto en el espaldar de mi silla giratoria.
No debería estar aquí, debería estar ya en casa, pero no quiero volver y encerrarme en la habitación donde Lauren y yo habíamos compartido la ultima vez, y es que maldición, eso era lo que estaba haciendo desde el día que me encontré desnudo en esa habitación, y aparentemente solo.
Todavía recordaba como su cuerpo temblaba entre mis manos mientras la hacia mía. Joder, estaba nervioso, sentía que en cualquier momento la podía romper.
Yo jodidamente disfruté de ella, me volví loco recorriendo su cuerpo, la ame de la mejor forma que pude e hice muchos planes en mi cabeza cuando cayó dormida sobre mí. Realmente la quería e iba a intentar arreglar cualquier cosa que no le agradaba de mí. Y yo...
El sonido de mi móvil hace que pierda el hilo de mis pensamientos y me encuentro contestando el teléfono sin si quiera ver quien a llamado.
-¿Diga?-Digo nada mas descolgar.
-Señor...- La voz de James se encuentra ajetreada al otro lado de la linea y me encuentro a mi mismo levantandome y encaminándome a la puerta.
-¿Qué es lo que pasa, James? ¿Dónde esta, Lauren? ¡Contesta!
-Se ha desmayado, señor. - Contengo el aliento- Aparentemente el señor Houston a estado con ella en esos instante y la están trasladando al hospital central.
Salgo de mi oficina maldiciendo silenciosamente y en vez de dirigirme hacia el ascensor me encuentro a mi mismo bajando por las escaleras a gran velocidad.
--Por favor que no le haya pasado nada malo...-me asusto mientras llego a mi auto y salgo del estacionamiento.
Veinte minutos mas tarde me encuentro ingresando al hospital con los puños apretados y el labio aparentemente rojo por la mordida que había recibido minutos antes, aquel tic que tenía de pequeño no ha desaparecido.
Camino hacia recepción a paso apresurado y bombardeo a la enfermera de pregunta.
-¿Lauren? ¿Esta Bien? ¿Me puedes decir donde esta? ¡Responda!
-No me ha dejado responder nada, señor...-Responde de forma casada, como si de alguna forma estuviese a costumbrada a eso -¿Cuál es el nombre de la Joven?
-Lauren Houston.
Asiente y teclea algo en su computador
-Habitación 209.
Camino por los pasillos del hospital y solo me detuve cuando vi John Houston parado frente a un medico y a una enfermera. Me acerco a ellos y el doctor me mira de forma interrogante haciendo que los ojos del padre de Lauren y los míos se encuentren.
-¿Dónde esta? ¿Me puedes decir que cojones le sucedió?- Los ojos de él se abre con incredulidad y sonríe con ironía.
-Tenia entendido que ustedes ya no eran nada.
-Y yo tenia entendido que no tenia padre, pero aquí está. ¿Ahora me puede decir qué le sucedió?- El doctor interrumpe nuestra charla.
-La paciente presenta anemia tipo 2, como antes le estaba explicando a su padre, la anemia es debido a que su sangre no está transportando suficiente oxígeno al resto de su cuerpo. La causa mas común es la falta de hierro y vitaminas. -explica. -Su desmayo además de haber sido por causa de la anemia es por que su cuerpo no a recibido los nutrientes necesario, lo que me lleva a preguntarme ¿Tiene ella algún problema alimenticio?
-No- Niego rotundamente.
-¿Esta despierta?- Pregunta su padre y miro al doctor esperando su respuesta.
-Ahora mismo no, le acabamos de suministrar un medicamento, dudo que despierte hoy.
Asiento.
-Voy a verla.-Informo mientras los rodeo y camino directo a la puerta que me separa de mi mujer.
-No, el doctor a dicho que esta sedada.
-Ya lo escuché.- Respondo mientras ingreso a la habitación.
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